PAISAJES DE NUESTRO PAÍS

Buenos días amado hijo.

Te saludo en otra mañana otoñal, con la temperatura que más me agrada.

Poco durará, dado que a mitad de semana regresará el estío.

Hoy deseo despertar tus recuerdos llevándote al Parque de las Palmeras en la Provincia de Entre Ríos de nuestro país, ubicado sobre la costa derecha del Rio Uruguay.

Un parque único por la cantidad de  altas y elegantes palmeras que  alegran el espacio.

Hasta que el expresidente Justo José  de Urrquiza , compro las más de ocho mil doscientas hectáreas que ocupa, estuvo en manos de diferentes extranjeros quienes extraían de la calera el producto natural  para exportarlo a Buenos Aires y Montevideo,

Desde entonces es una de las reservas naturales de palmeras de la variedad Yatay, poblado de las mismas.

En los bosques se protege la fauna silvestre.

Solo se permite transitar por senderos de ripio hasta la entrada del bosque para no perturbar el desarrollo de los animales silvestres ni el trino melodioso de las aves que allí  se encuentran.

Un paseo que se hace en el día ya que dista a unos trescientos kilómetros del que ahora es mi refugio.

La tecnología actual permite vigilar todo aquello que puede dañar el famoso parque.

En muchas ocasiones me invitaron a volver al sitio.

No puedo regresar a los rincones de nuestro país, visitados en tu compañía.

En ese entonces nos llamó la atención la vivienda de alguien que no quiso abandonar el bosque y se quedó allí, ignorando sería nombrado tiempo después como cuidador del palmar.

Su casa es sencilla, vive acompañado por el canto de los pájaros y la soledad elegida.

El bote lo utiliza para recorrer el Río Uruguay,

El límite es impuesto por la desembocadura del caudaloso Río Paraná, hoy con escaso volumen de agua, debido a la sequía o bien para realizar compras en los comercios de la ribera del río Uruguay.

Al egresar ata su bote a una palmera para evitar la corriente se lo lleve con una gruesa soga a la que el paso del tiempo le quitó la blancura original.

Nuestro país es tan bello como descuidado por la desidia del hombre al que solo le interesa la Ciudad, perdiendo el contacto con la naturaleza por estar inmerso en las redes sociales que llegan a asfixiar si no se las dosifica para que no se convierta en una adicción como cualquiera de las otras que suelen aparecer en la vida de los más vulnerables, olvidados por un Estado demasiado confuso y endeble.

Espero este recuerdo del ayer haya traído a tu alma, atisbos de paz.

Necesito imperiosamente darte un beso.

¿Por qué tengo que esperar por un derecho adquirido?

Jamás nadie podrá argumentar la respuesta que necesito escuchar.

Hoy te dejo una poesía, referente a las palmeras, hoy utilizadas en los jardines para ornamentarlos.

 

 

“La palmera

 

de Leopoldo Lugones

 

 

Al llegar la hora esperada

 

en que de amarla me muera,

 

que dejen una palmera

 

sobre mi tumba plantada.

 

Así cuando todo calle,

 

en el olvido disuelto,

 

recobrará el tronco esbelto

 

la elegancia de su talle.

En la copa, que su alteza

 

doble con melancolía,

 

se abatirá la sombría

 

dulzura de su cabeza.

 

Entregará con ternura

la flor, al viento sonoro,

 

el mismo reguero de oro

que dejaba su hermosura.

 

Como un suspiro al pasar,

palpitando entre las hojas,

 

murmurará mis congojas

la brisa crepuscular.

 

Y mi recuerdo ha de ser,

 

en su angustia sin reposo,

 

el pájaro misterioso

 

que vuelve al anochecer.”

 

Letras de un grande de la literatura, al que ambos leímos en la escuela primaria.

Hoy los jóvenes no leen casi nada, por ello su vocabulario tan escueto.

Lamentablemente los celulares se han convertido en una extensión de sus manos.

El mundo no existe sin tenerlos como si fueran parte de su cuerpo.

Inmenso ser de luz, te amo con la misma intensidad que te extraño.

No existe en mí, deseos de continuar donde no tengo que estar.

Mi espacio está junto a vos.

Todo sucedió como en una película acelerada por las manos impiadosas del destino.

¿Por qué  estoy obligada a seguir contrariando mis sentimientos?

Es un martirio no escucharte pronunciando la palabra mami.

Hijo y amigo fiel, jamás me cansaré de solicitarte en estos enlaces, por favor nunca olvides cuanto te quiere,  mamá.

 

 

https://www.youtube.com/watch?v=vEQwtPs_Z74