Buenos días hijo querido.
Te saludo, en una mañana otoñal, pese a la primavera
avanzada.
Manejando por la ruta he encontrado, pájaros de primavera.
Algunos están entre el follaje de los árboles repletos de hojas
verdes y brillantes, otros prefieren posarse sobre un tronco añoso con el
propósito de regalar sus trinos.
Mientras cargaba combustible. Hallé sobre el tronco de
antigua data, un pájaro pensativo.
Parecía ser parte del tronco donde estaba descansando en
silencio.
Desde el interior del auto, para no molestarlo, tomé una
foto.
Es la imagen que antecede las letras de estos contactos
maravillosos que nos acercan un poco más.
Desconozco la especie dado no soy especialista en
ornitología.
Mientras el empleado limpiaba el parabrisas, el pájaro de
primavera comenzó a entonar una encantadora melodía prodigiosa.
Temprano antes de la salida del sol en mi refugio soy
visitada a diario por una avecilla posada en las tejas del techo.
Canta durante dos horas para luego emprender vuelo hacia
otro espacio donde pueda brindar sus gorjeos melodiosos a quienes nos gustan
los pájaros.
Admirables en la tarea, de cuidar a sus crías, hasta el
instante que están preparados para emprender el primer vuelo hacia la libertad,
alcanzando alturas vertiginosas al desplegar sus coloridas alas.
Brindan sosiego sin pedir nada a cambio.
Es un placer escucharlos cantar.
En las grandes ciudades no se encentran demasiadas aves.
Posiblemente huyan a espacios más tranquilos, hacia donde
pueden desplazarse con tranquilidad.
Cuando el cansancio los vence, buscan sitios para descansar,
sin dejar de gorjear su bello canto.
Necesarios para la naturaleza, no solo por ser vistosos sino
porque regalan pinceladas de paz.
El poeta florentino Dante Aligjieri en los versos de La
Divina Comedia, le contaba a su enamorada Beatriz, sobre los pájaros existentes en el Edén.
Ignoro si existen en ese espacio del Universo.
Solo vos que sos habitante de las estrellas podrías decir si
existen aves en el Paraíso Celestial.
Desearía estar a tu lado rápidamente para comprobarlo y así
tener la posibilidad de darte el beso que tanto anhelo.
¿Se cumplirá?
Es una ilusión adormecida en mi alma, espero cristalizarla
con rapidez y de esa forma cumplir con las necesidades básicas de una mamá que
extraña a su hijo, más allá del tiempo transcurrido.
Para hoy elegí un poema de un célebre autor, quien alude en
sus versos a los pájaros.
Los dejo aquí para compartirlos con vos, mi gran amor, el
amigo más fiel.
“Los he visto en el cine
Autor:
Jaime Sabines
Frente a los teatros,
en los tranvías y en los parques,
los dedos y los ojos apretados.
Las muchachas ofrecen en las salas oscuras
sus senos a las manos
y abren la boca a la caricia húmeda
y separan los muslos para invisibles sátiros.
Los he visto quererse anticipadamente, adivinando
el goce que los vestidos cubren, el engaño
de la palabra tierna que desea,
el uno al otro extraño.
Es la flor que florece
en el día más largo,
el corazón que espera,
el que tiembla lo mismo que un ciego en un presagio.
Esa niña que hoy vi tenía catorce años,
a su lado sus padres le miraban la risa
igual que si ella se la hubiera robado.
Los he visto a menudo
a ellos, a los enamorados
en las aceras, sobre la yerba, bajo un árbol,
encontrarse en la carne,
sellarse con los labios.
Y he visto el cielo negro
en el que no hay ni pájaros,
y estructuras de acero
y casa pobres, patios,
lugares olvidados.
Y ellos, constantes, tiemblan
se ponen en sus manos,
y el amor se sonríe, los mueve, les enseña,
igual que un viejo abuelo desengañado.”
Amado hijo cada día que pasa te extraño y amo de manera
inconmensurable.
Como pocos conocés mis deseos de abandonar suelo terrenal
para reunirme con vos, en la estrella que habitás.
Es insensato seguir donde no se desea estar.
Te pido ayuda para llegar a tu lado.
No es tolerable estar en un espacio hostil.
Sería beneficioso para los dos.
Un solo miedo me acosa de manera constante, temo no llegues
a reconocerme.
Pese a tener la certeza que nuestras almas si lo harán.
Te amo y extraño con igual intensidad.
Sentimientos alimentando la ilusión, de estrecharte en la
calidez de un abrazo interminable.
Acariciarte hasta que mis manos se cansen, algo que jamás
ocurrirá.
Así es el amor maternal que has sabido generar en mí.
Muchas veces no encuentro las palabras, adecuadas capaces de
definir con exactitud el amor y empatía que nos tenemos.
Es muy difícil despertar y no hallarte en tu habitación.
Los momentos compartidos se añoran fuertemente.
Tampoco entiendo los arbitrios del destino, que nos
separaron para siempre.
¿Por qué las estrellas del Universo, no me devuelven tu
imagen querida?
¿Estás allí?
No produce ninguna satisfacción estar en este lugar tan
aciago.
Solicito tu ayuda para ascender
Sola no puedo hacer demasiado.
Quiero que sepas la búsqueda no cesará.
Como es habitual en cada uno de estos contactos que nos
acercan, he de pedirte, nunca olvides cuanto te quiere,
Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=Es0W8gYDC6Y
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