Buenos días hijo querido.
Te saludo en una mañana diáfana nimguna mune opaca el cielo
azul.
Febo regala sus destellos dorados a quienes les gustan sus
dorados destellos.
La jornada promete, ser calurosa.
Ayer por la tarde fui a comprarle, un regalo para tu tío.
Es difícil elegir algo para él, dado que tiene de todo.
Descubrí un comercio, que vende vinos finos.
Al ver como los preparan recordé suele beber en ocasiones
especiales, una variedad de ellos.
Desconozco el contenido por ser abstemia igual que el Dios
de los vinos, Baco.
Un hombre cuya palidez se destacaba exceptuando las manos y
rostro, que al padecer una enfermedad desconocida en aquella época, tenía un
color rosado intenso en la cara y ambas manos.
No se conoce con certeza la fecha de su nacimiento, se ubica
en la mitad del siglo XV AC.
Constituye una contradicción lo hayan nominado como la
deidad de los vinos, cuando jamás en su vida bebió alcohol.
Capricho de los Reyes de entonces que elegían como deidades
a personas, poco relacionadas con la función asignada.
Las mesas donde se reunían los invitados a una fiesta
debían estar adornadas con rosas o
racimos de uva, ubicados cerca de las copas, que podían ser de cristal o de oro,
colocadas
cerca de aquellas.
Las de metal tenían la forma de un cáliz, tal cual utilizan
los sacerdotes, en el momento de ofrecer una misa.
Mientras esperaba para abonar la compra, surgieron esos
recuerdos.
La imagen que antecede a este encuentro diario, estaba
colgada dentro del local, tomé una foto con el objetivo que pudieras verla.
Nunca antes había
escrito sobre Baco y su historia.
Cada mañana intento sorprenderte con algo original.
Conocería después, las rosas se colocaban en el sitio que
ocuparía una mujer.
Para los hombres correspondía colocar, racimos de uva.
Para la fecha seleccioné un poema de un reconocido autor, lo
dejo aquí para compartir con vos.
“MI COPA DE VINO
Autor: José Carlos Cataño
Quién te bebe, vino oscuro,
Quién, en tu borde,
Sus labios duerme
Riegas la aridez de la noche,
Mas tu hacer se estremece
Al son de la borrasca.
De tu silencio fluye
Anudada la sangre
A tu humedad.
Viertes el brillo de lo que fue
Sobre la copa que tamiza
La luz en alto.
Viertes la danza del forastero
Intermitente en el refugio
De la noche que mengua.
Viertes el sabor de quien resurge
Sobre la vida que decrece
Bajo el peso de la fatiga.
Alguien,
Si alguna vez, tan intensamente
Fue, como el recuerdo gime,
Arde tan lejos que ya lo creo
Verdadero en la distancia.
Quise arder sobrevivo de su cuerpo
Que no fue. Mas mi empeño, de dañarlo,
¿No sería una extraña forma
De amor?
¿No sería acaso el deseo,
Arder distantes
En la memoria?
Deslízate en mis labios que no siento,
Pues me colma
Tu inexistencia.
Como el nombre en el verbo, sucumbid,
Chorros, en busca
De lo ya escrito;
Sucumbid, como el vino
Ahonda con su peso
La copa
De oscuridades.
Que tal es mi deseo.
Silencio ebrio de sí.”
¿En qué lugar del Universo se encuentra tu hábitat?
Cada vez que formulo esta pregunta, es porque aún no te
encontré en ninguna de las estrellas que miro durante las noches despejadas.
¿Tan lejos estás?
Pese a la distancia impuesta, te percibo aquí.
Ocupás la totalidad de mi alma deteriorada por el dolor.
¿Cuándo aparecerás en mis
sueños?
Poseo la necesidad imperiosa de darte un beso.
Besos que aumentan mientras el tiempo, transcurre, sin prisa
ni pausa, los besos se multiplican a diario.
Añoro te lleguen a vos.
¿Ocurrirá?
¿Has presenciado algún reencuentro entre familias que han partido?
¿Cómo se dieron los mismos?
¿Podrás ayudarme en el ascenso?
No es mi deseo seguir esperando, en suelo terrenal.
Necesito estar a tu lado, acompañando tu soledad.
No encuentro comodidad permaneciendo, donde no quiero
continuar.
Tampoco comprendo los caprichos del destino.
¿Para qué sigue reteniéndome
en este espacio detestable?
¿Su esencia le quitó a su familia?
¿Solo despoja de sus hijos a las madres que luchan por
ellos?
¿Cuál es el idioma que debo utilizar para comunicarme con
él?
¿Tendrá capacidad para comprender o solo se trata de un ente
obcecado, por su inmenso poder?
La lucha es desigual, no es saludable aprovecharse de una
mujer vencida por la peor tragedia.
Tesoro, te amo y extraño de una forma difícil de dimensionar.
Todas las noches ruego poder soñarte para decirte cuanto te
amo
¿Por qué me castigaron, sin darme la oportunidad de
defenderme?
¿Qué hice mal?
¿Qué más debía hacer?
¿No están capacitados para señalar el error?
Ser de luz, amigo fiel, como es costumbre en estas
conexiones donde te siento aquí, he de reiterar mi pedido, por favor querido
mío, te ruego nunca olvides cuanto te quiere,
Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=zLRdC9nxmqc
No comments:
Post a Comment