Friday, September 27, 2019

PENOSA OSCURIDAD



Buenos días mi alma,
Como todos los que se suceden con tediosa impunidad, vestida de la más profunda tristeza, dispongo establecer este contacto que una vez más me acercará un poco más a vos.
Decirte te extraño con locura sería una necedad mil veces repetida.
No encuentro en mi lenguaje otros vocablos que puedan explicar esta sensación capaz de convertir en jirones deshilachados el corazón.
Desearía que el tenor de mis palabras fuera totalmente diferente.
Contarte del maravilloso vuelo de las aves de colorido plumaje comenzando a salir de sus nidos para revolotear no muy lejos de la madre expectante por el destino de sus polluelos de pocos días de vida.
Son bellos.
Nadie que posea los cincos sentidos de los terrenales puede ignorar sus trinos.
Al principio no son melodiosos como el de sus mayores.
No es necesario se apuren.
Todo legará cuando deba ser.
Como te contaba y recordarás muy bien.
En la antesala de la muerte, tenías todo permitido.
Luminoso, apacible, desbordando el amor que te caracteriza, le pediste a una enfermera, me informara tenías permitido todo.
Mientras ella estaba en la habitación, esperaba en los pasillos del sanatorio, elucubrando mil historias para dibujar en tu carita cansada, una sonrisa.
Con antelación sabía que en las puertas del final, todo se permite a quien está por partir.
No pediste dulces.
Menos alfajores de chocolate que siempre han sido tu pasión.
Conociendo
las horas prontas por venir, solo solicitaste agua, saborizada, de una marca especial.
Hasta entonces solo podías beber agua mineral para saciar tu sed.
Para vos fue un logro ese permitido.
Para mi una daga revolviendo las heridas incipientes que dejaría la parida del amor más grande que una madre puede tener.
Tus ojos de caramelo estaban cansados de sufrir.
Lánguido un velo de nostalgia opacaba la característica luminosidad.
Ambos conocíamos la verdad a-un cuando quien escribe intentara pintar de color esperanza el futuro sombrío.
No había proyecciones futuras.
En pocas horas la muerte indigna, vestiría tu piel con los colores que tienen los bebés recién nacidos.
De tu rostro mágicamente desaparecería el dolor.
Para mi fue el día más oscuro de esta realidad que estoy hastiada de transitar.
Mi mejor obra.
El ser que más amo en este u otros mundos de madruga, exactamente a las cuatro y veinticinco de aquella, pronunció tres palabras que quedarán para siempre grabadas en m alma.
Sin dudas hablabas con un ser imaginario.
Tal vez con la muerte misma a quien le decías tu lugar de residencia, con voz clara que horas antes habías perdido.
Al preguntarte con quien vivías en ese sitio, pude oír a tu corazón diciendo “Con mi mamá”.
Hasta último momento estuviste pensando en mí.
¿Cómo olvidar ese grandioso detalle?
Mis caricias no alcanzaban para amortiguar el proceso de la muerte, ansiosa por devorar a su presa.
Tus piernas pesaban demasiado.
Para que no hicieras intentos, pasa mis manos sobre ellas.
Estaban tomadas por el llamado “Rigor mortis”.
Las cartas de este juego siniestro estaban echadas.
Nada podía hacer para retenerte a mi lado.
Te irías en brazos de ella, pocas horas después.
Sabe el destino que hasta el horroroso final ahóguelas lagrimas en mi garganta.
Tu partida hacia esos supuestos mundos donde moran los muertos, sería con tranquilidad y paz absoluta.
Para llorar la ausencia tendría demasiado tiempo.
No comprendo a quienes con total desapego, dicen debo olvidarte pues el tiempo sigue transcurriendo.
¿Saben ellos del dolor que trae la muerte de un hijo o solo utilizan lenguaje prefabricado para consolar?
Ellos no saben de la muerte de un hijo.
Del dolor inexplicable que produce.
Antes de hablar, deberían pensar.
No lo hacen creyendo ser dueños de verdades absolutas.
Mi familia chiquita comprende la tragedia.
No dice nada.
Es capaz de escuchar en silencio mis monólogos sobre el tema.
Siempre lo agradeceré aún ciando no sea capaz de mostrarlo tal cual se merece.
Ellos saben en que lugar deben ubicar el silencio.
Te quiere mucho.
Te recuerdan con afecto.
Son sentimientos conflictivos.
Me niego a denominarte en tiempo pasado.
Jamás asumiré estás muerto.
¿No es horrible tener un hijo exánime?
Vivís en cada célula de mi ser.
Nunca, estarás yaciente, en mi corazón.
La razón es simple, se llama amor.
Quisiera no solo escucharas el trino de los pájaros, también que pudieras observar las flores que están naciendo en esta estación.
Pese al verdor de las hojas recién llegadas y la fragancia de las flores, ni realidad transcurre en la oscuridad.
No será perpetuo.
Veré nuevamente la luz cuando podamos abrazarnos en algún espacio de la eternidad.
Ella será testigo del más impresionante amor maternal y filial.
La mayoría de los terrenales que no llegan a la categoría de humanos, no entiende nuestros sentimientos.
No seré yo quien les explique el tamaño de la tragedia, pues soy respetuosa de la diversidad de pensamientos.
¿Cuándo me dejarán tranquila con mi dolor?
¿Osan enseñarme como debo sentir?
No pierdan tiempo.
No deseo caminar por el sendero de la luz en soledad.
Sin duda lo atravesaré cuando esté nuevamente con él.
¿Querido falta mucho para que llegue a tu lado?
¿Quiénes serán testigos de nuestro encuentro postrer?
¿Brillarán los destellos dorados del sol emergiendo en el horizonte?
¿Las estrellas titilando en el paño de terciopelo azul, llamado cielo, se constituirán en testigos para que de mi mochila saque uno de los tantos besos que guardo para vos?
¿Quiénes aplaudirán nuestros abrazos?
¿Existen los ángeles?
Te amo chiquito.
No me importa estar en la oscuridad.
Pronto veré la luz derramada por vos.
¿Podrías esperar mi arribo?
Por favor mi tesoro, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=Yfozljr6_fE

No comments: