ENCADENADA

Mi cielo adorado, siempre espero puedas aparecer en mis sueños.
Por alguna circunstancia que no puedo dilucidar, ese episodio tan requerido por todo mi ser no se concreta.
Desde tu ausencia mis días no son fáciles.
Significa una tortura despertar para enfrentar las horas que vendrán.
Los obstáculos se multiplican.
Estos días son el preludio de más desazón.
El sábado se cumplirán cuarenta y nueve meses de tu partida.
Jamás aceptaré no estás a mi lado pues te llevo dentro de mi corazón.
Aún no había llegado la alborada cuando desperté de un sueño inquietante.
El estado onírico es un gran creador de entelequias.
Las utopías suelen hacer alquimia con la realidad.
No puedo precisar el lugar.
Seguramente estaba cerca de algún espejo de agua.
La memoria recrea cada uno de ellos.
Eran tu pasión a la hora de sumergirte y comenzar a deslizarte por las aguas con la naturalidad de quien sabe hacia donde quiere llegar.
Delicadas transparencias líquidas reflejando, el cielo añil.
Algunos peces se animaban a nadar cerca del puerto.
La inteligencia lograba, el cardumen, se alejara cuando un navío estaba a punto de fondear en la orilla o atracar.
Los de gran porte son acompañados, por remolcadores, hasta que pueden amarrar gruesas cadenas en los pilotes de cemento que se encuentran en cada puerto.
En un instante me alejé del lugar.
Eso creo.
De pronto la oscuridad cubrió mi visión.
Poco entendía.
Minutos antes el sol había comenzado su ascenso diario en el horizonte.
Recuerdo busqué en el interior de mi bolso, las gafas para el sol.
En esta época comienza a ser más fuertes los destellos dorados de la estrella más grande del universo.
No sabría explicar como apareció alguien que con una cinta tapó mi mirada.
A la cinta le agregaron cadenas.
No era fácil desplazarme con los ojos tapados.
El terror se apoderó de mi alma cuando noté, era imposible avanzar.
¿Se trató de una patética jugada del destino, resuelto a quitarme los pequeños atisbos de paz que suelo tener?
Con mis manos pude deducir que estaba inmovilizada por cadenas de gruesos eslabones.
¿Encadenada?
¿Por qué?
¿Conoceré el argumento de esta crueldad sin sentido?
Lleve mis manos aún libres hacia mis ojos.
Poseía una venda, sobre ella una cadena de eslabones más pequeños.
Poco duraría la libertad de mis manos.
También serían rodeadas por cadenas.
¿Qué mensaje quisieron hacerme llegar?
¿Qué significado tenían los anillos colocados en la mano derecha?
Groseros por su tamaño.
Nunca usaría esas piedras ridículas
Intenté tranquilizarme.
Para conseguirlo busqué en mi memoria tu recuerdo vivo por siempre en aquella.
Te observaba hermoso tal cual sos.
La sonoridad de tu voz intentaba transmitirme tranquilidad.
Varias veces pronuncié tu nombre.
¿Qué impidió respondieras?
Sentí la fragancia de tu perfume.
¿Estabas cerca de mí?
La sonoridad del silencio. Convocó al llanto.
De la forma que estaba sujeta mi vista, ninguna lágrima humedecía el rostro,
Quedaban acumuladas en esa cinta en la que se apoyaban las cadenas.
¿Para que tanta protección si no puedo ver a mi hijo?
¿Por qué las actitudes son tan siniestras?
¿A qué se debe mi cautiverio?
El motor de un auto se acercaba hacia donde estaba ubicada.
El espacio en el que estaba parecía ser el asiento de un vehículo.
¿Qué es esto?
¿Hacia dónde me llevarán?
¿Dónde habrá quedado mi hijo adorado?
¿Por qué no puedo oír la melodía de su voz?
¿Dónde quedó mi bolso?
Pude preguntar hacia donde me llevan, la respuesta fue lacónica:
“A ningún sitio especial”
Decidí mantener silencio.
No deseaba entablar ninguna conversación con seres hostiles.
El auto frenó con violencia.
Quedé parada en alguna parte.
Se escuchaba el sonido de lanchas surcando las aguas.
El puerto no era.
¿Dónde estaría?
Me pidieron mantuviera cerrado los ojos.
Liberaron las cadenas de las piernas.
Luego la de los brazos.
Repitieron siguiera con los ojos cerrados, a ello le siguió una amenaza.
De haberla concretado me hubiesen hecho un favor.
Antes de sacarme la cinta que cubría la visión colgaron de uno de mis hombros el bolso.
El auto se puso en movimiento.
La cinta pude quitarla con cierta dificultad.
Los seres abominables no estaban.
Necesitaba los lentes para el sol.
Advertí el borde de las fotos que siempre me acompañan.
¿Cuál fue el mensaje?
¿Infundirme terror?
¿Desconocen a diario recibo la energía del ser que más amo en el mundo?
¿Por qué me alejaron nuevamente de tu lado cuando estábamos en el puerto?
No estoy lejos de allí.
El panorama sigue siendo marítimo.
Hay personas descansando sobre la arena.
No estoy confundida.
Solo deseo que alguien con una dosis de raciocinio pueda explicarme una situación incomprensible.
¿Habrán notado estoy solo encadenada a vos?
Como siempre el destino evitará responder.
Tesoro de mi alma, estoy buen, me gustaría saber su has podido observar semejante dislate.
Necesito regresar a mi refugio.
Es el espacio donde me siento protegida más allá de la adversidad de no tenerte.
¿Cuándo vendrás a mis sueños?
Los tuyos son agradables, aún cuando ignoro por que tu vestimenta es tan diferente a la que usabas en la vida terrenal.
¿Son los tonos que se permiten en el cielo?
¿ Pregunto, conocen esos entes que me mantuvieron encadenada, deseo estar a tu lado?
¿Será posible el reencuentro?
Te amo, por ello a diario te pido libremente, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=AAlcgk18OLI