HOJAS MULTICOLORES

Buenos días hijo querido.

Te saludo en una mañana ventosa.

El viento jugando con las hojas de los árboles,  las desprendió de sus ramas, formando en las esquinas pequeñas almohadas de hojas multicolores, agrupándolas.

Tomé una foto para colocarla antes de esta conexión que nos acerca cada día un poco más.

Las hojas unidas eran semejantes a la paleta de un pintor.

Quise las vieras desde tu hábitat.

Anhelo puedas llegar a observarlas y te gusten tanto como a mí.

Ciertos fenómenos de la naturaleza producen imágenes, difíciles de olvidar.

Para esta jornada anuncian lluvias que harán descender la temperatura como si estuviéramos transitado el invierno que partió.

Nuevamente a sacar los abrigos pues el descenso térmico se hará notar.

Produce placer contarte los eventos ocurridos en suelo terrenal tan distante de tu morada.

Tanto, que es imposible de imaginar.

Mientras tanto te sigo buscando entre las estrellas.

En el momento que te encuentre, podré enviarte todos los besos que tengo guardados para vos.

Cada jornada se van, sumando.

Preciso tener muchos para enviártelos  y que ellos sean portadores de todo el amor que has sabido generar en cada célula de mi piel.

No solo estás alojado en mi corazón sino también en aquellas.

Quisiera atraparte entre mis brazos, para demostrarte este sentimiento que a diario crece un poco más.

Nada llama mi atención.

El pensamiento es único y está relacionado con mi hijo amado.

Los arbitrios del destino no son perfectos, equivocaron su derrotero, al arrancarte de mi lado.

Actitud egoísta, dejarme sola en un espacio que no reconozco.

Deseo abandonarlo con celeridad.

Para ello necesito ayuda de seres de luz similares a vos.

¿Los encontraré?

Es muy difícil continuar sin tu presencia.

Solo pido ser liberada de un cautiverio, no elegido por mí.

Detesto seguir en territorio hostil, presumiendo quizás pueda ser útil a tu lado.

La vida en sus vueltas culminó, cayendo sobre mí.

Aparecieron sentimientos encontrados.

Ninguna madre, piensa alguna vez, tendrá la tarea trágica, de despedir a su hijo cuando debió ser en forma inversa.

Quedaron muchos sueños por cumplir, como la realización de viajes a sitios no conocidos.

Nadie tiene respuestas a mis disquisiciones.

En ocasiones pienso que no le asiste ningún derecho a sesgar vidas, sin razón de ser.

Hace un par de días le comentaba a tu prima, no pensaba en seguir en el camino de las letras.

Con sabiduría respondió no solo te dañaría a vos sino sería perjudicial para mí.

Asistida por el raciocinio, escuché cada una de sus sugerencias.

En soledad absoluta, llegué a la conclusión que por pasar días difíciles, no tengo derecho a cortar estos diálogos.

Única herramienta  donde puedo percibir tu cercanía.

Los esfuerzos que hacés para que pese a tu ausencia prematura, no sea tan dolorosa.

En el instante que comenzamos los contactos matutinos es cuando te percibo, en mi refugio.

Lamento en el alma no hayas podido conocerlo.

Hubiera sido de tu agrado no solo la ubicación, sino el espacio que no nos dejaron compartir.

¿Querido qué hice mal?

¿Qué faltó hacer?

Dilemas que no serán resueltos hasta el momento del ansiado reencuentro.

¿Existirá? 

Para hoy elegí letras de autor relacionadas con el epígrafe de esta conexión.

Las dejo aquí para compartirlas con vos.

“Hojas al viento

Autor; Carlos Guido y Spano

¡Allá van! son hojas sueltas

De un árbol escaso en fruto;

Humildísimo tributo

Que da al mundo un corazón.

Allá van, secas, revueltas

En confuso torbellino,

Sin aroma, sin destino,

A merced del aquilón.

Esas hojas los ensueños

De la vida simbolizan,

Cuando puros divinizan,

La ventura o el afán;

Son emblemas de risueños

Devaneos que en su aurora

La ilusión virgen colora,

¡Y que nunca ¡ay! volverán!

¡Hojas mustias y sombrías!

ya las ramas que adornaron,

Tristemente se doblaron;

El pampero sopló allí.

Las agrestes armonías

Que otro tiempo al aire dieron,

De la tarde se perdieron

En la bruma carmesí.

Allá van, sí, desprendidas

Por las ráfagas de otoño.

Sin que dejen ni un retoño

En su tránsito fugaz;

¡Pobres hojas esparcidas,

Por el viento arrebatadas,

de las vegas encantadas

A que dieron sombra y paz!”

Hijo querido el amigo más fiel, si aparecieras en mis estados oníricos, recuperaría pequeñas pinceladas de paz.

Constituye una utopía, que deseo convertirla en realidad tener por un instante, la posibilidad, de sumergirme en la profundidad de tu bella mirada.

Susurrarte al oído el cariño inconmensurable que siento por vos.

Ser valioso que nunca actuó por interés.

Transparente como el agua de un río de montaña.

No me cansaré, de agradecerte haber recibido como legado, la amistad de tu hermano de la vida.

 El único que cumplió, la promesa de no abandonarme, en instancias tan tracias tan trágicas.

El resto lo conocés, por ello no considero sacar del terreno de la no existencia a esos entes que nunca comprenderé sus actitudes ingratas hacia vos.

Tesoro de mi alma, te amo y extraño desmesuradamente.

Has sido y serás lo mejor que me regaló la vida.

Como es habitual en estos enlaces, no me cansaré de reiterar mi pedido, por favor nunca olvides cuanto te quiere,

Mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=Q3bHarBn7Fw