Buenos días amor inmenso.
Recién llego de solucionar unos temas que habrás notado en el día de ayer lograron la impotencia apareciera con un mar de lágrimas.
Ante situaciones inesperadas prefiero no responder.
Es necesario cuando del otro lado no hay más que subterfugios para entender aquello que no se ha dicho.
Ayer hablamos por teléfono con el futuro papá.
No falta nadie para que arribe quien está llegando.
Como te imaginarás la ansiedad se multiplica ante la proximidad de un evento inolvidable.
Los padres aprenderán a serlo,
Todos, inclusive yo que tengo el honor de haber heredado a tu hermano de la vida quiero llegue la niña tan esperada.
Saló temprano.
Huyo de los días tórridos, donde no alcanzan los acondicionadores de aire.
En la biblioteca había demasiado movimiento a una hora inusual sorprende.
Después de muchos anuncios fallidos que todos celebrábamos, la biblioteca del barrio comenzaba a mudarse.
La realidad golpeó con fuerza a quienes amamos la lectura.
Es cierto, el edificio es añoso.
No tanto como para derribarlo por los benditos emprendimientos inmobiliarios de quienes en el cerebro tienen un enorme bolsillo.
Sería necia si no reconociera que ocupará un lugar del municipio que se ha transformado en una edificación de varios, pisos, luminosa, tanto por las paredes de cristal como la luz artificial.
Causaría en quien escribe un placer enorme si en lugar de las estructuras los humanos fueran quienes poseyeran capacidades intelectuales extraordinarias.
Afuera contenedores de color gris o negro esperan con las fauces abiertas recibir tesoros de todos los siglos.
¿Quiénes los cargaban en ellos con total displicencia no parecían demasiado entrenados.
No pasó inadvertido para quienes por allí transitábamos que casi todos tenían un cigarrillo colgando de sus labios.
¿Les habrán informado que trasladarían libro u no ganado?
Una chispa hubiera provocado un desastre y pérdidas invaluables.
¿Les importa a quienes por neuronas tienen billetes?
Puedo afirmar sin temor a equivocarme que la mayoría de los vecinos en algún momento donamos libros en perfecto estado de conservación.
Tuvo la biblioteca del barrio ser nominada como la que poseía mayor cantidad de ejemplares de todos los distritos de la provincia de Buenos Aires que son ciento treinta y cinco.
Puede ser un detalle.
No para quienes crecimos rodeados de letras y buena lectura.
¿Qué será de María, la bibliotecaria?
No creo que siga en el nuevo lugar.
Ella es una artista dotada de manos prodigiosas, para mimar a las mujeres con sus exquisitos diseños.
La acompañan su hermosa hija y su nieta en ese quehacer.
Los sentimientos de María, un nombre místico se notan en la armonía de su voz.
Si mi chiquito, a ella también le robé minutos hablándole de vos y mi entorno cada vez más pequeñito.
El trabajo de la biblioteca municipal era ad-honorem.
No quise dañarla para preguntarle si seguirá pues si bien hablo mucho, puedo jactarme de no lastimar a nadie con mis palabras.
La voz de María es melodiosa como los trinos de los pájaros de los bosques sureños.
¿Pudiste observar la belleza interior de una de sus hijas y su nieta?
No solo es necesaria la belleza externa.
Paraliza cuando percibís esa que está oculta y solo se ve, con los ojos del alma.
Recuerdo que desde niñito pudiste absorber los valores de la lectura.
Condición que ayuda a expresarse.
Desde tu ausencia leo menos libros.
Nunca lo hago a través de la red.
Necesito sostenerlo en mis manos.
Sentir la fragancia del papel.
Es distinto.
La mueca de una sonrisa aparece al convocar los recuerdos.
No olvidaré jamás la visita al estudio de tu otro hermano de la vida.
Soñamos antes para recorrer jugueterías.
Así decías que ese significado tenía para mí, una librería.
Compramos varios títulos.
Fue uno de los últimos regalos que recibí de tu parte.
Recuerdo, fecha y hora.
La guardaré.
Es parte de nuestra privacidad.
Así como nunca en tantos años de ausencia que duele en los jirones del alma, nunca dije tu nombre, tampoco lo haré con esas fechas tan nuestras.
No soy perfecta.
He transgredido las normas al nombrar a la bibliotecaria que a la vez viste nuestras figuras.
Por suerte nunca se me ocurrió prestar un libro, prefiero regalarlos.
Los títulos que he leído, de todos los rubros, menos el de un autor argentino que ya no está, podían haber vuelto a las librerías.
Soy cuidadosa con aquello que quiero.
¿Por qué el destino no tubo en cuenta ese detalle al arrancarte de mi lado?
No lo sabré nunca.
Solo vos, pocos meses antes de tu muerte marcaste con birome azul un libro que me habías regalado.
Te llevaste el secreto junto a tus cenizas que deberían estar volando al viento por haber sido tan libre.
Lo descubrió el futuro padre.
Asombrado por las marcas, me preguntó el por qué de las mías.
Le pedí me leyera lo señalado por vos.
Eran mensajes para mí.
Encontrarlos después de transcurridos, tres años de tu partida física fue un latigazo en el corazón.
Mi amoroso incomparable, aconsejabas en que sitio podía encontrar alivio para cuando no estuvieras.
Teología, lecturas y neurociencias.
Nada es casual.
Meses antes por una charla de un médico me sumergí en el mundo de las ciencias que estudian de manera científica el comportamiento humano.
¡Cuánta empatía nos unía!
En lugar de hijo y mamá parecíamos siameses.
Los dos de carácter explosivo.
Como tales las discusiones y el enojo duraban los segundos que demora en hacer ruido un explosivo.
Las sonrisas eran nuestro mundo.
Las miradas para conversar, sin utilizar el don de la palabra.
Eso no está de manera física.
No se si saben esos entes que me mantienen cautiva que el tatuaje que llevo en mi alma, no puede eliminarse, por lo tanto no pierdan tiempo convocando al olvido.
Mi hijo está.
Lo sé.
Ni corporizado para que pueda darle los besos postergados que mueren en mis labios.
Solo por ahora van ganando este partido siniestro.
En el momento que se deba mi hijo amado desplegará sus alas para que pueda tomarme de ellas y abrazarlo.
Sé esperar.
Hoy presencié otro tipo de amor se alejaba.
Lamentable las actitudes de los poderosos que le venden el alma a Mefistófeles.
Mi hijo tenía y sigue conservando un axioma “Nada dura para siempre”
Verdad que no admite ser rebatida.
La biblioteca se irá con sus historias cargadas de magia.
Los sabiondos, que piensan en pesos o en moneda extranjera, jamás podrán tener dinero suficiente para adquirir utopías o entelequias.
Lo sé tesoro, he usado sin permiso el nombre de una mujer sincera.
No te preocupes por ese detalle.
Pediré las disculpas correspondientes.
Recordá, necesito tu ayuda para el trámite más importante de mi existencia.
Ambos conocemos sobradamente los atajos para llegar a vos de manera rápida.
Nunca vulneraría tu memoria.
Jamás te afectaría con decisiones espasmódicas.
Solo te pido aceleres un poquito el trámite para concretar el sueño de mi partida.
Mientras tanto tesoro de mis entrañas te pido como cada día, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=uqwoUkDAZz4&list=RDuqwoUkDAZz4&start_radio=1&t=5
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