Tuesday, January 31, 2023

SONIDOS CELESTIALES



Buenos días hijo querido.

Te saludo en una mañana, relativamente fresca.

Un respiro que nos otorga la temperatura.

Ayer fui a la Basílica  Nuestra Señora  de Luján de la localidad homónima, es la primera vez que regreso al sitio donde recibiste las aguas bautismales.

Caminar, por los pasillos, logró pudiera oír los latidos de mi corazón.

Sentada en un banco, como si se tratara de una película, pasaron en mi mente los momentos felices de la ceremonia.

No había muchas personas. Circunstancia que permitió regresara al pasado.

Ha cambiado bastante ese sitio,

Recorriendo el lateral izquierdo donde está ubicado el órgano, comencé a escuchar sonidos celestiales, provenientes de aquel.

Reprimí el llanto, concentrándome, en esas notas maravillosas  que erizan la piel.

Algunos sacerdotes estaban en los confesionarios, esperando a los fieles para tomarles confesión.

Continué mi camino por ese pasillo hasta llegar al altar.

Hermoso con sus manteles blancos con puntillas de hilo.

Hincada allí, solo pensaba en vos y en aquel día, donde estabas en brazos de quien fuera tu madrina.

Extendías tus bracitos a mí, dado querías estar en mis brazos, haciendo caso omiso a la ceremonia.

Estabas inquieto, tanto que el sacerdote sonrió.

Afortunadamente no lloraste en ningún  momento.

Mostrabas tu simpatía a quienes quisieran verla.

Recordé el sacerdote de una capilla de Olivos se negó a darme el pase.

Sostenía la teoría que tenías que recibir  el bautismo allí, para luego ofrendarte a la Virgen de Luján.

Cansada de escucharlo, opté por retirarme.

Al ver mi actitud, dijo no serías bautizado.

Giré sobre mis pasos para decirle que cuando tuviera el pase se lo llevaría.

Tu abuelo materno conocido por todos lados, consiguió el bautismo lo recibieras en la planta baja y no en el subsuelo donde se bautiza a los niños de otras localidades.

Cuando pasamos por la secretaría a retirar el acta de bautismo,  pasamos por la capilla para exhibirla al sacerdote que en su momento, me negara el pase.

No le dije padre como acostumbran las fieles, sino

“Señor aquí está, el acta de bautismo, de mi hijo”

Intento corregirme en el tratamiento que le había dado, expresando­:

_Hija ,e tienes que decir padre_

Con velocidad señalé,

“No soy su hija, mi padre está aquí.”

Tu abuelo se puso rojo, por mi contestación.

A la salida me retó un poquito, por el tratamiento, otorgado al cura, solo dije quién era mi papá.

Como si entendieras la situación, estiraste los bracitos para que fuera él, quien te mimara entre sus brazos y así mimarte como lo hacía siempre.

Cuando llegamos a la celebración, conto a todos mis andanzas.

Tu tío entre risas, dijo que había dicho la verdad y comenzó a reírse, imaginando la situación.

Mi papá siempre fue tu abuelo, por lo tanto ningún cura puede exigir, se lo trate de padre.

Siempre seré hija de tu abuelo materno y no soy hija de curas desconocidos.

Regresé a mi refugio evocando los sonidos del órgano de la Basílica.

Estuve allí largo rato recordándolos.

Para la fecha elegí letras de autor, aludiendo a los órganos de las iglesias.

Como siempre deseo compartirlas  con vos, por ello las dejo en nuestro cotidiano.

 

“En los ecos del órgano o en el rumor del viento

Autor;

Rosalía de Castro

 

 

En los ecos del órgano o en el rumor del viento,

 

En el fulgor de un astro o en la gota de lluvia,

 

Te adivinaba en todo y en todo te buscaba,

Sin encontrarte nunca.

 

Quizás después te ha hallado, te ha hallado y te ha perdido

 

Otra vez, de la vida en la batalla ruda,

 

Ya que sigue buscándote y te adivina en todo,

 

Sin encontrarte nunca.

 

Pero sabe que existes y no eres vano sueño,

 

Hermosura sin nombre, pero perfecta y única;

 

Por eso vive triste, porque te busca siempre,

 

Sin encontrarte nunca.

 

Yo no sé lo que busco eternamente

 

En la tierra, en el aire y en el cielo;

 

Yo no sé lo que busco, pero es algo

 

Que perdí no sé cuándo y que no encuentro,”

 

Te amo y extraño cada día un poco más.

Es imperiosa la necesidad que tengo de verte.

Tengo guardados besos, abrazos y caricias que son de tu pertenencia.

Ven por ellos, así puedo ver cómo estás.

Es una tarea titánica, vivir sin tenerte.

Hijo de mi existencia, amigo fiel, ser luminoso, te pido ayuda para partir.

Ansío verte, contarte de los sonidos celestiales, que me llevaron a revivir el ayer.

Es un martirio seguir donde no se desea estar.

La tierra no es para mí.

Querido mío, como siempre, he de reiterar mi pedido, por favor amigo fiel, nunca olvides cuanto te quiere Mamá.

 

 

 

https://www.youtube.com/watch?v=g4bmt5kT3jI

 







 

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