FUTURO INCIERTO

Siento un confort inexplicable a la hora de establecer nuestros enlaces.
Intento las letras sean el vehículo para llevarte mi amor.
¿Cómo cuantificarlo o adjetivarlo?
Solo se me ocurre una palabra, absolutamente demencial, con breves espacios de raciocinio.
¿Por qué?
Cuando se intentan contactos con seres maravillosos que el destino se llevó sin pedir permiso, transitamos los terrenales, por la delgada línea de las entelequias y esa realidad que se muestra esquiva.
¿Puede ocurrirme algo más horrendo que tu partida?
Sin dudarlo, afirmo la respuesta, es un NO, rotundo.
¿Qué madre gesta a su hijo para que muera?
Ninguna.
Todas hemos parido con dolor.
Dolor que desaparece al encontrarnos con el milagro de la vida, transformado en su ser tan tibio como pequeño.
Está desprotegido.
Nos convertimos en fieras a la hora de protegerlos de las incongruencias de lo mundo terreno.
Seres absolutamente dependientes de quien los trajo a la vida.
¿Para morir?
Ni en sueños.
Solo para crecer en un espacio, donde las hostilidades no existen.
¿Creen que un hijo, nacería si conociera, , previamente la posibilidad de partir?
No los engendramos para que mueran.
¡Qué difícil es continuar cuando te hace falta la luz guiando cada minuto de tu realidad.
Hace poco menos de un mes cuando supe que uno de tus hermanos de la vida se convertiría en padre, además de sentir oleadas de ternura postergadas, le dije “Cuando al mundo de los terrenales llegue tu bebé, te darás cuenta que ningún amor se parece al de los padres, para con sus hijos”
¿Verdad de Perogrullo?
No.
Experiencia vivida durante tu corta existencia.
Nada puede compararse con esa experiencia.
¿Exagero?
De ninguna manera.
Alcancé la plenitud como mujer cuando te tuve en mis brazos.
Comprobé era mentira los niños vienen al mundo con los ojos cerrados.
Los tuyos descubrían a cada instante ese mundo adverso en el que vivirías.
Nadie pensaba, te irías tan pronto.
¿Por qué no pude acompañarte en tu último viaje?
Por tonta.
En la tierra tenía algunos asuntillos para finalizarlos.
Lo hice de manera concienzuda.
No fue fácil.
La mayoría de las personas piensan que la desgracia nos impide pensar.
Funcionarios de medio rano que en sus pobre vidas parasitarias, no pensaron una mujer dolorida, les marcaría los errores cometidos.
Nunca busqué ser la primera actriz de una comedia sin libreto.
Tan absurda como irreal.
Diferentes publicaciones en los medios de comunicación acompañaron esta guerra contra quienes asaltan el poder.
¿He tenido temor?
Nunca,
Siempre, en cada acto de mi vida esgrimí las banderas de la verdad.
¿Sirvió?
Por los resultados obtenidos puedo afirmar así fue.
No fue necesario me corriera de aquello que diagramé desde la salida del horror, producida por la muerte del ser que más amo en la vida.
¿Fue fácil?
No.
Se hace dificultoso establecer cierto dialogo con los incapaces que tienen precio.
Detalle que no debilitarías mis fuerzas a la hora de hablar con ellos.
¿Somos todos los terrenales como pregonan quienes de disfrazan con ciertos hábitos?
En tanto y cuanto el respeto mute a temor, nada lograremos.
Hay que saber elevar la voz, sin gritar.
Eso hice para que cada uno de mis propósitos se convirtiera en realidad.
Siempre lucharé, enarbolando las banderas de la verdad.
¿Gusta?
No.
¿Es de tu agrado, señalen tus miserias?
Conozco la respuesta.
Por todo ello decidí pedirle a un maestro de la carbonilla, retratara en una hoja ajustada en el atril el concepto de “Futuro, incierto”
Como sus trazos son surrealistas, esbozó en trazos precisos, el rostro de una mujer.
Solo se ve un ojo, el resto son hojas de la naturaleza.
Por la visión de esa mujer han desfilado, paisajes inolvidables.
¿Podríamos ubicarnos en París?
La torre Eiffel, es testigo silencioso de la humanidad.
En ocasiones luminosa.
Otras emergiendo desde las brumas.
Siempre está.
No puedo evitar nombrar el Río Sena.
Sus más de doscientos puentes, unen.
Allí,, Claude Monnet retrató a su amada Camilla en “La mujer de la sombrilla”
Nadie que visite la Ciudad Luz puede eludir una visita al teatro para observar la perfección o de las bailarinas de prestigioso “Moulain Rouge”
Necesito ser testigo de ese ayer para llegar al futuro.
Ello me permitirá reunirme con vos.
No puedo esperar un segundo más.
Preciso darte un beso.
Tomar tus manos entre las mías.
No como en el dos mil quince en que tu corazón cesaría sus latidos.
Quiero que vengas a mí.
Nada me alcanza.
Un beso es lo menor que puede pedir una madre desesperada.
¿Conocen el sabor del desamparo?
Hijo preciso verte.
¿Podrías aliviar mi camino final?
¿Cómo llegar sin más dilaciones?
¿Nadie puede escuchar?
¿Pueden y permanecen, impávidos?
¿Cuál es la prioridad?
¿Cuánto me falta para comenzar el viaje mas anhelado?
Este mundo es hostil.
Todos con falsos argumentos intentan sin éxito aprovecharse de la vulnerabilidad de esta mujer.
¡Necios!
No me desafíen
Dicen que el dios en el que cree la comunidad cristiana, todo loase pagar en suelo terrenal.
¿Será verdad?
No lo sé.
Nada puedo atestiguar.
Vida, te pido nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=mHThUiJAdCU