Wednesday, January 05, 2022

TUS HORAS, LAS MÍAS


Buenos días hijo querido.

Te saludo, en una mañana luminosa y fresca.

Las altas temperaturas decidieron darnos un respiro.

Temperatura agradable para quienes detestamos el estío.

Guardo como un tesoro un reloj circular.

Lo recibiste de tu abuelo materno, desde entonces ha marcado tus horas, las mía.

Todas las que señalaron tiempos felices y también el horror de tu ausencia.

Un objeto especial como vos.

En la madrugada cuando esperaba aparecieras en mis sueños para darte un beso, observe el reloj en un espacio desconocido, rodeado de flores y mariposas.

Curiosamente pude observar el engranaje del reloj.

Personalmente prefiero esos relojes y no los actuales.

Tenías pasión por aquellos, por ello tu abuelo te regaló uno de su colección.

Pese al paso de Cronos con el que debo confesar no poseo una buena relación, soy de las humanas que no puede estar sin él, hasta cuando duermo.

Mientras estuve enyesada lo utilizaba en la muñeca derecha.

¿Por qué a veces tengo enojos con Cronos?

No es de mi agrado ser su cautiva y menos te haya llevado a vos tempranamente.

¿Por qué tiene la potestad de regir el tiempo en el que nacemos o debemos partir?

Nadie pensaría ese anciano con cara donde se refleja la bondad, sea capaz de llevarse a los seres que más amamos.

Continúa con su túnica raída  por el paso de su esencia.

Camina por todos los  sitios buscando a quien llevarse.

Al verlo nadie sospecharía  de sus malas intenciones.

¿No supo discernir, era a mu a quien debía llevarse?

¿Por qué te eligió a vos?

¿Acaso desconoce son los jóvenes quienes deben despedir a sus mayores?

Jamás responde a las preguntas que formulamos quienes estamos sobreviviendo en suelo terrenal.

En estado onírico, vi estaba con el reloj en sus manos, mi propio grito me despertó, la figura de Cronos se desvanecía hasta desaparecer.

¿En tu hábitat existen objetos para señalar el tiempo?

Necesito estar a tu lado con el propósito de recuperar los abrazos perdidos.

Las caricias que se fueron a la eternidad.

El camino de la vida es muy difícil sumando tu ausencia irreversible.

Hoy quiero compartir una poesía referente a los relojes, esperando puedas disfrutarla  como yo.

 

“EL RELOJ

 

Autor: Charles

 

Baudelaire

 

Reloj! Dios espantoso, siniestro e impasible,

Cuyo dedo amenaza, diciéndonos "¡recuerda!"

 

Los vibrantes dolores en tu asustado pecho,

Como en una diana pronto se clavarán;

 

El placer vaporoso huirá hacia el horizonte

 

Como escapa una sílfide

detrás del bastidor;

 

Arranca cada instante,  un

trozo de delicia

 

Concedida a los hombres en su época mejor.

 

Tres mil seiscientas veces cada hora, el Segundo

 

Susurra "¡Acuérdate!"

-Con voz vertiginosa

 

De insecto, Ahora dice:

"¡Heme otra vez aquí

 

Ya succioné tu vida con mi

trompa,  asquerosa!"

 

¡Remember! ¡Esto menor!

¡Pródigo, Acuérdate!

 

(Mi garganta metálica toda lengua conoce)

 

Ganga son los minutos, ¡oh,

 alocado mortal!

 

Y no hay que abandonarlos

sin,  extraer su oro.”

 

Legado de uno de los poetas del Siglo XVII que más admiro, por la profundidad de sus conclusiones sobre el tiempo.

Tiempo incapaz de enseñarme a vivir   sin tu presencia física.

¿Por qué?

Ni un murmullo para dar una respuesta.

Una mala costumbre adoptada por algunas deidades del Olimpo.

Ayer quería dejarte una poesía de la literatura griega, como la traducción carecía de contenido, hoy repetí el autor.

No soy exigente pero cuando las palabras no se conectan entre sí, prefiero un poema que se entienda.

En ocasiones la traducción no es de excelencia como vos que sos mi sol, mi vida entera.

Por ello te añoro tanto.

Querido te amo más que ayer.

Poseo espacio para seguir amándote.

Extraño tu luminosidad.

Estás en cada rincón de mi refugio, el motor adorado permitiendo continúe, en suelo terrenal pese a no ser mi voluntad.

Hijo querido, como siempre, repetiré mi deseo mayor, nunca olvides, cuanto te quiere, mamá.

 

 

 

https://www.youtube.com/watch?v=D9zIFsizgrU

 


 

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