Wednesday, September 11, 2019

SUEÑOS SOBRE RUEFAS



Cada noche antes de llamar a los sueños, te convoco.
Quiero aparezcas en ellos para sentir tu perfume al ingresar a este refugio en el que pese a no estar, hay un espacio para vos.
Vanas son las esperas al saber que desde donde te encontrás, nadie ha regresado.
Si lograras ser el primero en concretarlo, la felicidad aparecería nuevamente en esta gris realidad, tiñéndola de colores.
Sumo a la ausencia, las brumas de la tristeza.
No se ha separado de mí, desde que partiste.
Hace un tiempo, alguien sugería, escribiera otro tipo de relatos.
No es posible.
Ni siquiera lo intento.
Siempre serás el dueño de mis pensamientos.
Mis musas también te pertenecen, por lo tanto no sé escribir otros textos.
Tal vez, no he de negarlo, resulte incomprensible, cada historia, te tenga como protagonista.
No se puede separar el amor inconmensurable.
¿Es tan difícil de comprender que la pérdida temprana del ser que más se ama en la vida, destroza a la madre?
¿Cómo estás?
Pensar por un segundo en ti propia soledad, agrega dolor a la pena.
Es un oxímoron preguntar ¿Cómo transcurre cada segundo después de la muerte?
¿Cómo se mide el tiempo?
¿En la eternidad hay relojes?
¿Cuándo llegaré a ella para nunca más separarnos?
En este debate perpetuo de ideas que no piden permiso para inquietarme, convoco a los recuerdos.
Hemos soñado, trasladándonos sobre dos ruedas.
Sí.
Refiero a nuestros largos paseos en bicicleta.
El cuadro de la tuya era de color verde.
La mía blanca.
Duró poco.
Tu ocurrencia fue hacer la pintaran de color rosa.
Cuando la trajiste, le habían agregado un canasto.
Estaba cargado de flores.
Otro detalle nacido en tu alma generosa.
Rodamos todos los caminos.
Inclusive los de tierra bordeando campos solitarios.
Es común en los portones de madera de las entradas, por la que se ingresa a la casa principal.
El trayecto sea cubierto en bicicleta.
A la vera de esos caminos serpenteantes siempre encontraste flores.
Prolijamente las colocabas en el canasto de mi bicicleta.
Otras ciclovías, nos vieron rodar esgrimiendo una felicidad que parecía, tan duradera como inquebrantable.
Es corta la existencia cuando el ser que trajimos al mundo para que viviera, es elegido con dejos de ironía por la llegada no esperada de la muerte.
¿Tanta luz precisaban, que fuiste elegido para alumbrar las noches de otras dimensiones?
Muchas veces los pájaros escondidos en las ramas de los árboles, interrumpían sus trinos para escuchar la sonoridad de tu risa.
Vivir generaba alegría en tu alma bendita.
Desde siempre te diferenciaste de los otros terrenales de tu edad.
La luminiscencia, hacía la diferencia.
Nuestros paseos y sueños sobre dos ruedas eran mágicos.
En un momento no los realizamos más.
Pese a ello las dos bicicletas quedaron guardadas en el cuarto de herramientas de la otra casa.
Está muy cerca de ésta.
Ambas hoy serán el vehículo, para que otros transporten sus suelos.
Los míos se quebraron para siempre aquel agosto de hace cuatro años.
No es posible, por más esfuerzos que se hagan transitar el mundo sin tu presencia.
Solo quien haya pasado por similares circunstancias, comprende el sentido de cada palabra escrita.
He debido enfrentarme a una nueva realidad.
No me acostumbro a ella.
No es un capricho.
¿Cómo se hace para seguir cuando no se desea permanecer un segundo más en suelo terreno?
¿Cómo decirle a los nuevos miedos, instalados en mi mente, no deseo me acompañen?
¿Cuál es el modo de invitarlos, decirles no los quiero a mi lado?
¿Podrías ayudarme?
La muerte de un hijo transforma.
He dejado de ser aquella que luchaba por todo.
Ahora pido por terceros.
Elevo la voz para hacer menos penosa la vida de los callados.
Para mi no quiero absolutamente nada más que respeto.
La vida se llevó al ser más amado.
Nada tiene sentido, después de tamaña ausencia.
¿Cómo decirte, te extraño con palabras nuevas, capaces de llegar a tu alma?
¿Has percibido me hacés falta?
Ya no tengo sueños sobre dos ruedas, ni siquiera una?
Han desaparecido completamente.
¿Para que sirve soñar si mi mayor utopía no se cumple?
¿Qué decirte mi tesoro, que no sepas?
¿El reencuentro será posible?
¿Cuándo?
¿Podrás reconocerme?
¿Cumpliré mi anhelo de darte un beso?
La espera es agónica.
Los plazos parecieran extenderse más de lo debido.
Nada tengo que hacer en suelo hostil.
He cumplido con todo aquello que faltaba.
He ordenado mi vida.
¿Para que me retienen?
Quiero volver a ser libre.
No vivir más cautiva, sin conocer cual fue el error cometido para recibir semejante condena.
Tesoro, el hastío obnubila el pensamiento.
Sos lo más importante que me pasó en la vida.
Es necesario estemos juntos para transitar sobre dos ruedas los caminos enigmáticos del universo todo.
Te amo, incondicionalmente, por ello vuelvo a pedirte, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=JZwhb1ctrlY

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