Buenos días hijo querido.
Te saludo en una mañana muy cálida.
Brilla el sol sin celajes que puedan opacar sus dorados
destellos.
Ejecutando mi ritual diario, rescaté una foto de Villa La
Angostura, localidad ubicada al sur de nuestro país.
Se trata de la imagen elegida que antecede estos, enlaces
flores en la montaña.
El colorido de los alelíes contrasta con la nieve eterna de las montañas, de ellas las
separan el espejo de agua del hermoso Lago Escondido.
Lugar pretendido por los mapuches que no son originarios de
ese lugar tan especial. Realizan destrozos en los puestos de gendarmería para
intrusar localidades que no le pertenecen, dado que su territorio está a pocos
kilómetros de allí.
La intención es
apoderarse, de fastuosos barrios cerrados cuyas propiedades tienen
duelos de nacionalidad argentina y de otros países, quienes eligieron tener
casas allí, no solo por su belleza sino por la paz que se encontraba en ese
espacio encantado.
Han llegado a
provocar incendios forestales con el propósito de destruir, ejemplares
de pinos centenarios y otras especies del lugar.
Están comandados por un personaje prófugo de la justicia.
Parte de su condena la cumplió en Chile para luego ser
extraditado a nuestro país y en el camino se profugó.
Queda claro que algunas esferas del poder lo protegen, dado que en dos años no lo
ha podido ubicar.
Una pincelada de realidad que no ha llegado a afectar, las
flores de la montaña las que indemnes permanecen sin mácula, al pie de la
cordillera.
Las distintas especies tienen la particularidad de brindar
paisajes soñados.
Muchos turistas internacionales, después de la primera
visita han decidido regresar, construyendo propiedades de descanso en ese
paraíso
natural.
En lugar de cuidar hacendados que brindan trabajo en sus
propiedades, ofreciendo, trabajo genuino, alojamiento y comida.
Pareciera son alérgicos al trabajo y amigos de quedarse con
tierras ajenas.
Pese a la indiferencia de las autoridades, ellos permanecen
en sus casas, pese a ser perseguidos por gente que odia a los extranjeros,
sobre todos del hemisferio norte o británicos que eligieron establecerse en ese
lugar. Que a los pseudo mapuches les resultan atractivos.
Esas colonias, las verdaderas, gozan del reconocimiento de
todos los argentinos.
Exacerban el espíritu, los apropiadores esgrimiendo mentiras, sin sustento y el ánimo de
dañar aquello que es ajeno a sus pretensiones coloniales.
Cual planta crece vigorosa por poseer residuos volcánicos.
Para la fecha elegí, un poema, relacionado con este contacto, que permite te
sienta muy cerca de mí.
Es mi deseo compartirlo con vos, por ello lo dejo aquí en
nuestro espacio.
“POEMA XI
Autor: Pablo Neruda
Juegas todos los días con la luz del universo.
Sutil visitadora, llegas en la flor y en el agua.
Eres más que esta blanca cabecita que aprieto
como un racimo entre mis manos cada día.
A nadie te pareces desde que yo te amo.
Déjame tenderte entre guirnaldas amarillas.
Quién escribe tu nombre con letras de humo entre las
estrellas del sur?
Ah déjame recordarte cómo eras entonces, cuando aún no
existías.
De pronto el viento aúlla y golpea mi ventana cerrada.
El cielo es una red cuajada de peces sombríos.
Aquí vienen a dar todos los vientos, todos.
Se desviste la lluvia.
Pasan huyendo los pájaros.
El viento. El viento.
Yo sólo puedo luchar contra la fuerza de los hombres.
El temporal arremolina hojas oscuras
y suelta todas las barcas que anoche amarraron al cielo.
Tú estás aquí. Ah tú no huyes.
Tú me responderás hasta el último grito.
Ovíllate a mi lado como si tuvieras miedo.
Sin embargo alguna vez corrió una sombra extraña por tus
ojos.
Ahora, ahora también, pequeña, me traes madreselvas,
y tienes hasta los senos perfumados.
Mientras el viento triste galopa matando mariposas
yo te amo, y mi alegría muerde tu boca de ciruela.
Cuanto te habrá dolido acostumbrarte a mí,
a mi alma sola y salvaje, a mi nombre que todos ahuyentan.
Hemos visto arder tantas veces el lucero besándonos los ojos
y sobre nuestras cabezas destorcerse los crepúsculos en
abanicos girantes.
Mis palabras llovieron sobre ti acariciándote.
Amé desde hace tiempo tu cuerpo de nácar soleado.
Hasta te creo dueña del universo.
Te traeré de las montañas flores alegres, copihues,
avellanas oscuras, y cestas silvestres de besos.
Quiero hacer contigo
lo que la primavera hace con los cerezos.”
Querido hijo
¿Sabías te extraño y amo con devoción?
¿Recordás, hoy es un día especial para los dos?
Necesito llenarte de besos, abrazarte y acariciarte.
Si no llegaras a buscarlos, he resuelto llevarlos como
equipaje, en el momento que llegue a reencontrarme con vos.
Espero, ocurra
rápidamente, dado no deseo permanecer en territorio terrenal por mucho tiempo.
Mi espacio está al lado de tu hábitat.
A ello se debe mi apuro, es muy difícil continuar sin
tenerte.
Mi lindo ser de luz, como lo hago a diario, he de reiterar
mi petición.
Por favor hijo hermoso nunca olvides cuanto te quiere,
Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=pBN-5DqqHIA
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