Buenos días hijo querido.
Te saludo, en una mañana demasiado calurosa, que no permite
descansar en ningún horario.
Se ignora hasta cuando continuará.
Estando a diez días del otoño pareciera, que recién ha
comenzado el estío.
Rescaté de un álbum de fotos, la imagen que encabeza esta
conexión que nos une un poco más.
Circulábamos por una ruta solitaria, en horas de la mañana.
En un instante densos celajes oscuros cubrieron el cielo.
Una tormenta de verano, logró el día se convirtiera en noche
oscura.
Antes de llegar a nuestro destino, aparecieron los siete
colores del arcoíris.
Ráfagas de viento se llevaron las nubes, hacia el este,
mágico en el firmamento azul, el arcoíris permaneció durante unos kilómetros
más.
Oportunidad que aprovechaste para tomar varias fotografías,
una de ellas la elegí para hoy, evocando todos los momentos compartidos, tan
felices que no regresarán nunca más.
Esa ruta había sido repavimentada, poco tiempo antes.
No es muy usada, dado que hay que transitar unos kilómetros
más para llegar a destino.
El resto de los automovilistas, prefiere utilizar la
autopista.
El tiempo que supuestamente, ahorra, se pierde con las
congestiones de tránsito, la espera en los peajes y algún accidente pues
algunos usan aquellas como si se tratara de un autódromo.
En nuestros viajes siempre optábamos por los caminos
alternativos, con el propósito de evitar los eventos propios de quienes no
respetan las normas de tránsito o están excedidos en la ingesta de alcohol.
Largas filas de autos, se forman en las banquinas, al ser
demorados por las autoridades hasta que
los niveles de alcoholemia se acerquen a los normales para estar al frente del
volante.
Recuerdo en esa ocasión, nos dirigíamos a un almuerzo, para
festejar el cumpleaños de un familiar.
Cada uno de nuestros
paseos nos deparaba sorpresas traídas por la naturaleza.
En ese viaje la aparición del arcoíris, embelleciendo el
cielo
Llegamos a destino sin ninguna dificultad.
A tu abuelo materno no le agradaba, transitáramos por el camino
negro, así denominado por el tono de la cinta, asfáltica, en óptimo estado de conservación.
Recrear nuestras salidas es una caricia para el alma.
Como imaginarás, desde tu ausencia nunca más pasé por el
lugar.
Actitud comprendida, por aquellos que nos quisieron de
verdad.
Ese cariño enaltece a quien lo brinda.
Lo importante es haber disfrutado todos los momentos que
pasamos juntos.
Para hoy elegí frases cuyos autores mencionan la belleza de
los arcoíris.
Es placentero compartirlas en nuestro espacio de encuentro,
por esa razón las dejo aquí, amado hijo, amigo fiel.
““Nunca encontrarás un arcoíris si siempre miras hacia
abajo.”
Charlie Chaplin
“Si quieres ver un arcoíris tienes que aprender a disfrutar
de la lluvia.”
Paulo Coelho
“El arco iris de la
felicidad es el subproducto de tu sol interior después de una lluvia de
dolores.”
Vikrmn
“Los arcoíris están
hechos de pequeñas gotas de lluvia. Las vidas felices se hacen a partir de
pequeños actos de bondad.”
Amit Ray
“Sé tú el arcoíris en las tormentas de la vida. El rayo de
la tarde que sonríe a las nubes y tiñe el mañana con un rayo profético.”
Lord Byron
La felicidad no siempre viene en color rosa. Aprende a
apreciar el arcoíris.”
Richelle E. Goodrich
“Cuando llueva, busca los arcoíris, cuando esté oscuro,
busca las estrellas.”
Oscar Wilde
“Ten fe en tus sueños y algún día tu arcoíris brillará. No
importa cuánto esté afligido tu corazón, si sigues creyendo, el sueño que
deseas se hará realidad.”
Gilbert K. Chesterton
“En algún lugar sobre
el arcoíris, los cielos son azules, y los sueños que te atreves a soñar
realmente se hacen realidad.”
Yip Harburg
Podemos correr, caminar, tropezar, conducir o volar, pero
nunca perdamos de vista el motivo del viaje ni perdamos la oportunidad de ver
un arcoíris en el camino.”
Gloria Gaither
“Los arcoíris nos
recuerdan que incluso después de las nubes más oscuras y los vientos más feroces
todavía hay belleza.”
Katrina Mayer
“Enséñeles que los arcoíris aparecen después de una tormenta
para recordarles que la luz comienza y termina con todos los colores.”
Frederic M. Perrin
“Sepa que los arco iris y las mariposas son un regalo de
Dios para su gozo.”
Jonathan Lockwood
Tesoro de mi vida, te amo tanto como te extraño, un amor que
no es posible de dimensionar, solo puedo definirlo como inconmensurable.
Sos el mejor regalo, que me dio la vida.
¿Cuándo aparecerás en mis sueños?
Recuerda debes llevar a tu hábitat, todos los besos
acumulados, durante tanto tiempo.
Sueño abrazarte como antes del final.
Deseo cristalizar la utopía de acariciarte.
Añoro sumergirme en la profundidad de tu bella mirada y así
bucear en tu alma transparente.
Quiero ayudarte a transportar todas tus pertenencias.
Como siempre Cronos, me niega ese viaje que deseo realizar
rápidamente.
¿Cómo hacer para que entienda de una buena vez, el suelo
terrenal, no es mi lugar?
Es una deidad caprichosa que se niega a responder.
Las muecas de su sonrisa impostada, no son de mi interés.
¿Por qué no responde cuando le pido me deje en libertad?
¿Por qué no tengo la posibilidad de elegir el sitio donde
quiero estar?
El suelo terrenal oprime mi corazón hasta el punto de no escucharlo
latir.
Cronos junto al destino autoritario no terminan su trabajo,
para llegar a vos.
¿Qué hice mal?
¿Qué faltó hacer?
Hijo de mi existencia solo con tu ayuda podré llegar a vos.
¿Podrías prestarme auxilio para arribar al espacio más
deseado?
Nadie me enseñó a vivir sin vos.
¿Por qué no nos llevaron a los dos?
¿No vieron estaba allí?
Hijo querido. Como lo hago a diario, je de repetir mi
pedido, por favor nunca olvides cuanto te quiere,
Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=jLk-8xUwELs&list=RDjLk-8xUwELs&start_radio=1
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