Buenos días hijo querido.
Te saludo, en una mañana cálida, brilla el sol en la esfera
celeste, otorgándole un matiz especial.
En estado onírico, Morfeo la deidad de los sueños me
transportó a un bosque desconocido por mí.
La vegetación era diferente a otras que vimos los dos.
En este predio difícil de dimensionar, después de caminar
bastante, encontré a un anciano parado frente a una escalera con peldaños de
piedra que ascendía hacia lugares de otra dimensión.
En el instante de advertir mi presencia, con voz casi
inaudible, quiso saber hacia dónde me dirigía.
Expresé mi intención de escalar los peldaños, dado que deseaba saber qué era esa luz tan intensa
que se encontraba en el aparente final.
No entendí cuando me dijo no se trataba del reflejo del Astro
Rey, sino una luz que pudo conocer en
una etapa de su vida, cuando sufrió un
accidente.
Su estado era tan grave que los médicos convocaron a un
sacerdote para que rezara por él, pues estaba a punto de perder la vida, tan
grave que le dieron los sacramentos de la extremaución.
Se quedó profundamente dormido, tanto que los médicos y
asistentes comenzaron, las maniobras de resucitación cardiopulmonar.
No pudo precisar cuanto tiempo su corazón había dejado de
latir.
En ese estado advirtió la escalera especial.
Al ser rescatado de los brazos de Tánatos, abrió sus ojos
para llamar a su esposa, esperaba fuera de la sala de terapia intensiva, tenía
entre sus manos un rosario de cuentas transparentes, que su marido le había
regalado en el momento de celebrar su cumpleaños.
Rápidamente los
médicos salieron de la sala de internación, para contarle lo sucedido con su
esposo.
Los profesionales se mostraban sorprendidos por la pronta
recuperación del paciente, antes en estado crítico.
Por el momento no podía pasar a verlo.
Concertaron una visita para el día siguiente.
Ella, más que nadie sabía
de la fortaleza de su esposo, para salir de momentos dramáticos,
Cuando salió de la institución médica el anciano quiso ver
la escalera que no pudo ascender.
Escuché interesada la historia.
Preguntó a qué se debía mi presencia en ese espacio.
Brevemente expresé quería
escalar los peldaños de piedra, con el propósito de investigar de dónde
provenía la luz que se veía al final.
Sonriendo me pidió regresara a mi refugio, dado sabía no era
el momento de ascender pues la escalera especial llevaba al cielo y no era mi
momento de llegar allí.
La figura del anciano se desvaneció.
Buscándolo en la
espesura del bosque el sueño concluyó.
Desperté conmovida llamándote.
No recibí ninguna respuesta.
Quizás el anciano haya tenido razón al lograr me despertara en ese estado
de conmoción que nunca olvidaré.
¿Es esa la escalera que utilizaste al partir?.
Conociendo nadie resolverá este dilema nuevo, decidí buscar
un poema de una autora peruana que es una delicia que como siempre deseo
compartirla con vos.
La dejo aquí para que puedas leerla si aún conservás esa
capacidad.
“ESCALERA AL CIELO
Autor:
Elvira Colqui Rojas
Dicen que hay una escalera larga y blanca,
de nubes algodonadas de sueños de plata,
con murallas de oro puro,
adornada, con piedras
preciosas:
zafiros, esmeraldas, topacios, amatistas...
Que allí, no hay sinsabores, enfermedad, ni pobreza,
ni fatigas, ni llanto.
¡No la he visto todavía más buscarla yo quisiera!
Dicen que termina en un sol muy brillante,
con fuentes cristalinas que no se acaban nunca.
Un lugar donde abundan leche y miel,
donde todo es armonía plena,
¡Qué hermoso será habitar ese lugar!
Debe ser como vivir en el más hermoso planeta,
sin prisas, sin estrés,
donde los hombres se amen de una vez.
Me han dicho también que su puerta es muy chiquita,
para que los soberbios de gran tamaño no puedan entrar.
¡Cuánto misterio esconde la morada celeste!
¡Cuánta historia escondida!
¡Cuánta belleza fecunda!,
y mientras llego,
he de hacer mi propio cielo
aquí en la tierra...”
Mi querido hijo
¿Cuándo aparecerás en mis sueños?
Además de mis deseos de darte un beso, quiero contarte las
experiencias vividas desde tu ausencia temprana.
Otra de mis utopías a cumplir es tener la posibilidad de
acariciarte, poder estrecharte en un abrazo tibio, como antes.
Tesoro de mi existencia, te amo más que a nadie en el mundo.
Necesito verte con el propósito de reanudar nuestras charlas
con las miradas, que aumentaban el amor que nos prodigamos.
Pedirte ayuda para llegar a vos.
Mientras tanto quiero contarte, mi búsqueda entre las
estrellas no cesará.
Son tantas, que resulta difícil hallarte.
Insistiré.
Hijo amado, amigo fiel, he de pedirte como siempre, por
favor nunca olvides cuanto te quiere,
Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=mJEt78mS4n4
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