Friday, September 20, 2019

INIMAGINABLE



Mi cuelo adorado, los próximos días serán una tortura.
No puedo dejar de recrear en mi mente los últimos en que estuvimos juntos.
Innecesaria tu partida cuando tenías mil proyectos para cumplir.
No solo los que te hicieran seguir creciendo, sino los otros capaces de multiplicar tu luminiscencia.
Como cada noche espero soñarte.
No pierdo la esperanza de concretar ese deseo que me mantiene cautiva a esta tierra.
A diario me muestra su cara hostil
Ella no me acepta entre los humanos y terrenales.
Tampoco yo.
Anoche, con la furia que produce la incomunición, el silencio de las líneas telefónicas pues todo se maneja de manera incomprensible, para quienes caminamos senderos iluminados.
Nunca, terminaré de entender a mis iguales.
Son demasiado permisivos para mi gusto.
No he de juzgarlos.
Lejos estoy de ser cualquier divinidad que los represente.
Anoche, en m realidad se desató un episodio al que podría calificar de turbulento.
Ignoro si es el adjetivo correspondiente.
Una de las luminarias cercanas a mi refugio estalló.
La oscuridad se hizo presente antes del grito desgarrador de la tierra.
Deliberadamente o no, vomitó su furia encendida.
Desde el interior de la lámpara emergieron, los planetas del universo celeste.
Perdidos fuera del cosmos, giraban en forma violenta.
Lejos de tener miedo, te busqué entre los amillos de Saturno o en la grandeza de Júpiter.
Alelada observé a Raquel el personaje bíblico, azotar con su rebenque de cuero a los caballos que la llevaban en su carroza de cristal para atravesar esos mundos recónditos donde una madre puede hallar a su hijo.
No sin cierta torpeza, surcaba los caminos eternos.
La entiendo.
También quiso el destino tuviera un hijo muerto.
No he tenido la suerte de aquella.
Pese a mis esfuerzos no logré nada.
¿Qué hace falta para que llegue a tu lado?
¿Es necesario ser soberbia?
¿No se confunde esa actitud con la ignorancia?
Entre estrellas titilantes colgadas del cielo, más los reflejos plateados de la luna,
entre, la cola de los cometa jugueteando en la bóveda celeste. Raquel aguerrida como pocas, rescató a su hijo para traerlo nuevamente a suelo terreno.
Como pocos conocés, los esfuerzos realizados para encontrarte.
Cuando contenta asciendo las escaleras que llevan al reino de los cielos, aparecen obstáculos inesperados.
¿He podido visualizar la cara de los ángeles?

Sumada a la tuya.
Duele la impotencia al verte en los primeros bancos de una iglesia como si estuvieras prisionero.
¿De quién?
¿De la muerte?
No es agradable esa visión, donde las alas de los seres que las poseen están enlazadas.
Muestran su total dependencia de terceros.
La mirada se pierde en la nada misma.
¿Dónde han quedado tus ojos que no me acarician?
¿Por qué cuestiono tanto el haber cumplido con tu deseo de convertirte en cenizas?
¿Saben o comprenden el significado de ver un cuerpo formado reducido a la nada?
Un tema conversado desde siempre.
Es dificultoso asumirlo.
Prosigo.
Las ilusiones renacieron al observar a todos los planetas en libertad, fuera de la luminaria.
Te busqué en cada uno de ellos.
¿Dónde estás hijo de mis entrañas?
¿Es tan enorme la distancia que nos separa?
¿Existe la eternidad donde moran los muertos o solo es una entelequia?
¿Por qué no puedo ser parte de ese mundo gravitando?
¿Qué más debo hacer para liberarme de las cadenas que me mantienen cautiva?
¿No han entendido mi odio por estar en suelo terreno?
¿No es bueno odiar?
¿Qué sentimientos debe tener una madre que ha perdido a su mejor obra?
Por quien sea.
No se como denominarlo.
No deseo estar aquí para continuar cotando los días que me separan de vos.
¿No es aberrante haber comenzado a contar la escala de los cincos años?
¿Por qué me mantienen en cautiverio?
Jamás buscaré piedad, solo una dosis de razonamiento.
Nada me ata a esta tierra,
Es verdad, aún cuando resulte molesta.
No puedo cambiar aquello que siento.
¿Para que disfrazar las palabras?
¡Son éstas!
Nacen en los jirones del alma.
¿Podrías ayudarme a llegar a tu lado?
De ninguna manera podré acostumbrarme a convivir con tu muerte.
Te traje a la vida para que vivieras.
Lo hacen todas las madres.
¿Pueden explicarme si estoy tan equivocada por querer dar un beso a mi hijo?
Nunca recibiré migajas del destino.
No las preciso.
Menos piensen por mí.
Puedo hacerlo a mi libre arbitrio.
Jamás cesaré en esta búsqueda.
¡Quiero encontrarte hijo mío!
La vida terrena sin estímulos, es insoportable.
Pronto seré uno de los planetas que salgan de la lámpara con la intención de girar en la misma órbita.
Esperame cielito.
La desesperación sumada al desamparo, impiden me exprese de otra manera.
No pido nada exagerado.
Madres que son mis lectoras de siempre ¿Permitirían estar lejos de sus hijos eternamente?
¿Asumirían sus muertes?
¿No les parece demencial mi permanencia en la tierra?
¿Para qué?
Te amo hijo de mi alma, por ello siempre te pido, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=qjD3_LHupc0

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