Thursday, August 27, 2020

SOÑARTE, SIEMPRE




En una mañana fría y soleada te saludo diciéndote quiero soñarte siempre.

Utopías que quedan en ese terreno ya que hace mucho no aparecés en mis sueños para que pueda darte un beso.

Horas con sabor a hiel.

Hace cinco años transcurría con demasiada rapidez las últimas de tu efímera vida.

Pese al padecimiento me regalaste sonrisas lánguidas.

Los dos esperábamos lo inevitable no apareciera nunca.

Jamás tu mirada estuvo tan triste como entonces.

Sin soltarnos de la mano por un instante creímos se produciría el milagro de revertir ese proceso que llegaría casi veinicuatro horas después.

Como pájaros imaginarios revoloteaban las expresiones de amor,  más puras y sinceras que tiene ese sentimiento que no se compara con ninguno de los otros que surgen entre un hijo y su mamá.

Aprendí por instinto a masajearte la espalda.

Después entendería por qué no querías cambiar de posición en la cama.

Darme tu espalda para aliviar con masajes inventados, obligaba a soltarnos de la mamo.

Valiente muchachito que ahogó el llanto para que en tu rostro pálido se dibujara la mueca de una sonrisa.

Te acompañaba en ese gesto sumado a la verborragia de las palabras, intentando hacer planes para un futuro inexistente.

Tu voz casi inaudible me decía de la intensidad de tu amor.

“Te quiero mamá porque sos buena” era la frase  más repetida.

No soy buena hijo.

De haberlo sido tendría que haberme convertido en gigante para impedir que Tánatos y Muerte se fueran en búsqueda de otro objetivo.

¿Sabías que las intenciones no siempre son suficientes?

¿Pude demostrarte la intensidad de este amor que en pocas horas comenzaría a desplazarse como un fantasma?

La vida sin vos perdió su razón de ser.

Cuando volvías a la posición normal en la cama, me acariciabas la cabeza.

No hacían falta las palabras para demostrar el amor que nos tenemos.

Preguntaste cuando salí de la habitación un instante ¿A que vinieron,  los médicos?

Respondí  “A molestar, nunca habían visto tanta empatía entre un hijo y su mamá”

¡Atrevidos!

Me pidieron no me moviera de tu lado.

Recuerdo haber empujado al más grandote en tamaño con una pregunta ¿Cuándo me había visto salir del sanatorio?

Como no comprendió mi pedido para que bajara el tono de voz, el instinto de fiera preservando a su cría logro lo empujara.

Era un ropero de tamaño.

Jamás pensó que una mamá de contextura pequeña tendría esa reacción salvaje.

Sorprendido por el ataque comenzó a decir incoherencias en voz baja.

Quería demostrar su costado terrenal diciendo que eras un enfermo de terapia y si no te habían llevado a esa unidad fue por el cariño que pocas veces o ninguna habían visto.

Nada nuevo.

Los dejé hablando solos para ingresar a la habitación.

¿Qué me podían decir que no supiera?

¡Bestias!

Antes de darme los partes médicos me preguntaron el nivel de estudios.

¿Acaso les mienten a las madres sin formación?

¿Cómo pueden otorgarles el titulo de médicos a quienes no tienen la gota de humanidad?

Comerciantes que solo buscaban hacer estudios para que la cobertura médica les pagara.

¿Pueden ser tan sanguinarios que la vida no vale nada?

La culpa es repartida en Latinoamérica debería ser obligatoria materias ligadas a las humanidades para que supieran que tratan a personas y no cosas que les permiten seguir aprendiendo.

No puedo olvidar alegremente tal como me piden esas horas tan tensas como trágicas.

Desde  donde estoy siempre lucharé para que no cosifiquen ni a humanos no terrenales.

Quiero hacer que tu vista sea placentera mostrándote paisajes que conocimos cuando tu salud era sinónimo de vida.

Para este enlace maravilloso para el alma, optépor una vista que reconocerás enseguida.

Es la bajada a una playa de un lago muy conocido para nosotros.

Las flores de la playa privada del hotel sin pedir permiso tomaron parte del espacio.

Falta mucho para que los argentinos volvamos a ver paisajes extraordinarios.

Lamentablemente el aislamiento sanitario y político sigue.

Ni siquiera tenemos vuelos de cabotaje.

Nuestros derechos han sido conculcados en nombre de la pandemia.

Han dejado de volar todas las aerolíneas.

Ni siquiera podemos ir a la República Oriental del Uruguay para viajar a cualquier parte.

Los retenes de las distintas fuerzas no dejan avanzar a nadie que necesite moverse para despedir a un ser querido.

No refiero a los que mueren por el virus sino a enfermos terminales.

Sé que desde donde,  estás podés observar todo y sacar tus propias conclusiones.

¿Cuándo aparecerás en mis sueños?

Tengo demasiadas cosas para contarte.

Inteligente y sabio sabés a cuales hago referencia.

El destino es vueltero.

Solo a veces es magnánimo y de su mano traerá aquello que corresponde a quienes debe.

¿Cómo es el cielo?

¿Existen lagos y flores?

¿Llegaré a vos tal cual lo deseo?

¿Cuándo?

Sé comprendés mi insistencia.

En ocasiones pienso se puede dar la probabilidad del reencuentro.

Otras veces cuando el alma sigue deshilachándose pienso que solo es una entelequia que nunca se convertirá en realidad tangible.

Mis deseos caminan en la delgada línea que divide loirreal de los sueños a cumplir.

Te amo de manera irracional pero a la vez tan verdadera que te siento formando parte de mi ser.

Quiero estar a tu lado son demasiadas dilaciones.

La espera no es aconsejable para quienes padecemos de ansiedad aguda.

Tesoro no dejaré de pedir, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

 

https://www.youtube.com/watch?v=h2iJveKI9LU

 

 

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