VOLAR ENLIBERTAD

Buenos días ser de luz, iluminando mi realidad oscura. Quisiera poder soñarte y así cristalizar mi deseo de darte un beso. ¡No imaginás cuanto te necesito! Quisiera volar en absoluta libertad al lugar donde estás. Convertirme en un colibrí, conocido como picaflor que tiene la suerte de vivir entre las flores para alimentarse bebiendo el néctar de las mismas. Ilusiones lejanas de quien se siente derrotada por la muerte del ser que más amó en la vida. El picaflor cuyo verdadero nombre es colibrí, es un pájaro de belleza singular. Originario, del continente americano. Su aspecto etéreo le permite volar a noventa y ocho kilómetros por hora. Su vida está calculada entre los tres y cinco años. ¿Alcanzará ese tiempo y velocidad para llegar al lugar donde estás? En los espacios de poca población aparecen en primavera. En las grandes urbes no se muestran. El ruido los aleja. Prefieren el silencio de la naturaleza. Verdaderos representantes de la libertad. Derecho a defender mientras dure nuestra existencia para no ser avasallados por personajes que con sus actitudes muestran lo peor del ser terrenal. No califican para humano quien cosifica al otro. Tan habitual en estos tiempos que nos toca vivir. No es necesario cortar una calle o molestar al otro, solo basta desde nuestro lugar defender derechos inalienables. Derechos sin banderías políticas. Por respeto a quienes nos dejaron como herencia el bien más preciado debemos rendirles homenaje, defendiendo desde nuestro lugar cuando se intenta vulnerar aquello que sentimos en el momento de nacer. Ser libres. Tarea ardua. De ninguna manera difícil de lograr. Cual colibrí debemos volar hacia las flores que más nos agraden para ser felices o estar en paz para quienes por causas injustificables hemos aprendido con dolor profundo la cara de la soledad. Si estuvieras aquí, tengo la certeza que pensarías de forma paralela a la mia con las diferencias propias de pertenecer a otra generación. Hijo querido ¿Cuándo regresarás a mis sueños? ¿Sabías preciso de forma imperiosa verte para saber cómo estás lejos de tu familia chiquita? Si la diosa Pérsefone no te ha quitado los recuerdos, te ruego los ejercites. Mitigarás el padecimiento y desconcierto de tu propia realidad. Atrapado por las redes de la muerte que te llevó de manera temprana. No existe martirio en la tierra semejante a la muerte de un hijo, Nada ni nadie puede reemplazar esa trágica ausencia. No existen palabras para dar a conocer el horror. Sentimiento intransferible, no puede ser compartido con nadie. En absoluta soledad te acompaña el silencio y desasosiego. La pregunta recurrente es ¿Por qué? Tampoco se puede comunicar al otro el sentir de convertirte en mamá. Cuando tenés a tu hijo entre ni siquiera llegás a pensar que ese niño acunado entre lunas y soles puede partir antes que vos. No sé caminar el sendero de la desolación. Querido hijo. sabés como nadie solo puedo realizar estas confesiones a vos. Pese a ser un joven, sos el único capaz de comprender a esta madre que a diario se despierta con sentimientos encontrados pues mi deseo es no estar más aquí. Ignoro quienes te rodean. El golpe asestado por la muerte derriba todas las creencias. No sé utilizar palabras para describir la tortura de seguir en suelo terrenal. Si existen no las conozco. Imposible dejar de preguntar ¿Qué hice mal? ¿Qué necesitábamos para seguir haciendo crecer sueños y proyectos? No me alcanza cuando me dice hiciste todo aquello que estuvo a tu alcance. ¿Qué falto para estar juntos y fueras vos quien me despidieras a mí? Mantengo mi promesa de no vulnerar tu memoria. Esta faceta de la realidad jamás pretendí conocerla. Poco duró la felicidad de estar juntos. Nunca he sido conformista. Por el contrario siempre he sido reaccionaria. En las banderas esgrimidas están impresas las siete letras de tu nombre. Te amo querido, por ello siempre he de pedirte no olvides cuanto te quiere mamá. https://www.youtube.com/watch?v=S6j5XxEbkFU