Monday, September 30, 2019

PALABRAS



Buenos días luz de mi existencia sin sentido.
Culmina septiembre.
El último trimestre del año es una incógnita.
Tal vez no, para quienes hemos sido golpeados con el latigazo de la ausencia.
Ausencia injusta, inesperada, equivocada.
No era yo quien debía sentirla sino ambos.
Hubiese sido el mejor viaje, ese que traslada a mundos inciertos.
¿Existirán?
Para este encuentro, en el que dejo jirones del alma, busco te gusten las imágenes y la música que acompaña las palabras.
Palabras.
Las que se pronuncian o se callan.
Estas últimas, permanecen martillando la memoria.
¿Por qué no se dejan en libertad?
Es simple.
El amor inconmensurable de una madre hacia su hijo prefiere omitirlas cuando se atraviesa el triste preludio de la muerte.
Locura exacerbada.
Era yo quien debía partir, así lo señalan las leyes naturales de la vida.
¿Por qué estar en contra de ellas?
¿Cuál es el sentido de esta permanencia en suelo terreno cuando debía ser tu guía en el último viaje?
¿Sentiste miedo?
¿Por qué no me dejaron estar allí para abrazarte?
Palabras.
¿Cuáles debería pronunciar para arrancarte una sonrisa?
¿Cuáles serían las adecuadas para quitar de tus ojos la tristeza?
Palabras.
Hube de reemplazarlas por otras con el único objetivo de morigerar el padecimiento.
¿Alcanzaron o pudiste descubrir el sentido de aquellas en el primer intento?
Palabras.
Para decirte cuanto te amo más allá de los avatares adversos del destino.
Palabras.
Elaborando proyectos que jamás cristalizarían.
Tu vida se acotaba con el correr de los minutos.
¿Puede detenerse el tiempo?
¿Haber quedado para siempre tomados de la mano?
Nada de eso ocurrió.
Fue como encender una vela.
Llama frágil que en cualquier momento mientras lloraba lágrimas de cera se apagaría para siempre.
Palabras.
Utilizadas para inventar mil historias que nos tuvieran como protagonistas en suelo terreno.
Palabras.
Para enfrentar el camino sin tu compañía.
¿Para que sirve seguir, no queriendo?
Como debe ser decidí estar a tu lado hasta que apareciera ella.
¿Cómo fue el pasaje de una vida a otra si es que ello tiene cabida?
¿Tuviste miedo?
Solo puedo expresar que en el momento que la vida se extinguió tu rostro no tenía la palidez generada en el padecimiento.
Fue tu prima quien colocó sus dedos sobre tu cuello.
Al persignarse no hubo necesidad de decir absolutamente nada.
Palabras.
Sobraron en el instante más triste de mi vida.
Palabras.
Ellas también una a una fueron muriendo.
Apareció el silencio.
Un hombre descocido para ese entonces se presentó, solo visible para mí.
Horus el dios griego del silencio.
Nada es casual aparece con asiduidad con los tímidos destellos del sol en las alboradas del invierno que se presentan más tarde que en otras épocas del año.
Palabras.
Nada es casual.
La mañana de tu muerte era soleada y fría.
No fue necesario que Horus apoyara el dedo de su mano derecha en la boca.
Sabía que en adelante pocas veces tendría oportunidad de alejar el silencio.
El desenlace se había producido.
Palabras.
Para decir que es muy distinto saber o presentir que un hijo está en la antesala de la muerte, al instante irreversible.
Palabras.
Quisiera encontrar todas aquellas que puedan llevarte hacia donde estás la intensidad de mi amor.
Generar otras para sorprenderte.
Evitar pronunciar aquellas que te producen dolor.
Palabras.
Para contarte mi agradecimiento por haber sido bendecida con un hijo tan luminoso.
Portador de paz en los momentos difíciles.
Palabras.
Que sean transmisoras de mi admiración por tener un hijo tan generoso y sabio que podía anticiparse a los hechos.
Ser de luz acompañándome como si fuera una persona mayor que su madre.
Palabras.
Capaces de llevar sonoridad musical a tus oídos cuando intercambiamos estos enlaces.
Nunca dejaré de preguntar ¿Por qué motivo no puedo escucharte en mis sueños?
No voy a pedirte vengas en mi búsqueda, solo trates de acelerar los tiempos.
Palabras.
Susurrarte cada una de ellas como demostración del amor más sincero.
Siempre busco otras que no haya pronunciado.
Es necesario para los dos decirnos del sentimiento que nos profesamos.
Palabras.
Exactas para aquellos que con total liviandad, dicen es tiempo de pensarte como si fueras un recuerdo.
Jamás.
Ello significaría asimilar tu muerte.
No lo haré mientras siga en espacio terreno.
No pierdan tiempo dando consejos.
Ustedes, no conocen qué siente una mamá cuando un hijo se muere.
No conocen el desamparo entonces es fácil pronunciar ambigüedades.
De ninguna manera analizaré como las dice quien las pronuncia.
Puede ser desde el afecto o porque desean revierta mis dichos.
Pierden el tiempo.
Mientras deba estar en este lugar despreciable, no modificaré mis sentimientos.
Palabras.
Para pedir respeten mis deseos.
No es lo mismo despertar dando un beso a un hijo que encontrar su lecho vacío.
Es probable no hayan llegado a comprender nuestra empatía.
No los juzgo.
Cada cual conoce de sus riquezas y miserias.
Palabras,
Para pedirte hoy como siempre, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=GpB5ro2vKQE

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