Tuesday, October 27, 2020

RAREZAS EN ELC AMINO

Buenos días luz de mi vida entre brumas. Desde tu ausencia tan injusta como incomprensible salgo a caminar. No siempre debo salir de mi refugio para conseguir el objetivo. La mayoría de las veces soy transportada por los pensamientos. Todos y cada uno de ellos te pertenecen. No sé vivir sin vos. Tampoco comprendo como he llegado hasta aquí. Cinco años sin verte para decirte cuanto te quiero, abrazarte y darte un beso es demasiado tiempo para una mamá que veía la vida a través de los nobles sentimientos de su hijo. Quedó ese aprendizaje continuo. Lo más importante no está. Ello convoca a la congoja más enorme que una mamá puede vivir. ¿Para qué sigo aquí? ¿Por qué insisten en dejarme como si fuera imprescindible me presencia en suelo terrenal? ¿No han sido suficientemente claras mis palabras como para que entiendan no van a cambiar un ápice de mi postura original? Hijo quiero contarte que en esos caminos que parecen construidos por Dédalo, conforman un laberinto. En este caso no hay que encerrar seres bestiales ni minotauros, temiendo ataques. Nadie camina por esos senderos de tierra áridos olvidados por el hombre. No debe ser negocio pavimentarlos. Encontré una antigua lámpara de luz incandescente. No se usan más. Esta tenía los filamentos rotos,. La vida útil había terminado. Quizás un niño decidió enterrarla e la tierra, para ver que sucedía con ella. Lisandro era un chico soñador. De esos que se encierran en su propio mundo para disfrutarlo cuando la maestra está dictando clases. Dentro de la lámpara había crecido un pequeño arbolito. Enseguida lo asocie a la travesura de un niño. Me dije “Sería agradable encontrar a ese chico para saber cómo logró que una semilla, ingresara al interior de la lámpara. La rosca que se coloca en el portalámparas estaba en perfecto estado de conservación” Al escuchar el murmullo de voces de chicos, consulté mi reloj. Era el horario de salida de la escuela. ¿Lisandro estaría allí? Algunos conversaban asidos a las manos de sus madres. Intercambiaban sonrisa como las nuestras. Allí me di cuenta que el tiempo pasa inexpugnable, No es posible regresar el tiempo hacia atrás para revivir momentos soñados. Detrás de todos los niños que iban acompañados por sus mayores, caminaba sin muchas ganas de llegar a su hogar, un muchachito de cabellos rojizos. Traía las zapatillas desatadas. Me produjo ternura y tristeza su soledad. Inesperadamente casi a los gritos preguntó ¿Le gusta la lámpara y el árbol doña? Mi respuesta fue sí. Se me ocurrió preguntarle si no lo esperaban en la casa para almorzar. Levantó los hombros. Conto que no tenía mamá y su papá a esta hora estaría con los amigos en un bar. ¿Quién se ocupa de vos? -A veces viene mi nona, otras me preparo la comida yo- Mi corazón se estrujó. ¿Cómo se puede abandonar a un niño de esa manera? Si bien tenía cierta pulcritud el abandono era visible. -¿Doña quiere que le cuente como puse las semillas sin romper el vidrio?- Le dije si mientras nos sentábamos en un tronco. Contó que con paciencia y cuidado había desenroscado el metal. Con un trapo para no lastimarse timó el soporte de los filamentos. Un pico de tierra, las semillas y volvió a colocar la rosca. No había dudas que era un chico inteligente. ¿No te gustaría plantáramos el árbol en la tierra? Entusiasmado dijo sí. Elegimos un espacio donde recibiera sombra y sol. Supe al mirarlo era un lapacho. Especie de crecimiento rápido. En la próxima primavera daría sus primeras flores. Luego de la experiencia con los ojos tristes interrogó ¿Doña, se va? Lo invité a almorzar. Pasamos por la casa para que se lavara bien las manos. Cambió sus zapatillas y salimos a almorzar. Un niño solo es una máquina de preguntar. Pese a no tener a su mamá supo como aprender no solo lo elemental sino más. Por suerte cuando está aburrido lee. Vimos pasar al padre tambaleándose, estaba ebrio. Lisandro comentó que siempre toma de más. También dijo que para seguir estudiando trabajaría de ayudante en un aserradero. Le propuse hacerme cargo de sus estudios. Demasiado chico para trabajar. Comenzamos a vernos con asiduidad. Cuando supo de tu muerte bajó la vista y se quedó callado. Pasados unos minutos expreso “Doña. Usted pido conocer u tener unos años a su hijo. Mi madrecita murió cuando nací yo. Soy hijo de nadie” Pudo entender con mi explicación que la vida no siempre es un río de sonrisas. Le dije que su papá a su manera lo quería. Le pedí tratara de acercarse. Nos vemos una vez por mes. Lisandro va a una escuela de doble escolaridad. Siempre pregunta cómo eras vcos. No se cansa de escuchar las historias que le cuento. He conocido al padre. Un hombre hosco e insensible. Lo recibí en mi refugio junto a quien será el albacea del niño. No quiero administre el dinero de Lisando. Lo invertiría en alcohol. No pienso vivir todo el tiempo que insuma la carrera de Lisandro. Este episodio no ha cambiado mis pensamientos. Mi lugar está junto a vos. Mi proyecto es viajar a tu lado prontamente. Nada debo hacer aquí. Siempre te pediré ayuda para llegar. No soporto estar en suelo hostil. Le pido a dios se acuerde de esta humana y me saque de la tierra para llevarme a la eternidad, es mi sueño a cumplir. Te amo de manera incondicional, por ello siempre reitero mi pedido, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá. https://www.youtube.com/watch?v=QbHMyQlOeH8

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