TU LUZ ,ETERNAMENTE

Buenos días mi corazón adorado.
Anoche te esperé nuevamente en mis sueños.
Sabría más tarde la causa por esa ausencia que es como el aire que respito para seguir en el mundo de los terrenales sin saber muy bien por qué.
No puedo afirmar que tenga amistad con los dioses griegos.
Sin embargo el haberlos visitado con relativa frecuencia, ha dado nacimiento a una relación que en el futuro podría ser amistosa.
Así lo siento.
Ellos también con muy pocas excepciones que no voy a repetir para no otorgarle, la importancia suprema.
Pese a que te haya arrancado de mi lado, jamás me verá inclinada.
Anoche como la temperatura se negaba a bajar de los treinta grados, decidí ir al paseo de la costa.
Apoyada en la pared protectora del avance del agua, te buscaba entre las estrellas.
Tampoco pude encontrarte.
Ni siquiera estabas visible en las constelaciones que son de mayor tamaño.
Por un instante bajé la vista del inmenso paño de terciopelo de color azul noche, donde las estrellas lucían como pequeños diamantes
El agua estaba planchada como dicen los pescadores.
Delante de mi vista comenzaron a formarse burbujas.
Comenzó a emerger una persona desde las profundidades, no era otro que mi amigo Poseidón.
A veces muestra su lado bueno, humanizado.
Pregunté ¿Por qué me buscaba a mí,, si nadie sabía estaba a la vera del paseo costero?
“He venido a las costas de tu país.
Otras deidades me comunicaron que cerca del Aeroparque Metropolitano, se hundió una pequeña embarcación.
Transportaba a una familia con hijos pequeños.
No me preguntes cómo llegué.
No olvides que los dioses conocemos todo aquello que sucede en nuestro ámbito natural.
Recordé la luminosidad de tu hijo y por ello vine por él.
Su ayuda será valiosa, pues es un adorador de los espacios líquidos.
Podrás verlo hasta que dentro de una lámpara comencemos a sumergirnos, en el agua.
No es necesario me cuentes tu necesidad de darle un beso.
Por el momento no podrás.
¿Por qué no? Interrogue sin demasiado preámbulo.
Conoces no es el momento adecuado.
Llegará.
Siendo una deidad no sé cual será el día del reencuentro, te pido por ahora te conformes con ver su figura luminosa contenida en una lámpara transparente.
No esperes en este sitio.
Ignoro donde está el bote, seguramente la marea interior lo ha corrido.
Debes estar orgullosa de tener un hijo como el tuyo.
Puedes pasar por él Acrópolis cuando lo desees.
Siempre estaré listo para atender
A la madre de un colaborador en situaciones riesgosas para quienes están a bordo de la lancha.
Mira a tu hijo con los ojos llenos de amor como solo sabe tenerlos una madre, en circunstancias parecidas a la tuta.
Debemos partir.
Regresa a tu refugio”
Impactada pude observar la vieja lámpara.
Desde allí me regalaste la más hermosa de tus sonrisas, en forma de burbujas doradas,
Tu luz, eternamente en cualquier lugar.
Hice caso omiso a las palabras de Poseidón.
El ansia de verte puede más que la obediencia a una sugerencia realizada por una divinidad.
Los pescadores cargaban en un canasto los frutos del río.
Bromeaban con aquellos que la suerte les había resultado esquiva.
Decidí volver sobre mis pasos.
Pude percibir tu valiosa carga de amor.
Encendí la radio con el propósito de escuchar música.
Interrumpieron la transmisión para dar una noticia reciente.
A unos kilómetros del paseo costero del distrito habían encontrado una lancha con sus ocupantes asustados por haber estado a punto de ahogarse y sus pequeños hijos.
No quisieron hacer declaraciones.
Ese fue el pedido realizado por el hombre ayudado por una luz potente que pudo rescatarlos.
Solo agregaron que la luminosidad, había ascendido al cielo para ser parte de las estrellas.
Los agentes de prefectura les dieron mantas, para que el cuerpo recuperara el calor natural,
Más tarde serían trasladados al Hospital Municipal.
Sin más datos, la transmisión del programa musical continuó.
No fue difícil reconocer la voz de Elvis Presley cantando “Siempre en mi mente”.
Melodía para soñar.
Alborada solitaria y nubosa.
A esa hora estaba derramando lágrimas por haberte tenido tan cerca sin poder concretar mi mayor anhelo.
Los sentimientos son ambivalentes.
Te tuve más cerca que en otras ocasiones,
Pareciera que el destino se empeña en no dejarnos estar cerca como deseo, para estrecharnos en el abrazo postergado por enésima vez.
Quiero creer en las palabras del Dios de las aguas,
Ha tenido hijos.
Presumo que como padre habrá sentido placer al darles un beso.
Decirte que te amo, es poco, por ello te pido nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

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