Friday, August 17, 2007

LA SOMBRA DEL PIANISTA

Los fantasmas no existen pero…., la pareja que había adquirido la propiedad recibiría sorpresas a corto plazo.
Era una casa de dos plantas enclavada en la ladera de una montaña, cercana a un lago de aguas azules que en el horizonte abrazaba el cielo.
La visitaron una mañana, ella quedó fascinada con la variedad de flores que ornamentaban los canteros de un amplio jardín, los ambientes eran grandes, en el comedor una escalera llevaba a la planta alta, el dormitorio principal tenía vista al lago, otro un poco más pequeño miraba la montaña.
El había previsto instalar su escritorio en otro espacio que curiosamente tenía como únicos moblajes un piano y su taburete de terciopelo rojo.
Mario que era una persona práctica propuso a su mujer venderlo, con el resultante de la venta comprarían lo que les faltaba, ella se opuso con tenacidad, siempre había soñado con tener un piano, ahora que lo tenía no se desprendería de él.
La semana posterior a la mudanza ambos disfrutaban de la casa y el paisaje, una noche una suave melodía despertó a la mujer, tomó la bata que descansaba a los pies de la cama y se dirigió al lugar donde había quedado el piano, a medida que se acercaba la música sonaba con mas fuerza.
Abrió la puerta, al encender la luz no vio a nadie, sin embargo la tapa del piano estaba levantada, las teclas parecían sonreírle, cuidadosamente la cerró regresando al dormitorio.
Por la mañana comentó a su marido el episodio, él le restó importancia, tranquilizó a su mujer diciéndole que en todas las casas siempre se sentían ruidos, aconsejándole se tranquilizara, en el momento que el partía hacia su trabajo, otros acordes provenían del salón donde estaba el piano, rápidamente subió las escaleras, al abrir la puerta una sombra ocupaba el taburete, decidió irse, sin embargo la música la acompañaba en todos los lugares de la casa.
Esta vez no dijo nada, tomó la bicicleta y se fué al pueblo en busca de provisiones, la brisa acariciaba sus cabellos, entró al comercio elegido, mientras realizaba las compras escuchó a una mujer que contaba que el espíritu de su amado había regresado, instalándose en la propiedad que había vendido.
Turbada se retiró del lugar sin comprar nada, a medida que se acercaba a la casa escuchaba nuevamente la música.
Ante los comentarios de su mujer, Mario comenzó a discutir, por primera vez le decía que estaba alterada, la discusión fue aumentando el tono hasta que se instauró la violencia.
En el mismo instante que Mario intentaba agredir a su mujer, sus manos quedaron tiesas, una fuerza extraña paralizaba los movimientos del hombre, miró a su alrededor, no había nada.
Un remolino entró por una de las ventanas del salón, en ese momento notó que estaba solo, dos sombras escapaban abrazadas.

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