SEMEJANZAS

Buenos días luz que guía cada uno de mis solitarios días.
En tres días se cumplirán cincuenta y tres meses de ti partida.
¿Designios del destino?
A esta altura de los acontecimientos no podría asegurarlo con certeza absoluta.
Temprano, antes, de la alborada, desperté con el sonido de mi voz llamándote.
No hubo respuesta.
Los muertos carecen del don de la palabra.
En ese tiempo sin inversión en algo placentero, busqué semejanzas.
No creas fue fácil encontrarlas.
La búsqueda no estaba orientada a algo que puede suceder a diario.
Nada de esos.
Un ser especial no puede relacionarse con nada que no pueda atravesar, pensamientos y sentimientos.
Todo debería concordar para ser una armonización, de nuestras vidas.
Una de tus grandes pasiones atada a la mía por las letras que permiten nos contactemos a diario.
Puedo soñar con los ojos abiertos, como el lucero que se despide del cielo ante la aparición de ese albur pintado de verdes y rosados para después mutar al dorado proveniente de los destellos de Febo.
Pude viajar entre las sombras que se han convertido en parte de mi vida, hacia un lugar que nos contuviera.
Un faro a la orilla del mar.
La casa donde moraría vaya a saber por cuanto tiempo, está enclavada sobre las rocas.
Es pequeña.
Tiene todas las comodidades que se necesitan en los confines del mundo.
No se piensa en la supervivencia, cuando de sueños efímeros se trata.
El mar con su fuerza corroe la estructura de las rocas.
Su canto disfónico , le va otorgando otras formas.
Miro el cielo celeste buscándote, no estás.
Quizás te oculten los celajes blancos intentando cubrir ese espacio pequeño que puedo observar desde mi ventana.
Infaltables las gaviotas graznan por un mismo.
¿Tengo migas de pan?
No.
Si poseo galletitas dulces.
¿Has visto no son las dos de siempre?
¿Quién será la tercera?
Aletean el plumaje gris y blanco cuando pueden avistarme.
Saben de mis mimos.
Las conozco desde siempre.
No así a su nueva amiga.
No es un detalle relevante su a ellas felicidad les produce.
No tengo ganas de nada.
Solo pensarte para que aparezcas en mis sueños.
No lo has hecho pese a que fui a visitarte.
Detesto ese lugar.
Necesitaba llevarte.
Lo sé no te gusta deje flores.
¿Qué podría, llevarte?
Solo flores blancas como tu alma.
No conozco este pueblo marítimo.
Cuando les cuento vivo en el faro todos sienten una alegría extrema.
¿Significará que allí puedo soñarte u vendrás a mis sueños.
No lo sé.
Deseo desde el fondo de mi alma, así sea para poder darte uno solo de los besos que tengo relegados.
De mañana el faro es precioso.
Blanco como las nieves eternas de la cordillera.
Donde guarda el mecanismo de luces tiene el color del fuego.
Contrasta con el celeste propiedad de los mares de Poseidón.
Al atardecer cuando el cielo se vista de púrpuras y magentas propiciando que de él se cuelguen las estrellas,
Comenzará a funcionar.
Sus haces de luz tienen trescientos sesentas grados.
Más lentos cuando está sobre el agua guiando a los buques para que tengan un arribo feliz al puerto.
La curiosidad no me detiene.
Cuando la noche es clara el haz de luz se transforma, en una de las hijas de Astrea.
La bifurcación de sus luces las busca en la luminosidad de la luna plateada.
En esas sombras que posee la superficie pienso estás vos.
¿Estás allí?
¿Podrías esperar mi arribo para que pueda sorprenderte con un beso?
Espero la respuesta sea positiva.
He contado varias constelaciones del Universo.
La más luminosa es la de Orión.
Allí estaba el hijo de Raquel que ella pudo rescatar de la muerte para traerlo en su carroza de cristal a suelo terreno.
¿Por qué no he tenido esa suerte divina?
¿Nadie escuchó mis desgarrados reclamos?
¿Dónde estás?-
¿Nos separan los dichosos años luz del universo?
¿Cómo se miden?
Como el atalaya de mis sueños, estoy sola.
Desamparada contando los días que faltan para encontrarte.
¿Sucederá?
¿Será otra mentira más con las que entretienen a quien debe sobrellevar el peor de los duelos?
No creo en nada.
En nadie.
Carecen de argumentos.
¿Qué hice tan mal para recibir la peor de las condenas?
Si me equivoqué como cualquier humano deberían haberme llevado a mí.
Es cierto.
No tengo la luminosidad de mi hijo, pero podría haber ayudado a que llegara a ese enclave enigmático, sin que destruyeran su vida.
Tenía como todos los jóvenes, miles de proyectos que han quedado truncos.
¿Es esa la justicia divina?
Huyo de ella.
Prefiero vivir con mis enigmas no resueltos.
Mi amado hijo si es que está en alguna parte podrá ser de gran ayuda para resolverlos.
¿Para qué quieren tantos seres muertos?
¿Qué hacen con ellos?
¿Tienen un reservorio de muertos?
¿Qué hacen con ellos?
Les molestan mis preguntas?
Si contestaran, con argumentos una sola de ellas, dejaría de hacerlas.
Es horrible vivir en la incertidumbre no provocada.
He pedido ayuda de mil maneras diferentes para llegar a mi hijo.
Nadie, ha respondido.
¿Por quiénes fueron elegidos?
Si se llevan vidas ajenas, se supone son importantes, relativamente,
¿Cuándo van a develar un solo enigma?
No olviden que los reyes y reinas se caen,
No creo que Ustedes sean más que entes sin disciplina.
No cesaré en la búsqueda de mi hijo.
Es la parte del alma que me falta.
No se trata de un capricho sino de la necesidad básica de una madre.
Hijito ayudame a llegar a vos.
Nada tengo que hacer en suelo terreno.
Tengo plenamente asumido que nadie es imprescindible.
Te amo más que a nadie en el mundo.
Quiero partir sin vulnerar tu pensamiento.
Nunca ensuciaría tu memoria tomando atajos para llegar a tu lado.
No es digno.
Tampoco es justo me retengan aquí en contra de mi voluntad.
Solo quiero llegar a vos como la luz del atalaya que guía a las embarcaciones en peligro.
Llevame con vos.
No es demasiado enorme mi pedido.
¿Estás en alguna parte?
Donde sea, estés te pido nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

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