Buenos días querido hijo.
Te saludo en una mañana nublada, más tarde prometieron la
salida del Astro Rey, quien se llevara los celajes oscuros que cubren el
firmamento.
En los lugares para vacacionar la alborada, es la mejor hora
para ver ascender, a Febo a su espacio de privilegio.
En la costa de países vecinos con clima tropical los
nadadores buscan las primeras horas para nadar con tranquilidad, saben que en
pocas horas el panorama quiero desaparecerá con la llegada de turistas, quienes
ocupan todos los espacios.
Los más pequeños suben a los árboles al solo efecto de
desarrolla actividades propias de la edad.
Un grupo de bañistas ha ingresado al agua, celulares en
mano, fotografían los destellos dorados del sol, apareciendo entre las montañas
de un lugar soñado.
La imagen que antecede a esta conexión, fue tomada por
quienes estaban abstraídos observando la
salida del sol.
Imágenes para soñar, alejados del ruido de la ciudad. Después
de la frondosa arboleda, se ubica el muelle de los pescadores. En cestas de
mimbre colocaran la riqueza del espejo de agua.
Algunos al mediodía despliegan sus parrillas para cocinar
los productos del lago.
Espacio natural donde la protagonista es la naturaleza
pródiga en belleza natural.
Juntos hemos recorrido enclaves similares con el propósito
de disfrrutar estar al aire libre.
A la izquierda del muelle hay un balneario dotados de todas las comodidades.
Reposeras y sombrillas multicolores, pequeños restó.
Hoy esos paisajes descansan en mi memoria.
Recuerdos compartidos conmoviendo el alma, de quien tuvo la
gracia de haber visitado lugares similares, acompañada de su amigo más fiel.
Épocas donde la felicidad impedía pensar, en el horror de tu
ausencia temprana.
Elegí no viajar a esos sitios.
Están guardados en mi
corazón. Junto a vos que ocupás cada célula de mi ser.
Es posible viajar con la imaginación con el propósito de
evocar esos momentos inolvidables que no volverán.
Instantes mágicos en los que podía darte un beso sin pedir
permiso.
¡Cuánto los añoro!
Tal cual las caricias que no te puedo dar.
A diario miro tus fotos.
Recorro con mis dedos tu rostro amado.
El cristal del monitor solo me devuelve, el frío de aquel.
Extraño la tibieza de tu piel.
Desde tu partida el mundo no
tiene alboradas, solo noches oscuras donde te pienso eternamente.
Siempre buscándote entre las estrellas sin poder
encontrarte.
Son tantas que no puedo visualizar aquella que contiene tu
hábitat.
Para hoy elegí un poema referente a las alboradas, es mis
deseos compartirlo con vos.
Lo dejo aquí mi amado ser de luz.
“ALBORADA
Autor:
Victor Hugo
Ya brilla la aurora fantástica, incierta,
velada en su manto de rico tisú.
¿Por qué, niña hermosa, no se abre tu puerta?
¿Por qué cuando el alba las flores despierta
durmiendo estás tú?
Llamando a tu puerta, diciendo está el día:
«Yo soy la esperanza que ahuyenta el dolor».
El ave te dice: «Yo soy la armonía».
Y yo, suspirando, te digo: «Alma mía,
yo soy el amor».
Hijo querido
¿Dónde estás?
¿Podré verte alguna vez?
¿La probabilidad de un reencuentro es un mito o realidad?
¿Cuándo aparecerás en mis sueños?
¿Ese día tan esperado vendrás por mí?
Es conocido mi deseo de no permanecer más en suelo terrenal.
¿Por qué estoy obligada a continuar en espacios ni deseados y menos buscados?
¿Nadie se ha dado cuenta mi única, ilusión es estar con vos
por toda la eternidad?
Es enorme la incomodidad.
Surgen momentos especiales que aumentan el dolor.
En esas instancias se profundiza la soledad.
Inexorablemente tus presagios se van cumpliendo.
Un visionario que un mes antes de emprender el viaje sin
regreso, relató cada uno de sus pensamientos.
Incluyendo tu final prematuro mientras buscabas un libro en
la biblioteca y yo fingía leer, mientras observaba cada uno de tus movimientos.
Hasta que de pronto preguntaste
¿Qué harías si te faltara?
No supe responderte.
Perpleja ante semejante pregunta, cuando abandonaste el
lugar, supe que a partir de ese momento me esperaba la oscuridad con sus
fantasmas.
Muchas actitudes cambiaron ante ese tembladeral.
Jamás imaginé la vida sin vos.
Desde entonces me desplazo en las sombras.
Las disquisiciones han aumentado.
Sola no puedo resolverlas.
Los mares de dudas rozan continuamente mis pies.
Te amo hijo querido, es muy difícil continuar sin vos.
No alcanzan los recuerdos compartidos, para morigerar el
dolor.
Siento impotencia al no tenerte carca.
Extraño la profundidad de tu bella mirada.
La forma de conversar sin utilizar el don de la palabra,
solo bastaba mirarnos para comprender.
Jamás encontraré nadie semejante a mi ángel guardián.
Desde esa distancia que no se puede medir, estás pendiente
de mí.
Hijo de mi existencia solitaria, como siempre en estos
enlaces, que espero algún día expresártelos mirándote, he de reiterar mi
solicitud.
Por favor te pido una vez más nunca olvides cuanto te
quiere,
Mamá
https://www.youtube.com/watch?v=rqZgpSEEc-I
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