BIENVENIDA BEBITA

Buenos días mi amor inconmensurable.
Tengo para vos buenas noticias.
Anoche pasadas las veinte horas llegó al mundo de los terrenales y humanos la hijita de tu hermano del alma.
Llegó con algunos días de demora que nos tuvieron en vilo a quienes amamos de verdad a sus padres.
¿Por qué me incluyo?
Tengo perfectamente asumido mi rol.
No estoy confundida.
Cuando de querer se trata no existen los adjetivos capaces de reflejar con fidelidad aquello que se siente.
No he llegado a la etapa de la necedad.
Solo soy la mamá y lo escribo con orgullo del hermano del alma del padre de la niña.
El título más importante aún cuando de amor se trata no hace falta los calificativos.
Llegó con cierta demora.
Los médicos que atienden a la mamá que es una reina cariñosa, habían previsto como fecha el día ocho.
Los últimos días fueron extensos.
Ayer me comunicaron el nacimiento de la beba a las veintiuna y veintiocho minutos.
No escuché la entrada del Watsap, estaba con gel de hielo sobre el hueso frontal a la altura de la ceja derecha.
Distraída no vi el protector para el piso que el pintor había colocado para proteger las manchas de pintura.
Trastabillé, para no caer mi cara dio con la medianera del vecino.
Comprobé son demasiado duras las, paredes.
El pintor se asustó por el ruido seco del hueso.
Pedí no se preocupara, sentí nuevamente me ayudabas para que no hubiera mayores consecuencias, más que el dolor fortísimo de chocar con violencia sobre una pared.
Esta madrugada, pasadas las cinco se me ocurrió mirar el teléfono.
Allí estaba la noticia esperada.
La beba vino al mundo pasadas las veinte horas.
Sé que eligió ese horario pues ayer fue un atardecer venturoso del estío.
Es cierto las temperaturas fueron altas, la falta de humedad atenuó el clima.
La pequeñita nació el día de los enamorados para homenajear a quienes le dieron vida.
Arribó a esa hora, pues es la despedida del sol en el horizonte con los colores púrpura y magentas del crepúsculo al que se suman las primeras sombras de la noche.
Una estrella venía a titilar el cielo de sus padres.
El papá describe a su hija de la que no pienso dar el nombre, pese a que es muy bello por su significado, como una nena grande y preciosa.
No podía ser de otra forma sus padres, cada uno en su estilo son lindos y no es porque los mire con los ojos del alma.
¿Coincidís conmigo?
Esa chiquita vino en un momento muy especial de mi vida.
Por tu ausencia, había perdido la luz que trae la esperanza.
Días pasados se lo comenté a un escribano al que al pasar le dije ¿Qué más puedo perder?.
La noticia del arribo de la pequeña que aya tiene doce horas de vida, trajo pinceladas de paz a un alma desgarrada por el desamparo que significa la pérdida del ser que más se ama en este y otros mundos.
Nuevamente ayer se produjo el milagro de la vida.
Es de piedra quien no siente ternura ante la llegada de un bebé.
Más en este caso donde los lazos de cariño, me parecen son inquebrantables.
¿Por qué escribo me parece?
No soy dueña del destino.
Hasta el momento desde tu muerte tu hermano del alma ha sido un gran compañero.
A veces le hablo como si fiera tu propio hermano.
Entendí que no debe haber lazos de sangre para querer a una persona.
Ustedes fueron hermanos y cómplices, lo mismo que con quien se dedica a las leyes.
¡Supiste elegir a quienes pedir no me dejaran sola!
No te han defraudado.
Junto a mi familia chiquita son los seres en los que puedo contar siempre.
No hace falta convocarlos ante las necesidades de quienes sufren la silenciosa soledad.
Ellos aparecen de la manera menos esperada.
¿Existen sentimientos que puedan compararse a ellos?
Hoy la protagonista es la beba.
No tengo nada que reprocharle.
Nos mantuvo preocupados por su falta de señales.
Entendí que en el camino como todo niño se encontró con duendes y hadas.
Ello demoró su llegada.
¿Qué iba hacer entre adultos cuando podía emplear el tiempo en el mundo de las fantasías?
¿Cuáles son mis deseos para esta vida recién arribada?
Simples.
Que siempre sea ella.
Capaz de conservar su esencia.
Vivir cada etapa sin apuro.
Mientras sea chiquita escuche la música ejecutada por los duendes y hadas de un bosque encantado.
Lo demás se lo diré después.
No todo debo publicarlo en estar charlas que mantengo con vos a diario.
Se estás contento, ante la concreción de ilusiones de quienes amaste.
Me cuesta mucho no enlazar mis letras con el pasado, que te tuvo como protagonista absoluto.
¿Te parece bien que en cada grafema le demos con el corazón enlazado, la bienvenida a la nena?
Las manos de la nueva familia estarán unidas para siempre.
Las nuestras son parte de una utopía que demora en cristalizar.
Te amo hijito, por ello te pido nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

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