Buenos días hijo querido.
Te saludo en una
mañana nublada, densos celajes cubren el firmamento.
Se espera, Eolo sople con fuerza inusitada.
Es el deseo de todos los terrenales no produzca daños
desmesurados.
Hoy quise mostrarte las margaritas del jardín de mi refugio.
Recordarás estando en la Provincia de Córdoba, en un sendero
que llevaba a un cerro bajo, vimos una mata de esas flores te tamaño
excepcional.
Corté una para el momento que se secara y así guardar las
semillas para plantarlas en el momento adecuado.
Es increíble se hayan reproducido a lo largo del tiempo,
conservando la belleza original.
Hoy quise las evocaras y por ello tomé una foto, es la que
antecede a estas letras.
Cambia la realidad en el instante de establecer, esta
conexión que sueño nos mantiene más unidos que siempre.
Las bellas flores blancas con el corazón del color del sol,
están plantadas en una esquina del parque, junto a otras coloridas plantas.
Produce placer pasar por allí.
Si bien carecen de perfume, las otras especies comparten su
fragancia con ellas,
El contraste es el marco perfecto para destacar los finos
pétalos de color blanco inmaculado.
Traigo recuerdos de momentos compartidos para morigerar
nuestras distintas soledades que producen tanto dolor.
En aquellos tiempos, nunca pensé podría soportar durante
tanto tiempo tu presencia amada.
En ocasiones pienso se trata de una pesadilla.
Cuando despierto sin escucharte, la realidad muestra el peor
de sus rostros.
Estos contactos son una leve ayuda para continuar, cuando
mis deseos son otros.
Ansío cristalizarlos,
a la brevedad.
Parea ello es preciso retroceder en el tiempo y anclarlo,
cuando estabas aquí o bien avanzar hasta que se produzca el reencuentro, aún
cuando tenga disquisiciones respecto a esa posibilidad.
Quisiera creer, pero a veces no puedo lograrlo.
Es tortuosa, la vida sin tu adorada compañía.
De nada sirven los esfuerzos realizados cuando el centro de
la cuestión es la ausencia de credibilidad.
Por ello siempre traigo a estos enlaces recuerdos del ayer.
Si bien producen angustia y emoción.
No estoy capacitada para comprender y menos aceptar el
enorme desafío de la ausencia no esperada.
Es frecuente me pregunte por qué estando juntos, no nos
llevaron a los dos.
Mortifica tu soledad y desamparo que podría paliar con las
demostraciones de amor maternal.
Imperiosamente, necesito darte un beso.
¡No dejes marchiten!
No alcanza mirar tus fotos a diario.
Tampoco acariciar tus pertenencias.
Las demostraciones de amor te pertenecen eternamente.
Para hoy aparte de homenajearte a diario, elegí un breve,
escrito, cuya autora fue una poetisa argentina, que por un amor frustrado,
decidió arrojarse al mar.
Lo dejo aquí para compartirlo con vos.
Las letras aluden a las flores de margarita.
“MARGARITAS
Autor: Alfonsina Storni
„Tú me quieres alba, Me quieres de espumas, Me quieres de
nácar. Que sea azucena Sobre todas, casta. De perfume tenue. Corola cerrada Ni
un rayo de luna Filtrado me haya. Ni una margarita Se diga mi hermana. Tú me
quieres nívea, Tú me quieres blanca, Tú me quieres alba. Tú que hubiste todas
Las copas a mano, De frutos y mieles Los labios morados. Tú que en el banquete
Cubierto de pámpanos Dejaste las carnes Festejando a Baco. Tú que en los
jardines Negros del Engaño Vestido de rojo Corriste al Estrago. Tú que el
esqueleto Conservas intacto No sé todavía Por cuáles milagros, Me pretendes
blanca (Dios te lo perdone), Me pretendes casta (Dios te lo perdone), ¡Me
pretendes alba! Huye hacia los bosques, Vete a la montaña; Límpiate la boca;
Vive en las cabañas; Toca con las manos La tierra mojada; Alimenta el cuerpo
Con raíz amarga; Bebe de las rocas; Duerme sobre escarcha; Renueva tejidos Con
salitre y agua; Habla con los pájaros Y lévate al alba. Y cuando las carnes Te
sean tornadas, Y cuando hayas puesto En ellas el alma Que por las alcobas, se
quedó enredada, Entonces, buen hombre, Preténdeme blanca,
Preténdeme nívea, Preténdeme casta.“
Grafemas emotivos de alguien que se quitó la vida.
No te preocupes, jamás vulneraré tu memoria.
¿Cuándo aparecerás en mis sueños?
El tiempo transcurre sin detenerse y no puedo observar la
belleza de tus ojos, para dar inicio a
nuestras conversaciones donde no era necesario, el don de la palabra.
Mis brazos anhelan estrecharte en la tibieza de un abrazo.
¿Por qué se me niega esa posibilidad?
Es un derecho al que no pienso renunciar, aún, cuando no te tenga a mi lado.
Imposible acostumbrarse a la soledad impuesta, sin razón que
lo amerite.
¿Cuándo me llevarás a conocer tu hábitat?
Te amo y extraño cada día un poco más.
¿Qué hice mal?
¿Qué faltó hacer?
¿Cómo estás?
Serías de gran ayuda en el ascenso.
No es mi deseo continuar en suelo terrenal.
¿Cuánto debo esperar?
Hijo de mi vida, como es habitual en estos enlaces, he de
reiterar mi pedido, basado en el amor más puro, por favor nunca olvides cuanto
te quiere,
Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=uyqgdFlT5fk
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