Mi querido hijo, buenos días.
Te saludo en una mañana otoñal, la llovizna persistente
no deja de caer.
Quedan algunos días de mal tiempo.
Miraba periódicos del
exterior.
Llamó mi atención un reconocido diario arrojado cerca del kiosco de venta, la
mano de una mujer al leer los títulos contando la invasión de Rusia a la Nación
de Ucrania, ante las fotos desgarradoras de una guerra que no debió ocurrir
nunca, arrojó, sobre el ejemplar, flores de girasol, para rendir tributo a
tantas vidas desaparecidas, en manos del invasor.
Un ser disparatado con ánimos expansionistas, se niega a los
diálogos para hallar la paz.
Pienso en los jóvenes soldados que han muerto sin que a
quien desea territorio libre, poco le importa la muerte de los soldados y bebés
que han sido objeto del mayor desquicio de nuestra era.
Amenazante continúa la guerra que en pocas horas lleva dos
meses de terror de ver seres mutilados por ataques y bombardeos que pareciera
no tener fin.
El mundo entero ruega por la paz que puede lograrse a través del diálogo y
consenso, entre el invadido y quien comenzó este episodio bélico carente de
razón.
¿Puede el autoritarismo y el ánimo expansionista costar más
que la vida de los inocentes?
¿Quién juzgará a este criminal de guerra que vive atrasado
en el tiempo?
La época de los zares finalizó hace centenares de años.
Maléfico quiere retroceder en el tiempo para quedase con
territorios libres y democráticos.
No alcanza con la oración para que este cruento episodio
termine de una vez.
El planeta exige vuelva a reinar la paz, más allá del
pensamiento político, credo o religión.
Es muy difícil colocarse en el lugar de los otros.
Menos imaginar que han quedado familias desmembradas con el
agravante que no pueden despedir a sus seres queridos, pues son sepultados en
fosas comunes y jamás podrán llevarles una flor.
Todas las cadenas noticiosas, enviaron corresponsales, con
el propósito de cubrir este suceso sangriento.
La mayoría regresó a sus lugares de origen.
Ahora piensan en volver a enfrentarse con la muerte.
Admiro a esa mujer anónima
que dejó flores de girasol, para homenajea a las víctimas.
Jamás pensé tendríamos un enlace de estas características.
Recen para que todo vuelva a la normalidad.
Vida comparto con vos una poesía para no entristecer tu
soledad.
“La monja gitana
Autor: Federico García Lorca
Silencio de cal y mirto.
Malvas en las hierbas finas.
La monja borda alhelíes
sobre una tela pajiza.
Vuelan en la araña gris,
siete pájaros del prisma.
La iglesia gruñe a lo lejos como un oso panza arriba.
¡Qué bien borda! ¡Con qué gracia!
Sobre la tela pajiza,
ella quisiera bordar
flores de su fantasía.
¡Qué girasol! ¡Qué magnolia
de lentejuelas y cintas!
¡Qué azafranes y qué lunas,
en el mantel de la misa!
Cinco toronjas se endulzan
en la cercana cocina.
Las cinco llagas de Cristo
cortadas en Almería.
Por los ojos de la monja
galopan dos caballistas.
Un rumor último y sordo
le despega la camisa,
y al mirar nubes y montes
en las yertas lejanías,
se quiebra su corazón
de azúcar y yerbaluisa.
¡Oh!, qué llanura empinada
con veinte soles arriba.
¡Qué ríos puestos de pie!
Vislumbra, su fantasía!
Pero sigue con sus flores,
mientras que de pie, en la brisa,
la luz juega el ajedrez
alto de la celosía.”
Hijo querido espero puedas comprender no es posible
abstraerse de la realidad.
Nunca me cansaré de rogarte aparezcas en mis sueños y así
concretar la ilusión de darte un beso.
Poder abrazarte y acariciarte como en el ayer, cada día más
lejano.
Mo es suficiente llevarte tatuado en mi alma.
Angustia vivir en el mundo de las entelequias que nunca
mutarán a realidad tangible.
Sería agradable tener
la potestad de cambiar el pensamiento, no es posible cuando se tiene como
compañía una ausencia absurda e impensada.
Nadie podrá suplanta tu sonrisa, la hermosura de tu mirada
en la que podía sumergirme cada vez que lo precise.
Todo eso ya no está.
No creo que suja un ser luminoso como vos.
Hace un par de días le decía a tu prima, no escribiría mucho
tiempo más.
Con el amor sincero que te tiene sugirió descansara un par
de días, paa concluir “No podés hacerle
eso a mi primo.
Te va a extrañar”
Asistida por la razón, continué con los enlaces.
Percibo estás más cerca, aún cuando no sepa donde se ubica
tu hábitat.
Te amo y extraño desmesuradamente.
Te pido disculpas por los sentimientos locos que me asaltan
producto de no poder verte para darte un beso.
No te asustes no he perdido el raciocinio, simplemente
quiero estar a tu lado.
El miedo anula en ocasiones la razón.
He llegado a pensar que a mi arribo, no me reconocerás.
Sería otro impacto terrible.
Hijo no tenés dimensión de mis intenciones de finalizar mi
estadía en suelo terrenal.
No creo tenga muchas misiones a cumplir, si la necesidad de
sentí estoy cerca de ti y nadie osará separarnos otra vez.
Hijo querido, como siempre, he de pedirte por favor, nunca
olvides cuanto te quiere mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=AugCw75e0Io
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