Tuesday, February 25, 2020

INTERCAMBIO EOISROLAR



Buenos días mi amor divino.
Ayer en las primeras horas de la tarde cuando el silencio era un espectro persiguiéndome, decidí enviarte, una carta manuscrita.
Tu abuela materna guardaba muchas en su escritorio.
Nunca accedí al contenido de las mismas pues desde pequeñas nos habían enseñado que violar correspondencia que no estuviera dirigida a uno en particular, configuraba un delito grave,
La letra de los envíos era prolija.
Tu abuelo las enviaba cuando estaba de viaje.
Es una pena esa costumbre se haya perdido.
Como te decía cuando el refugio está en absoluto silencio como si no lo ocupara nadie, tuve la ocurrencia e enviarte una carta.
El destinatario tendría tu nombre.
Como domicilio coloque Universo.
No abrigaba muchas ilusiones que la misma llegara a destino.
Tampoco sabía el momento en que la recibirías pues ignoro la distancia que nos separa físicamente.
Otras distancias no existen ya que vivís en cada célula de mi ser.
Decía:
“Hijo querido:

He tenido la ocurrencia de escribirte estas letras, dado son insuficientes los enlaces que establecemos cada mañana.
Trato de ser prolija para que entiendas cada grafema desordenado.
Mi fuente de inspiración han sido las cartas manuscritas que se enviaban tus abuelos maternos, cuando el abu, estaba de viaje.
Sé sos comprensivo como pocos seres humanos que transitan el mundo de los terrenales.
So encontrás una letra desdibujada o la tinta corrida es porque no puedo evitar las lágrimas.
Necesitaba ensayar con vos una carta de puño y letra para decirte cuanto te amo.
El horror que sentí cuando noté que aquello que ambos presentíamos, era preciso callarlo para no aumentar el sufrimiento padecido.
Tengo tantas cosas para decirte que no sé si mis palabras podrán demostrarte el amor incondicional que te tengo.
Contarte que fui la mujer más feliz de la tierra cuando por vez primera te tuve en mis brazos.
Esperaba que arribaras a la vida con los ojitos cerrados.
Es normal cuando llega a la existencia un ser tan frágil como un recién nacido.
Sin embargo desde el primer minuto de tu realidad, asombrado mirabas a tu alrededor.
Ninguno de los dos ante semejante alegría pensábamos el destino nos mostraría la peor de sus caras con tu partida temprana.
Nunca a una mamá que se precie de tal le alcanza el tiempo terreno para decirle a su hijo cuanto lo ama.
Me desespera tu pasar solitario por ese universo tan lejano.
De chica creía en los ángeles, en el cielo, en todo aquello que nos inculcan desde que tenemos recuerdos.
Fui feliz viendo portabas la bandera de ceremonias en las fiestas patrias.
Para otros mortales puede ser algo sin trascendencia, para una madre orgullosa de haber llevado durante nueve lunas y sus soles el orgullo toma dimensiones inconmensurables.
Disfruté de los más pequeños detalles que hacen al crecimiento de un hijo.
Festejar los primeros pasos incentivado por una rama de alverjillas.
Escuchar que me decías ma.
La primera vez que me dijiste cuanto me querías sentí un placer indescriptible con palabras por todos conocidas.
Saber con el tiempo por tus hermanos del alma tu paso por este mundo, aún conmociona.
Ellos te conocieron desde otro lugar.
Si bien entre los dos nunca hubo secretos ni barreras imaginarias disfrutaba con reacciones que alguna vez habías tenido.
De todo rescato por sobre todo tu solidaridad.
Eras capaz de despojarte de todo si otro lo necesitaba.
Alguna vez un amigo tuyo te acompañaba bajo una persistente llovizna.
Cuando se sintió molesto por ese evento climático, le dijiste es lluvia, estamos vivos para disfrutarla.
Episodio ocurrido poco antes del final menos esperado.
¿Qué madre piensa verá morir a su hijo?
No te inquietes, no voy a realizar una reseña de todos los momentos compartidos.
Ignoro su existen carteros como en la tierra que en su morral lleven cartas manuscritas.
Afirmaría que no.
En era de la digitalización, mucho se ha perdido.
Hasta el dialogo entre padres e hijos por la presencia de Don Celular.
Pese a pertenecer a esta época, siempre te hacías un tiempo para conversar conmigo sobre temas de la vida.
Ninguno de los dos pudo imaginar que la tuya sería tan corta como la pincelada de un artista sobre la tela que comienza su amorosa obra..
En todo este tiempo que ha pasado nunca se me hubiera ocurrido vulnerar tu memoria.
Mis lectores no conocen tu nombre amado.
¿Qué más puedo decirte para demostrarte mi amor inconmensurable?
No hacen falta las palabras.
Solo pido cada noche, antes de dormirme sosteniendo un documento viejito tuyo, poder soñarte.
De esa manera podría darte uno de los tantos besos aletargados que cual fragancia perfuma, mi refugio.
Te quiero.
Preciso estar a tu lado.
Espero que el contenido de esta carta llegue a destino”
Parecida a cualquier mujer que lleva su hogar adelante, luego de escribirte, me ocupé de las tareas, pendientes.
Por un momento pensé estaba perdiendo la razón.
Solo a mi se me ocurre enviar a un muerto querido una carta manuscrita.
No fue en vano.
Cuando el cielo despedía con sus colores anaranjados al sol, para darle paso a la noche.
Dos gaviotas se posaron en el dintel de mi ventana.
Una de ellas portaba en su pico un sobre plateado como los destellos de la luna.
La otra impaciente aleteaba en los cristales de la ventana.
Querían darme ese sobre.
No hizo falta te olvidaras de colocar el remitente.
Tu letra es inconfundible.
Como pude llegué al ventanal.
Las piernas me temblaban.
Mientras caminaba hacia ella, recordé los ojos desorbitados del empleado de correos.
Si bien recibió el envío quedó mirándome como si fuera un fantasma.
En otro momento de mi existencia lo hubiera peleado.
Ahora no gasto energías con los minusvñalids poseedores de pocas neuronas.
Tu letra amada obvió la fecha.
No hacía falta.
Eran tus signos escritos.
Las gaviotas desaparecieron mirando el fulgor de las estrellas que una a una se encendían en el firmamento,
Emocionada leí tu respuesta, decía:

“Ma querida, la mejor del mundo.
Una mujer pequeña de tamaño, con un corazón gigante.
Quiero decirte que también te amo hasta el paroxismo.
Cómplice querida de mis secretos, para vos solo tengo pensamientos bonitos.
Quiero pedirte no te tortures más.
No hiciste más que cumplir con mi deseo para cuando estuviera muerto.
De vos tengo los mejores recuerdos.
Has sido la mamá más comprensiva del mundo.
Si bien no lo digo, quiero que sepas te extraño como loco.
Al principio de mi partida, estaba rodeado de seres desconocidos, hasta que aparecido Coca y con su mano sabia me llevó a recorrer el espacio donde mis antecesores estaban callados.
Creí no se acordaban de mí.
Nada que ver.
Me recibieron con un abrazo, como si nunca hubiésemos estado separados.
Hablamos mucho.
Recordamos más.
La señora de las azaleas supo que Selene estuvo cada día junto a mí.
Guardo muchos recuerdos además de los compartidos.
¿Te acordás de la visita que me hiciera antes de morirme la hija de la luna?
Un ser maravilloso.
Dueña de una belleza especial.
Chiquita de edad supo sostener mis manos entre las de ellas mientras su cabellera caía cual manto sobre nosotros.
¿Sabías le dije era muy linda?
¿Cometí una imprudencia al pedirle que se cuidara?
Es demasiado hermosa.
Su sonrisa ayudo para que atravesara los últimos momentos.
Quiero darle las gracias por ser tan íntegra.
Selene no faltó un solo día hasta el final.
¿Má como no te diste cuenta estaba muerto hasta que ella se persignó?
Es la familia chiquita que te acompañará siempre.
No me preguntes cuando estarás aquí.
No lo sé. Aún cuando quisiera tenerte.
¿Me preguntás como es este enclave?
Soy malo para describir.
Es distinto.
No hay sonidos como en la tierra.
Al que llega se lo recibe con amor, sabemos de su orfandad.
¿Tengo amigos por aquí?
No me hagas esas preguntas.
No es lo mismo que en la tierra.
Siempre me cuida la señora de las azaleas y quien llegó finalizando el invierno del dos mil diez y ocho.
Sos libre y dueña de tus actos.
Entiendo que pasás, al incauto al terreno de la no existencia.
No te voy a pedir el olvido para quien te hirió la confianza.
Ella sabe que alguien necesita dar un escarmiento.
Te tocó a vos mamita.
No te apures, todo llegará a su debido tiempo.
Nadie puede juzgarte por haber dado con las manos abiertas.
No soy yo quien va a interferir en ese desatino.
¿Me pedís ayuda para llegar aquí?
No puedo otorgártela.
Sé la soledad es un atávico abismo.
Tené confianza.
Llegarás cuando deba ser.
Te amo má por ser como has sido.
Hoy los pedidos se invierten.
Mami preciosa, resolví tus dilemas.
Sabrás como hacerlo sin mi ayuda.
Hoy soy yo quien te pide nunca olvides cuanto te quiere tu hijo.”

https://www.youtube.com/watch?v=HZvFrWToECk



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