Buenos días hijo querido.
Te saludo en una mañana
cálida y soleada.
Deseo compartirte un sueño transcurrido en la Costa
Atlántica.
En una noche de luna llena, salí a caminar.
Grande fue mi sorpresa al encontrar un sendero de rosas
rojas sobre la arena iluminadas por el rostro plateado de Selene.
Una visión espectacular que solo puede suceder en estado
onírico.
No encontré a quien preguntarle quien había dejado las rosas
rojas allí.
Estuve largo rato admirándolas y a la vez preguntándome quien las habría dejado en ese sitio tan
particular.
Cientos de rosas rojas colocadas sobre la playa.
Caminé hasta la orilla del océano, sin encontrar respuesta.
Quería saber quién las había dejado en ese sitio tan
solitario y el motivo de tal situación.
El contacto con el
agua logró despertara en mi habitación.
Estuve largo rato pensando sin hallar solución a mis
interrogantes.
En los sueños todo puede suceder.
¿Habrá sido una señal?
¿De quién?
Quizás en mi mente dormida pensé las habías dejado vos.
No conozco a otro ser al que le agraden ese tipo de
sorpresas tan agradables a la vista, de quienes encontramos paisajes así.
En esos momentos se mezclan ficción y realidad,
No siempre los estados oníricos suelen ser tan placenteros.
Esa visión ha quedado guarda en mi memoria.
Es difícil la llegue a olvidar.
Tampoco dejo de lado los sueños que je tenido con vos.
La capacidad del cerebro es como una caja fuerte.
Los objetos valiosos se guardan ahí.
Jamás hay que perder
la capacidad de soñar.
Como decía el poeta Calderón de la Barca, los sueños, sueños
son.,
Algunos tienen resolución, la mayoría pertenece al
mundo de los misterios.
La mayoría constituyen un enigma.
Quisiera soñarte a vos todas las noches.
Aún, cuando no suceda, estás siempre en un lugar especial de mi ser.
Para la fecha elegí, frases y citas de autores reconocidos
quienes refieren a las rosas en general.
Las dejo en nuestro lugar de encuentro con la esperanza
puedas acceder a su contenido.
Porque en la vida no hay más realidades que éstas: un
destello de sol, un aroma de rosa, el son de una voz; y aun así de vanas y
efímeras son lo mejor del mundo, lo mejor del mundo para mí.
– Luis Cernuda
La rosa que resurge de la tenue ceniza por el arte de la alquimia. La rosa de los persas y de Ariosto, la que siempre está sola, la que siempre es la rosa de las rosas. La joven flor platónica. La ardiente y ciega rosa que no canto. La rosa inalcanzable.
– Jorge Luis Borges
¡Qué sería la vida sin rosas! Una senda sin ritmo ni sangre,
un abismo sin noche ni día. Ellas prestan al alma sus alas, que sin ellas el
alma moría, sin estrellas, sin fe, sin las claras ilusiones que el alma quería.
– Federico García Lorca
El clavel, lindo en
color, y la rosa todo amor; el jazmín de honesto olor, la azucena religiosa,
¿Cuál es la más hermosa?
– Tirso de Molina
Cultivo una rosa
blanca, en julio como en enero, para el amigo sincero que me da su mano franca.
Y para el cruel que me arranca el corazón con que vivo, cardo ni oruga cultivo:
cultivo la rosa blanca.
– José Martí
Una mirada desde la alcantarilla puede ser una visión del
mundo. La rebelión consiste en mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos.
– Alejandra Pizarnik
Todas las rosas son
la misma rosa, amor, la única rosa. Y todo queda contenido en ella, breve
imagen del mundo, ¡amor!, la única rosa.
– Juan Ramón Jiménez
En el silencio estrellado la Luna daba a la rosa y el aroma de la noche le henchía sedienta boca, el paladar del espíritu, que adurmiendo su congoja se abría al cielo nocturno de Dios y su Madre toda.
– Miguel de Unamuno
Los que vieron la
dama luciendo aquella rosa que era como el fragante cóagulo de una llama, no
supieron decirme cuál era más hermosa: si la rosa o la dama. Los que vieron la
dama llevar la flor aquella, como un broche de fuego sobre su piel sedosa, no
supieron decirme cual era la más bella: si la dama o la rosa. Cuando pasó la
dama, fue un perfume su huella. Nadie supo decirme si fue la flor, o ella, la
que dejó la noche perfumada. Y yo, yo, que la tuve desnuda sobre el lecho, yo,
que corté la rosa para adornar su pecho, tampoco dije nada.
– José Ángel Buesa
Tesoro de mi vida solitaria, te amo y extraño de manera
difícil de dimensionar.
Mantengo la ilusión
de hallar nuevos vocablos, para expresarte mi amor y devoción hacia vos.
¿Cuándo pasarás nuevamente por mis sueños?
Es la única posibilidad que poseo para entregarte todos los
besos que guardo para vos, sin poder hacer lleguen a su legítimo dueño.
Preciso tu ayuda para cumplir mi mayor anhelo, quiero estrecharte
en el más cálido de los abrazos.
Será diferente a los otros, dado que tendrá inicio pero no
final. Imploro calmes mis manos, exigen reanudar las caricias, interrumpidas
por el destino, mostrando su fase más cruel.
Arbitrario y autoritario sus desplantes solo traen dolor.
¿Desconoce los hijos no deben morir?
¿Por qué se arroga la potestad, de arrancar los hijos del
lado de su madre?
¿Por qué su proceder es tan aberrante?
¿No sabe los hijos no deben morir?
Son ellos quienes deben despedir a sus mayores?
¿Ente malicioso por qué si estábamos juntos, no nos llevó a
los dos?
¿No viste era yo quien sostenía su mano, antes de partir?
¿Para qué pregunto si jamás responderá?
Hijo de mi vida, quiero sepas no es mi deseo seguir viviendo
en suelo terrenal.
Es demasiado complejo continuar en un espacio en el que no
se desea permanecer.
Mi lugar está junto a vos.
Ha legado el instante preciso para construir mi efugio
definitivo, en una estrella cercana a tu hábitat.
¿Cuándo vendrás a buscarme?
No demores tu llegada.
Necesito me lleves con vos para encontrar definitivamente
paz duradera.
¿Podrás reconocerme al llegar?
En mi equipaje solo llevaré amor.
Sentimiento que has inspirado en mí y sigue creciendo.
Como es usual en estos enlaces que permiten te perciba aquí,
y hasta el último día de mi vida, he de pedirte, por favor nunca olvides cuanto
te quiere,
Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=iCZ-QFtsmco
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