Buenos días hijo querido.
Te saludo en una mañana espléndida.
De tonos dorados pinta todo el Astro Rey.
Quiero compartirte un sueño.
Nuestras posiciones se habían invertido.
Estabas sentado en la playa, observando el ir y venir de las
olas,
Desde el universo te miraba derramando una lágrima.
Por la dirección de tu mirada parecía estabas esperando
llegara a tu lado.
Embargada por la impotencia no pude evitar llorar, al
observar esperabas y no te podía responder.
Otra vez mis deseos de darte un beso se esfumaron entre las
nubes que cubrían el firmamento.
Solo rogabas miraras hacia el Cosmos para que supieras
estaba allí, esperando cumplir mis deseos de madre que ama, a su hijo de manea
imposible de dimensionar.
Otra vez el destino ponía distancia entre los dos.
Traicionando mis sentimientos me llevó, al universo, ocultando te dejaría sentado en
la arena, esperando el reencuentro que no fue.
Tampoco pude estrecharte en un abrazo ni acariciarte,
Por enésima vez no pude escuchar la claridad de tu voz,
convocándome.
Siniestros los juegos desconocidos y engaños que propina el destino, aprovechándose
de nuestra vulnerabilidad.
No es suficiente verte de lejos.
No puedo calcular la distancia que nos separa y menos si se mide en años luz.
¿Realmente estarás allí?
¿Dónde se encuentra tu hábitat?
¿Está cerca de las estrellas?
¿Por qué pese a la búsqueda
intensa no he podido hallarte?
Persistiré hasta encontrarte.
Para vos puedo emplear el tiempo que desee.
El amor de una madre no se resigna a seguir en el terreno de
las pérdidas.
Las lágimas seguirán aumentando el caudal del mar.
Todos los esfuerzos son pocos cuando se trata de llegar al
hijo que arrancaron de mi lado sin ninguna explicación.
La tristeza y las lágrimas fortalecerán el espíritu
alimentado por tu amor de hijo y amigo fiel.
Para hoy seleccioné una poesía que alude a las lágrimas, la
dejo aquí para compartirla con vos,
“LA LÁFRIMA
Autor: Ramón López Velarde
Encima
de la azucena esquinada
que orna la cadavérica almohada;
encima
del soltero dolor empedernido
de yacer como imberbe congregante
mientras los gatos erizan el ruido
y forjan una patria espeluznante;
encima
del apetito nunca satisfecho,
de la cal
que demacró las conciencias
livianas,
y del desencanto profesional
con que saltan del lecho
las cortesanas;
encima
de la ingenuidad casamentera
y del descalabro que nada espera;
encima de la huesa y del nido,
la lágrima salobre que he bebido.
Lágrima de infinito
que eternizaste el amoroso rito;
lágrima en cuyos mares
goza mi áncora su náufrago baño
y esquilmo los vellones singulares
de un compungido rebaño;
lágrima en cuya gloria se refracta
el iris fiel de mi pasión exacta;
lágrima en que navegan sin pendones
los mástiles de las
consternaciones;
lágrima con que quiso
mi gratitud salar el Paraíso;
lágrima mía, en ti me encerraría,
debajo de un deleite sepulcral,
como un vigía
en su salobre y mórbido final.”
Hijo querido
¿Cuándo aparecerás en mis sueños?
¿Por qué la espera para comenzar el ascenso se dilata
tanto?
¿Has pensado en brindarme ayuda
para acelerar un trámite que excede la demora?
No quiero estar en este espacio que
en nada ayuda a resolver los dilemas?
Por el contrario los agiganta.
¿Cuál es la ganancia de mantenernos
separados?
¿Beneficioso para quién?
Te amo y extraño con idéntica
intensidad.
Siempre en estos contactos dejaré
constancia de mi solicitud cotidiana.
Por favor hijo de mi existencia
nunca olvides cuanto te quiere,
Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=A_MHf84soT0
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