Buenos días hijo querido.
Te saludo en una mañana soleada, después de una lluvia
intensa, ocurrida en horas de la madruga.
Coloridas gotas de agua rodaban por el ventanal de mi
refugio.
La tonalidad a la transparencia de aquellas, se debió al
reflejo de las luces de un cartel luminoso situado en la vereda opuesta a la
mía.
El cartel corresponde a un negocio que al anochecer su dueña
enciende con el propósito que el local, no pase inadvertido.
En el momento de bajar las persianas pude observar el llanto
del cielo, deslizándose por el cristal del ventanal.
No soy amiga de las noches tormentosas.
Hielan la sangre los alaridos de los truenos, antecediendo a
las saetas violetas, los conocidos relámpagos surcando el firmamento.
Perturban las tormentas.
La familia chiquita despierta asustada, demorando conciliar
nuevamente un sueño placido.
La lluvia es necesaria en épocas de sequía, sobre todo, en
las zonas agropecuarias que han comenzado la plantación de granos y plantas para
luego exportar a varios sitios del mundo, constituyendo una fuente importante
de ingresos a nuestra nación.
En las ciudades son beneficiosas, para las plantas que
poseemos en los jardines, exceptuando la caída de granizo que destruye todo a
su paso.
En esta ocasión solo llovió.
La imagen que antecede a las letras la tomé con el celular
para mostrártela a vos.
Quería compartir ese instante con vos en esta conexión,
establecida cotidianamente.
¿Recordás nuestras breves caminatas bajo la lluvia débil.?
Te gustaba cerrar el paraguas.
En el momento que te preguntaba a que se debía esa actitud,
con la sonrisa hermosa, respondías solo era agua.
Tus ocurrencias siempre me arrancaban una sonrisa.
Para vos era natural mojarte.
Tampoco suelo utilizar paraguas para protegerme, si solo se
trata de lloviznas débiles.
Recuerdos de momentos compartidos, que no regresarán jamás.
Los guardo entre las hilachas de mi alma deteriorada por el
dolor de no tenerte.
Destino no elegido.
La desaparición de un ser querido duelen, cuando se trata de
un hijo, es imposible superar, tan dramática situación.
No alcanza con recordarte cada segundo de esta realidad
solitaria.
Imposibilitada de darte un beso, a diario escribo para vos.
Es otra forma de establecer contacto con el ser que más amo
en el mundo.
Aquí y en los otros planos que puedan existir.
El amor de una madre hacia su hijo no se puede cuantificar.
Hoy quiero dejarte grafemas de autor conocido referentes al
agua.
Fuente de vida en algunos casos, de destrucción cuando de
fenómenos climáticos se trata.
Dejo las letras en
este sitio, para que puedan llegar a vos.
“La gota de agua y el océano
Autor: Omar Khayyam
La gota de agua del mar,
desprendida y solitaria,
en playa inhospitalaria,
triste se puso a llorar.
El Océano al sentir
Tan tierna
lamentación
de aquella separación,
la piedad le hizo sonreír.
-«Hija mía, entre los dos
hay una sola unidad,
y sobre esta inmensidad
no hay más grandeza que Dios.
«Entre tu cuerpo y el mío
nunca la extensión
verás:
nadie medirá jamás
la inmensidad del vacío».
Hijo de mi existencia, te acuné durante nueve lunas y sus
soles, sin pensar tu partida fuera tan injusta como prematura.
Te amo querido amigo, el más fiel de todos.
Te extraño de una manera difícil de dimensionar.
Continúo con el ritual de encender la computadora y observar
tus fotos, acariciándolas.
No alcanza, recorrer con mis dedos el monitor.
Al ser lo primero, que realizo cada mañana el mismo está
helado.
Desearía hacerlo con vos a mi lado, murmurándote, al oído la
intensidad del amor que has generado, en cada célula de mi ser.
Quiero recomponer los pedazos de esta mujer rota, estando a
tu lado por toda la eternidad.
Es necesario cumplir con las funciones básicas de una madre.
Sé no soy la única, solo quienes hayan pasado por iguales
circunstancias pueden comprender cuán grande, es el dolor.
Bienvenidas las palabras de quienes intentan confortarme.
En sus fueron íntimos, saben es imposible superar la
tristeza ante semejante pérdida.
Mi utopía más enorme, es verte aparecer en mis sueños.
No ocurre hace demasiado tiempo.
¿Por qué?
¿Podrás reconocerme cuando llegue a tu lado?
¿Cuándo se producirá el ansiado reencuentro?
¿Para qué dilatar un episodio, que ocurrirá en algún
momento?
¿Acaso no conocen la incomodidad que significa seguir en un
espacio que no me pertenece?
Mi deseo es abandonar suelo terrenal y así estar con mi hijo
para siempre.
Hijo querido te amo y extraño de una forma difícil de
dimensionar.
Continúo mi búsqueda entre las estrellas sin poder hallarte.
¿Dónde se encuentra,
tu hábitat?
Mis deseos de verte un instante, no se pueden dimensionar.
Hijito lindo, una vez más he de reiterar mi pedido, por
favor nunca olvides cuanto te quiere,
Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=wL7d4bB3zwM
No comments:
Post a Comment