ILUSTRE COMPAÑERO

Decidí retroceder en el tiempo.
Regresaría realizando escalas por diversos siglos.
Necesitaba presenciar que hacía una mujer en sus ratos libres.
Afortunadamente en cada una de esas pausas que no permitiría Cronos implacable las midiera, encontré ataviadas con los atuendos de las diferentes eras, portando en sus manos el mejor compañero.
Más allá de aquel, todas y cada una de ellas dedicaban horas para leer.
Ilustres compañeros, en silencio acompañan a quien se siente solo sin preguntar a qué se debe ese estadío.
Algunas féminas apoyaban los ejemplares en una mesa, en el dintel interior de una ventana o simplemente en su falda.
En el pasado se acostumbraba dedicarse a la lectura en espacios determinados de una vivienda.
Prefiero contarles la visión elegida.
Como ella me gusta leer en absoluta libertad.
Poco tiene que ver el enclave elegido a la hora de alimentar nuestro intelecto.
Pese a ser media mañana, el sol de finales de primavera, se hace sentir.
La encuentro sentada en los escalones e una casa.
Puede tratarse de la que habita o una elegida al azar.
Por la vestimenta, me inclino por esta última opción.
Lleva un sencillo vestido de lino blanco.
Cubre la belleza de porcelana de su rostro con un sombrero.
Las cintas del mismo danzan suavemente al ritmo de la brisa.
No dejan de sostener un ramillete de flores en uno de sus lados.
Detalle de color transformando a la dama en una visión salida de un cuento.
Abstraída en la lectura no puede advertir, estoy allí.
Osada, deseo saber el título que la mantienen totalmente desconectada de aquellas ocurrencias a su alrededor.
Asciendo los escalones del lugar.
No es mi intención, interrumpa la lectura.
Solo deseo saber qué libro la mantiene atrapada.
Para no perder la página cierra por un instante el libro con un señalador, de cuero.
Posee pequeñas florecillas pintadas.
La hermosa mujer está leyendo un tratado respecto a los aconteceres de la vida.
El contenido debe ser más que interesante.
Sumergida en el mundo de las letras pareciera está posando para que un excelso pintor comience a deslizar los pinceles sobre el óleo y de esa manera inmortalizarla en la tela.
Sin perturbarla pues nuevamente está entregada a la lectura, ingreso a la casa que tiene la puerta entreabierta.
No es una vivienda común.
Se trata de una librería.
Ilustres compañeros de muchos instantes de nuestra realidad, ocultan las paredes.
Una delicia.
Esos sitios guardan joyas a las que no se les puede adjudicar valor alguno.
Acaricié algunos tomos.
Mis manos guiadas por tu generosidad y luminiscencia tocaron un libro al azar.
El mismo que leía la mujer de los escalones.
Intenté abonar la compra, con sorpresa el dueño del espacio que estaba reservada para mí,
No tenía costo alguno.
Debo regresar a mi refugio.
Mientras viajo con la imaginación,
no puedo evitar recordar una de tus preguntas cuando me veías salir.
En una oportunidad te contesté iba a la juguetería.
Tus bellos ojos de caramelo demostraron no entender la respuesta.
Rápidamente te dije que quienes amamos las letras, en cualquiera de sus manifestaciones, somos buenos lectores.
Concurrir a una librería tiene el mismo placer que para un niño llegar a una juguetería.
Desde ese momento, cambiaste la denominación de las primeras.
Cuando salías con esa sonrisa que te caracteriza preguntabas ¿Vas a la juguetería ma?
Siempre hemos tenido una manera singular de comunicarnos.
He leído todos los libros que me obsequiaste.
Hoy son mudos testigos de este estado incomprensible, asignado para mí.
Tu maravillosa percepción, lograba no te equivocaras en la elección de los títulos.
No existió ninguno carente de atracción.
Guardo cual tesoro, el de tapas celestes.
No voy a decir el título pues es algo que dejaría señales indelebles en
Los dos.
¿Imaginás la conmoción cuando uno de tus hermanos de la vida lo encontró marcado?
Jamás olvidaré cada mensaje que dejaste para mí.
¿Cómo has podido ser tan sabio?
Un escalofrío recorre mi ser al pensar que sentías morirías meses después.
Al notar tu interés en proyectos nuevos, se encendieron las alarmas.
El presentimiento horrendo se convertiría en triste realidad.
Decidí en ese entonces, solo tejer nuevos sueños compartidos.
La procesión mancillaba el interior de cada uno de nosotros.
¡Poco duró, erigir proyectos!
Conocí el sabor de la hiel.
No claudicaría.
Mientras arribara el peor momento de nuestras existencias, ahogaría el llanto.
Hasta el final mantuve el rictus amargo de una sonrisa.
Partirías sin adivinar el peor dolor de una madre.
Siempre serás el artífice de mis sueños.
Me complace aparezcas en ellos con más frecuencia.
¿Qué palabras utilizar para demostrarte mi amor?
¿Cómo eludir la pregunta que es una punzada en el centro del corazón?
¿Estás solo en ese sitio desconocido por los terrenales?
¿Cuándo llegaré a tu lado?
¿Podrías interceder por mí y contar mi necesidad de emprender el viaje más ansiado?
¿En que momento se darán cuenta, no es mi deseo permanecer acá?
¿Cómo transcurre el tiempo en ese espacio?
¿Me extrañas?
¿Podremos reconocernos?
Cada instante de mi vida, está regido por vos.
El dueño de esta realidad que anhelo finalice de una vez.
Es insoportable e inútil estar en suelo terreno.
Siempre repetiré no es mi lugar.
¿Deberé gritar para ser escuchada alguna vez?
¿Has conocido los rostros de esos entes que te llevaron tan lejos de mí?
¿Se muestran amigables?
Sospecho la respuesta es un no rotundo.
Los parásitos que necesitan de otras vidas para permanecer, dudo tengan algún sentimiento.
Te amo más que a nadie en todos los mundos.
Te pido tengas un poco más de paciencia.
Llegaré.
No tengas dudas.
Mientras ello ocurre, te pido nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=rmjIvTiqC2A