Buenos días hijo querido.
Te saludo en una mañana fresca y soleada.
Brillan en el cielo, los dorados destellos dorados del Astro Rey.
Preludio de una bella jornada de otoño.
La imagen de nuestro encuentro, corresponde a las cuerdas de
una hamaca o columpio que tu abuelo materno, armarla para vos, en la quinta de
fin de semana que poseía en las afueras de la ciudad.
Eligió un añoso árbol vestido con los colores del otoño.
Buscó en el cuarto de herramientas una cuerda con el
propósito de armarla para su nieto
preferido.
Agregó una tabla y en
poco tiempo estaba lista para usarla.
Tu velocidad, con el envión de tus piernas parecía que ibas
a volar.
Jamás pensamos que lo harías tan alto, como para no tenerte
nunca más.
Recuerdos de ese ayer compartido, donde estaba la familia
completa.
El autoritario destino nos deparó, la sorpresa dolorosa de
llevarte por senderos enigmáticos, en los que desearía estar acompañándote.
Por ahora ese sueño no se ha podido cristalizar.
Desconozco la fecha en la que estaremos juntos nuevamente
por toda la eternidad.
También armó hamacas para tus primas y el resto de la familia chiquita.
Todas bajo los árboles, para que no sufrieran los efectos
del sol, aún, cuando en otoño no corrían, ningún peligro, dado que Febo en esa
temporada otoñal, se mostraba más débil y no podía lastimar, la tersura de la
piel de los más pequeños.
Épocas felices que no volverán.
Me hubiera haber tenido la potestad de detener el tiempo, no
pudo ser.
Evocar aquellas temporadas produce profunda emoción.
El reloj impiadoso siguió avanzando, hasta que a nuestras
puertas, inesperadamente llamó la tragedia, llevándote a espacios desconocidos
por todos.
Llegaría, otros tiempos difíciles, que no se pueden comparar
con el horror de perderte.
De todas maneras
siempre te percibo a mi lado, aún, cuando no pueda verte tal cual es mi deseo.
Ayer por la tarde, vino a visitarme una de tus primas.
Sin una gota de maquillaje, lucía preciosa.
Estuvimos charlando un largo rato.
Por sus estudios trabaja en la dirección de un colegio
cercano a su casa.
Cuando me contó la cantidad de personas que duermen en la
calle, no lo podía creer.
Alguna vez he visto esa situación en los cajeros automáticos
de diferentes entidades bancarias.
Argentinos a los que los funcionarios, no ven.
Debería darles vergüenza.
Solo les preocupan las próximas elecciones y los cargos que
puedan llegar a ocupar.
Sobra la mezquindad.
Para nuestro encuentro cotidiano, elegí citas y frases de
reconocidos autores, quienes aluden a las hamacas que utilizan los niños y
adultos que desean recrear la niñez.
Las dejo aquí con la ilusión que puedas acceder a su
contenido.
“"Saber vivir es hacer lo mejor que podemos, con lo que
tenemos, en el momento en que estamos". Alejandro Jodorowsky
„Nunca está demás una buena dosis de autoestima y no esperar alicientes del vecino. Parafraseando y para no ser tan vulgar, es decir, en buen lenguaje coloquial del llano venezolano. "Quien no tiene quien lo meza, saca de la hamaca una extremidad y por cuenta propia se mece"“ —
Hermes Antonio Varillas Labrador
„Vio en los párpados del marido el destello de una lágrima, y un temblor le subió de las entrañas. Esta vez no era la muerte sino la certidumbre ineludible de lo que tarde o temprano tenía que suceder. No se equivocó. El marqués se levantó de la hamaca con sus últimas fuerzas, se derrumbó frente a ella y se soltó en un llanto áspero de viejo inservible. Bernarda capituló por el fuego de las lágrimas de hombre que se escurrieron por sus ingles a través de la seda. Confesó, con todo lo que odiaba a Sierva María, que era un alivio saber que estaba viva. 'Siempre he entendido todo, menos la muerte', dijo.“ —
Gabriel García Márquez
„El mejor destino que hay es el de supervisor de nubes,
acostado en una hamaca mirando y al cielo.“ —
José Luis Rodríguez Zapatero
La "fiaca" en el dialecto genovés expresa esto:
"Desgarro físico originado por la falta de alimentación momentánea"
Deseo de no hacer nada. Languidez. Sopor. Ganas de acostarse en una hamaca
paraguaya durante un siglo. Deseos de dormir como los durmientes de Efeso
durante ciento y pico de años“ —
Roberto Arlt
Tesoro de mi existencia solitaria, te amo y extraño, cada
día un poco más.
¿Cuándo aparecerás nuevamente en mis sueños?
Es la única forma de entregarte, todos los besos que poseo
guardados para vos.
Posibilidad para estrecharte en un abrazo interminable.
Mis manos desean renovar las caricias, generadas en el amor
más puro.
Además debes venir a buscarme, para comenzar mi propio
ascenso.
Recuerda no es mi deseo, permanecer en suelo terrenal.
No demores tu llegada, es difícil continuar sin vos.
¿Has encontrado una estrella cercana a tu hábitat?
Allí estará mi morada y nadie nos podrá separar.
Hijo de mi vida, como es habitual en estos enlaces mágicos,
en los que te siento a mi lado, he de reiterar mi pedido, por favor nunca
olvides cuanto te quiere,
Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=JH-EXuU-kcc
No comments:
Post a Comment