Buenos días hijo querido.
Te saludo en una mañana diáfana.
Deseo compartir una leyenda que me contó tu hermano de la vida, de su último
viaje a Egipto, a principios de este año.
Estaba alojado en un hotel donde las ventanas del dormitorio
daban frente a las pirámides de Keops, Kefrén y Miserino.
A la mañana siguiente en una excursión m fueron a conocer el
desierto, montado sobre un camello.
Después de varios kilómetros de viaje, cruzaron por un
oasis, donde los viajeros suelen saciar su sed.
Pasado aquel, el paisaje se volvió monótono.
El territorio seguía siendo una extensión difícil de dimensionar de arena,
con algunos médanos donde crecían malezas de gran altura.
De pronto encontraron una rosa en el desierto, cercana al
oasis.
El guía turístico,
les comentó que había nacido sin conocer el origen exacto de la misma.
Agregando, hace muchos años una mujer que utilizó el oasis
para refrescarse y beber agua, continuó con el derrotero a la ciudad de donde
había salido, para encontrarse con su familia, que le había recomendado
desistiera de esa caminata, pues podía perderse entre las arenas del desierto.
Pasados varios días sin tener noticias de ella, salieron en
su búsqueda a varios kilómetros del inicio, pasando el oasis, encontraron en la
arena un rosal con una rosa de color, rosa intenso.
Quienes pasan por allí recuerdan, con una oración a la
muchacha que nunca apareció.
Se ignora como apareció esa planta en un espacio donde solo
crecen gramillas o pasto.
Como el cuerpo de la mujer nunca apareció, un sacerdote,
integrante de la comitiva, expuso su teoría.
Según su criterio se trataba del cuerpo de la mujer perdida,
perpetuándose, en el espacio donde perdió la vida.
Ignoro si el representante de la iglesia decía la verdad o
solo se trataba de exceso de imaginación.
Curiosamente han pasado muchos años y la rosa en el desierto
permanece intacta, en el sitio que fue encontrada.
Probablemente sea cierto o no.
El relato es estremecedor, por ello quise contártelo a vos.
Atenta escuchaba las expresiones de tu amigo, que hoy es mío
también.
Espero puedas disfrutarla tanto como yo al oírla, de un ser
querido, es así como se transmiten en ciertos lugares del mundo, leyendas o
creencias.
Cuando una persona se extravía en el desierto, siempre nacen
este tipo de historias.
Al no poder comprobar si se trata de una realidad o ficción,
aquello que no se puede acreditar se transforma en leyenda con el correr de los
años.
Enigmas difíciles de develar que resultan atractivos cuando
quien los relata lo hace convencido de las palabras escuchadas en un viaje de
placer.
Para hoy seleccioné un poema de autor que dejo aquí para que
puedas leerlo.
“Oasis
Autor: José Ángel
Buesa
Así como un verdor en el desierto,
con sombra de palmeras y agua caritativa,
quizás, será tu amor
lo que me sobreviva,
viviendo, en un poema después que yo haya muerto.
En ese canto, cada vez más mío,
voces indiferentes, repetirán mi pena,
y tú has de ser entonces como un rastro en la arena,
casi, como una nube
que pasa sobre un río...
Tú serás para todos una desconocida,
tú, que nunca sabrás cómo he sabido amarte;
y alguien, tal vez, te buscará en mi arte,
y, al no hallarte en mi arte, te buscará en mi vida.
Pero tú no estarás en las mujeres
que alegraron un día mi tristeza de hombre:
como oculté mi amor sabré ocultar tu nombre,
y, al decir que te amo, nunca diré quién eres.
Y dirán que era falsa mi pasión verdadera,
que fue sólo un ensueño la mujer que amé tanto;
o dirán que era otra la que canté en mi canto,
otra, que nunca amé ni conocí siquiera.
Y así será mi gloria lo que fue mi castigo,
porque, como un verdor en el desierto,
tu amor me hará vivir después que yo haya muerto,
pero cuando yo muera, ¡tú morirás conmigo!”
Sol de mi existencia
¿Cuándo aparecerás en mis sueños?
Los deseos de darte uno de los tantos besos que tengo
guardados para vos, aumentan a diario.
Igualmente la necesidad de estrecharte en un abrazo sin
final.
Mis manos necesitan
acariciarte.
Han pasado más de siete años de ausencia y te quiero más que
nunca.
Añoro la sonoridad de tu voz llamándome.
¿Cuánto tiempo falta para comenzar mi ascenso?
¿Puedo contar con tu ayuda?
¿Cómo llegaste a tu hábitat, ubicado en la estrella más
brillante?
¿Has tenido miedo a lo desconocido?
¿Por qué si estábamos
juntos no nos llevaron a los dos?
Los personeros de la muerte se equivocaron en esta ocasión.
No es mi deseo continuar en suelo terrenal.
Imperiosamente, preciso estar a tu lado para decirte cuanto
te amo y extraño.
Todos tus presagios se van cumpliendo inexorablemente.
Has sido y serás muy sabio.
Tengo convicciones que señalan que mi lugar está a tu lado.
Produce tristeza y hartazgo la soledad no buscada, menos en
estas aciagas circunstancias.
Querido mío como es costumbre en estos enlaces maravillosos
que nos acercan un poco más, he de reiterar mi pedido, por favor nunca olvides
cuanto te quiere,
Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=lHeIfJjg_1M
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