Buenos días tesoro de mi vida.
Te saludo en una mañana espléndida.
Ha regresado el estío, aún queda más de un mes de días
calurosos.
El tema que te comentaba ayer salió dentro de los parámetros
esperados, algo que produjo en todos bienestar, agradezco hayas accedido a mi
pedido.
Continuo seleccionado postales donde, siempre el mar es
protagonista principal.
Ella caminaba por la orilla con su vestido blanco,
acompañada por varias gaviotas,
revoloteando a su paso.
Abstraída en sus pensamientos, no advirtió era objeto de
admiración entre los turistas, quienes desde hora temprana buscaban la luz de
la estrella más grande del universo.
Etérea caminaba, apenas mojando sus pies, con atuendo
playero de color blanco. Semejante a la túnica de Cronos quien no osó interrumpir
sus pensamientos.
Siempre, el mar ha sido tu debilidad.
¿Existen mares en el Edén?
si me guiara por los versos de “La divina comedia” afirmaría
es así.
El poeta florentino Dante de esa forma, describía ese sitio
como una sede de la tierra donde todo se replica con mayor belleza y la
tranquilidad de sus moradores era un aditamento especial.
Desearía cristalizar mi utopía para darte un beso,
destruyendo la distancia física que nos separa, aún ignoro como se mide aquella.
El amor de una madre puede sortear todos los obstáculos que
pudieran aparecer en el camino para estar más cerca, abrazándote.
Me hacés falta, tanto como la respiración.
¿Por qué nos separaron con tanta rapidez?
Interrogantes que nunca tendrán respuesta, sin saber la
razón.
Anhelo reencontrarme con vos rápidamente.
No es posible esperar los sueños se concreten, acarreando
beneficios para quien se siente olvidada por no tenerte.
Es arbitrario continuar en territorio no solo hostil sino poco
soportable para quien te ama con sentimientos rayanos con el delirio.
Preciso verte en mis sueños u dejar de pensar que las diosas
Mnemosine y Persefone, se han adueñado de tus recuerdos u memoria.
No es posible reconocerlas dado siempre se acercan a sus
elegidos con diferentes rostros para no ser identificadas.
Triste adueñarse de los recuerdos de quienes ya no están en
suelo terrenal.
Deidades de carácter denso a quienes se les encomendó
quedarse con algo que es propio de quien lo porta.
No quiero mis recuerdos y los tuyos, tengan mácula ni se
mezclen con otros que podrían ser tóxicos, aquí y en la eternidad.
Los entes nocivos no descansan en ningún plano.
Están al acecho para ejecutar la maldad.
Mientras te pienso la mujer de la playa ahora realiza el
camino inverso.
¿Habrá logrado mitigar su soledad?
Hoy deseo dejarte letras que hablan sobre el mar.
Territorio elegido por vos para distenderte.
“El Mar (Pablo Neruda)
Necesito del mar porque me enseña:
no sé si aprendo música o conciencia:
no sé si es ola sola o ser profundo
o sólo ronca voz o deslumbrante
suposición de peces y navios.
El hecho es que hasta cuando estoy dormido
de algún modo magnético circulo
en la universidad del oleaje.
No son sólo las conchas trituradas
como si algún planeta tembloroso
participara paulatina muerte,
no, del fragmento reconstruyo el día,
de una racha de sal la estalactita
y de una cucharada el dios inmenso.
Lo que antes me enseñó lo guardo!
Es aire,
incesante viento, agua y arena.
Parece poco para el hombre joven
que aquí llegó a vivir con sus incendios,
y sin embargo el pulso que subía
y bajaba a su abismo,
el frío del azul que crepitaba,
el desmoronamiento de la estrella,
el tierno desplegarse de la ola
despilfarrando nieve con la espuma,
el poder quieto, allí, determinado
como un trono de piedra en lo profundo,
sustituyó el recinto en que crecían
tristeza terca, amontonando olvido,
y cambió bruscamente mi existencia:
di mi adhesión al puro movimiento.”
Se torna difícil eliminar las emociones ante tan magnas
letras, por ello siempre las he de compartir con vos.
Te amo hijo querido.
Jamás he podido decirte adiós.
Tampoco lo haré, estás adherido a las hilachas de mi alma.
Entiendo no es tu agrado te hable de mi partida.
Sola no puedo.
Por ello te pido ayuda
para reencontrarme con vos, a la velocidad de la luz.
Las oscuridades endurecen el corazón.
Hacen tanto daño como el maltrato verbal, proferido por quienes
no cuentan con la capacidad de desarrollar su vida cerca de los humanos.
No producen nada, ni siquiera lástima o rencor.
En ese aspecto me parezco a vos que sos mi sol.
Te amo hijo querido, tanto que no es posible dimensionarlo.
No alteraré mi solicitud cotidiana, siempre te rogaré.
Por favor nunca
olvides cuanto te quiere mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=4YnUPMB8cK4
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