Saturday, November 05, 2022

VELERO DE TUS SUEÑOS



Buenos días hijo querido.

Te saludo en una mañana cristalina y cálida.

Luce en el cielo el sol, iluminando todo con sus dorados destellos.

He presenciado la salida de veleros, salen del Puerto de Buenos Aires  con destino a Punta del Este en la República Oriental del Uruguay.

Navíos  de todos los tamaños, intentando quedarse con el premio mayor.

Navegan por  el Río de la Plata hasta llegar a la localidad de Carmelo, dono el curso de agua desemboca en las aguas del mar.

Es un deleite verlos partir.

Elegí el velero de tus sueños.

No se trata de un buque pequeño, sino mediano con tres velas para desplegar, durante el viaje y de esa forma poder con la ayuda del viento aumentar la velocidad.

El paisaje es un espectáculo digno de observar.

Las velas blancas recortadas sobre el cielo azul, con algunos celajes blancos, adornando el cielo azul.

Tomé una foto y la utilicé para comenzar estos contactos que acarician mi alma entristecida por tu ausencia.

Para vos el agua era tu otro medio de vida.

¿Existen superficies acuosa en el espacio donde está tu hábitat?

Una vez al año se corre la regata entre Argentina y Uruguay,

Participan navegantes  extranjeros y nacionales,

Es conocida a nivel mundial.

Si estuvieras entre nosotros, tengo la certeza habrías seleccionado, el mismo velero, por ello quise mostrártelo, para que el disfrute fuera compartido.

Como a un delfín te agradaban los territorios de  Poseidón.

Trato de mantenerme alejada de ellos, dado  que en mis deportes favoritos no está contemplada la natación, por temores que no he podido resolver.

Entiendo la soledad e inmensidad, es el mejor espacio para reflexionar, sacar conclusiones y aprender a elegir.

El miedo anula en mí todas esas posibilidades.

Prefiero ejercitarlas en tierra firme.

Los espectáculos marítimos los observo desde la costa, en tierra firme.

Para hoy seleccioné un poema de autor,  quien alude a los veleros,

Es mi deseo dejarlo aquí para compartirlo con vos.

 

“Poema9 Veinte poemas de amor y una canción desesperada

Autor: Pablo Neruda

 

Ebrio de trementina y largos besos,

estival, el velero de las rosas dirijo,

 

torcido hacia la muerte del delgado día,

 

cimentado en el sólido frenesí marino.

 

Pálido y amarrado a mi agua devorante

 

cruzo en el agrio olor del clima descubierto,

 

aún vestido de gris y sonidos amargos,

 

y una cimera triste de abandonada espuma.

 

Voy, duro de pasiones, montado en mi ola única,

 

lunar, solar, ardiente y frío, repentino,

 

dormido en la garganta de las afortunadas

 

islas blancas y dulces como caderas frescas.

 

Tiembla en la noche húmeda mi vestido de besos

 

locamente cargado de eléctricas gestiones,

 

de modo heroico dividido en sueños

 

y embriagadoras rosas practicándose en mí.

 

Aguas arriba, en medio de las olas externas,

 

tu paralelo cuerpo se sujeta en mis brazos

 

como un pez infinitamente pegado a mi alma

 

rápido y lento en la energía sub celeste.”

 

¿Cuándo aparecerás en mis sueños?
Es necesario comiences a recibir los besos que tengo guardados para vos.

¡Impide lleguen a marchitarse!

Están para que los recibas tersos,

para depositarlos, en tus mejillas.

Percibir están con su legítimo dueño.

Hijo es demasiado dificultoso continuar en suelo terrenal.

Mi lugar está junto a vos.

Ha sido duro el destino con nosotros.

Inmerecida tu partida temprana.

Los proyectos que tenías se derrumbaron como si fuera un castillo de naipes.

La vida perdió todos los atractivos para mí.

Eras mi motivo para seguir.

Desde donde estás recibo de manera constante tu energía.

El tema es que pese a tus buenos propósitos, no deseo continuar en territorio hostil.

¿Cuál fue mi error?

Quizás nunca llegue a comprenderlo en su real dimensión.

Imposible permanecer en las sombras.

No es la vida que elegí.

Me preparé para ser madre y fueras vos quien me despidiera, al partir.

No ocurrió.

La existencia logró conociera el más terrible de sus rostros.

Jamás aceptaré imposiciones tan erráticas. Ni esencia sos vos.

Te ano y extraño de forma incondicional.

No se encuentran las palabras que puedan definir el sentimiento  más puro.

Te amo y extraño con idéntica intensidad.

Quiero estrecharte e un abrazo y no separarnos jamás.

Acariciarte también está en el mundo de las entelequias, cuando debería ser una reacción normal, entre un hijo y su madre.

¿Por qué estoy inhibida para realizarlo?

¿Por qué la insistencia, para no responder a ninguna de  mis disquisiciones?

¿Carecen de argumentos?

Hasta el fin  de mis días insistiré, en la obtención de alguna respuesta.

Querido mío como siempre en estas conexiones, en las que te percibo más cerca, he de reiterar mi pedido, por favor nunca olvides cuanto te quiere,

Mamá.

 

 

https://www.youtube.com/watch?v=lLI2eu0bVMY

 








 

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