Buenos días querido hijo.
Te saludo en una mañana luminosa.
Estoy leyendo un libro referido al universo.
Fue escruto por un grupo de la NASA, con el propósito de
desmitificar algunos conceptos que se vierten alegremente, si estar apoyados en
publicaciones científicas de autores como ellos que pueden testificar, el
panorama encontrado.
De una de las páginas extraje la imagen de lo presenciado
tan lejos de la tierra.
Ellos las denominan columnas del universo.
Ubicadas entre las nubes de colores pastel, se erigen
columnas con balcones. Preparados para que en el futuro algún terrenal o humano
pueda divisar el espacio.
La publicación fue
presentada en conferencia de prensa.
Uno de los periodistas asistentes al evento, preguntó dónde
se sostenía la plataforma y uno de los
astronautas, respondió se conocerá con argumentos en la misión que actualmente
está investigando la estructura, que a simple vista está suspendida entre las
nubes de aspecto original.
Contó no se habían encontrado inscripciones para saber por
donde comenzar, sin crear expectativas que no se puedan argumentar.
De todas las fotos exhibidas en el libro, tomé la que más me
llego para que pudieras verla desde tu hábitat.
Tal vez vos que estás más cerca que yo, puedas develar el
misterio de la edificación que en nada
se parece a una promoción.
La plataforma está pintada con tonos suaves.
Las columnas trabajadas.
Cuenta con variaos arcos, similares a los del Coliseo en
Roma.
Imagino están para que en el futuro alguien que emprenda el
viaje pueda observar el universo desde todos los ángulos.
En el momento que se devele el enigma espero estar a tu lado
para siempre.
Produce confort poder compartir todas mis sensaciones con
vos, por ser mi hijo amado y el amigo más fiel, quien nunca conoció la palabra
traición.
Buscando en los libros de poesía encontré una de reconocido
autor que refiere a otro tipo de columnas.
La dejo para compartir con vos, mi ángel guardián.
“Ruinas
Autor: Mario Benedetti
Se deslumbraron mis ruinas
Juan Ramón Jiménez,
yo también tengo ruinas
y si acudo al pasado
ya no sé a quién o a quiénes
busco entre los escombros
son ruinas sin prestigio
sin guías y con musgo
inmensas y mezquinas
señas de lo que fui
columpios desnudeces
huellas crepusculares matutinas nocturnas
la luna las descubre
les dice lo que eran
columnas, de tesón
cúmulos de experiencia
pedernales de amor
catacumbas de miedo
yo también tengo ruinas
pero no deslumbradas
sino ciegas distantes
residuos, de palabras
vestigios, de
rencores
esquirlas de castigos
reliquias de caricias
ruinas tan taciturnas
calimas de la pena
albergan sus fantasmas
como todas las ruinas
y como todas dejan
escuchar, su lamento
yo también tengo ruinas
meses y años troceados
muñones de confianza
perdones en añicos
piedras en las que a veces
me reconozco entonces
amo la piel rugosa
de mis hermanas ruinas”
No puedo limitar extrañarte y amarte de manera inconmensurable.
A diario me pregunto:
¿Por qué sigo donde no deseo estar?
¿No se han dado cuenta de mis ansias de estar a tu lado para
siempre?
Tal vez juntos podríamos conocer las columnas del universo y
deleitarnos ante tanta belleza en tan lejano enclave.
Siempre en mis proyectos estás vos, más allá de donde los
mismos concluyan.
Preciso con desesperación darte un beso.
Verte un instante y poder abrazarte y acariciarte como antes
de la tragedia menos esperada.
Tesoro de mi alma, hasta el último suspiro, no cesaré de pedirte,
por favor nunca olvides cuanto te quiere,
Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=OnUGxl4-wwM
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