Thursday, September 26, 2019

LLUVIA DEL ALMA


Hola mi tesoro, te propongo por un momento, erradicar de nuestras memorias, la ocurrencia de los sucesos acaecidos hace cuatro años.
Solo te faltaban menos de cuarenta y ocho horas para partir.
Días nefastos.
Rememorados por ambos.
¿Podríamos intentar dejarlos de lado, solo por un rato?
¿Has podido presenciar desde el cielo el cambio de estación?
Primorosa llegó, acompañada de días diáfanos.
Los primeros días fueron fríos para esta época del año.
El sol cambió de opinión.
Sus rayos fortalecidos trajeron temperaturas veraniegas.
Ninguno de los dos extremos se adecua a la fecha.
Ayer el termómetro trepó de manera audaz.
El agua no alcanzaba para saciar la sed de los canteros de los jardines donde las primeras flores están mostrando una belleza inusitada.
Plantas simples obsequiando fragancia y color.
Deberías estar aquí.
Llega un momento en que la tierra necesita otro tipo de riego,.
Lluvia del alma, esa que los ángeles como vos, arrojan ordenadamente desde el cielo.
Curiosamente no hay deidad griega específica para la llovizna.
Se la asocia con el conflictivo Eolo., divinidad del viento sudeste.
Es quien trae humedad y lluvia.
No podía ser de otra manera al tener como padre al enorme Poseidón “Dios de las aguas”.
Denominación que trae a mi memoria gratos recuerdos.
Novata en el camino de los juegos de letras, fue el título elegido para uno de mis cuentos.
En ese entonces, estábamos juntos, lejos de imaginar el horror de la siniestra separación.
Tampoco habías descubierto mi apodo.
Tiempo de insolación, en los que era imposible pensar te irías en soledad por los caminos enigmáticos de la soledad.
Anoche desde el ventanal de mi refugio observaba la lluvia.
No era copiosa.
Suave y persistente lavaba el verdor de las hojas nuevas de los árboles de la plaza.
El caminito divisor del pedio parecía un espejo.
Por allí caminaba protegido por un paraguas alguien buscando un amor.
Brillaban los listones de madera de los bancos de aquella.
Coquetos, los faroles aprovechaban para lavar sus cristales, convirtiéndose en las estrellas de una noche en que las verdaderas estaban ocultas detrás de un manto de nubes.
Desde el salón de una confitería se escuchaban los acordes de una canción que justamente ayer cumplió cinco décadas.
No la conocía, me gustó y quise fuera el enlace musical de estas charlas que mantenemos a diario.
Dejaron de ser conexiones.
Son conversaciones donde puedo escuchar la serenidad de tu voz respondiendo a cada uno de los dilemas que me acosan.
Pocos comprenden por qué las letras tienen tantos signos de interrogación.
Queridos lectores son preguntas que mi hijo me contesta con absoluta ternura.
Estos momentos son sagrados para mí.
Totalmente abstraída dejo sonar el ring del teléfono y también el portero eléctrico.
¿Pueden comprender que necesito este espacio solo para compartirlo con el ser que más amo en la vida?
¿Llegan a entender la cantidad de interrogantes?
Solo mi hijo, con el que tenemos una empatía única puede quitar cualquier vestigio de inquietud.
Desde donde está, sitio al que deseo dirigirme prontamente me cuida.
Aprendí que demuestra su enojo, no apareciendo en mis sueños cuando descuido mi salud.
Sabe como nadie que si estuviéramos juntos nada malo podría ocurrirme.
Debo confesar le asiste la razón cuando sin retarme con palabras que hieran el corazón, soy sometida a pequeños espacios de silencio.
¡Hijito tuya es la verdad!
No me enseñaste a estar si vos.
Tampoco a mantenerme, imperturbable, ante la indiferencia mordaz de ciertos personajes que me rodean.
Para evitar esos episodios, para nada apacibles, necesito estar viajando hacia tu hábitat.
¿Existen las cuatro estaciones en el Paraíso Celestial?
¿Has visto jardines en el cielo?
¿Son parecidos a los de suelo terrenal?
¿Comprendés mi deseo de estar allí, cuando aquí nada tengo que hacer?
¿Los entes que representan al destino o a Tánatos, están privados de escuchar reclamos de los mortales?
¿Pueden oírnos y solo demuestran inercia e indiferencia?
¿Alguna vez habrían conocido el calor de una familia?
¿Cuál es su aspecto?
Puedo imaginarlo.
Como imaginarás, me gustaría conocerlos para efectuar mis reclamos enfrentándolos.
Tal vez vivan escondidos al carecer de respuestas para las madres que hemos perdido nuestras mejores obras.
No creo que ellos hayan nacido de una planta.
Alguna vez, deben haber sido parte de una familia.
Tal vez no.
Mientras juego con las letras ha cesado la lluvia.
Eolo el dios que las trae debe haber migrado al sitio donde sean necesarias.
Cuando llegue el crepúsculo que es el momento en que comienzan a encenderse los faroles, caminaré entre los canteros de flores recién llegadas a la vida.
Buscaré el banco de madera más cercano a la confitería.
Sería de mi agrado volver a escuchar la antigua melodía.
Tengo la certeza que te gustará.
Ayer por la tarde en el programa radial que escucho a diario la mencionaron.
Contaron integraba el guión de una película de guerra.
Sí.
No estoy al borde de un error.
Quizás fuera para alegrar a los soldados enfrentando episodios que los alejan de sus familias.
Casi siempre son luchas, territoriales.
Nada ha cambiado en más de cincuenta años.
¿Cuándo el hombre, hambriento de poder utilizará la palabra en ligar de pólvora?
¡Que triste la barbarie ocupe el primer lugar!
Tesoro de m alma, espero te guste la canción, recordá deseo estar con vos para siempre.
¿Podrías ayudarme a llegar?
¿Por qué no me muestran la misericordia que poseen ciertas divinidades?
¿No se puede o no se quiere?
Te amo, por favor nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=fcD0FXmvi8s

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