Buenos días luz de mi realidad en penumbras.
Eras un niño pequeño.
Hace tiempo.
No es necesario dar precisiones pues los seres yacientes no sé si conservan la edad en que partieron.
Renacen en otra vida.
Palabras que no encuentran sentido o resultan ser un verdadero oxímoron pues se contraponen.
Vida después de la muerte.
¿Mito, realidad?
Solo tienen la respuesta quienes pasan por esas terribles circunstancias.
Jamás se hallan respuestas a interrogantes no resueltos en la vida terrena.
En ocasiones es preferible no encontrar soluciones a nuestros dilemas a escuchar ciertas palabras enmascaradas, mientras te acarician la espalda.
Personajes que han pasado a la no existencia suelen utilizar ese recurso sin sustento y la puñalada no llega a destino por no ser fortuita.
Habrás notado que muy cerca de mi refugio se ha mudado una nueva vecina.
Silenciosa.
Así deberían ser todos cuando no tienen nada para decir.
No suele pasar.
Las palabras en ocasiones son tan inoportunas que producen rechazo.
Esa mujer es un enigma que todos quieren descifrar.
No comprendo por qué si se trata de la vida de terceros.
Hay que ser respetuoso del silencio de los otros.
Cuando se presta ayuda que no sea por el interés que promueve los sin sentidos, tan habituales en esta época.
Vive con sus asistentes.
Un chofer, siempre debe ser el mismo pertenece a una conocida agencia de autos de alquiler.
La más antigua de la zona.
Quienes te conocieron te recuerdan con cariño.
El resto del personal se ocupa de mantener la casa y realizar las compras.
La persona asignada a ello, habla demasiado para mi gusto.
Pertenezco al grupo de personas que solo emite sonidos cuando me preguntan algo.
Suelo responder con monosílabos.
A esta altura de mi vida no deseo establecer vínculos amistosos con nadie.
Mis amigos, los puedo contar con los dedos de una mano.
La mujer de la máscara utiliza una muy bonita rodeada de flores grises.
Específicamente son rosas del tono de la tristeza.
¿Por qué imagino ese sentimiento de determinado color?
Tal vez sea por la ambigüedad de la misma.
Quienes la conocen o creen conocerla dicen es una mujer de rasgos finos.
La bioquímica que realiza mis análisis, la visita en su casa para evitar que salga.
Con ella ha entablado una relación cordial.
Cuenta aquello que desea cuando la carga es demasiado pesada y se hace necesario compartirla.
Solo una vez concurrió al laboratorio pues había olvidado pedir turno.
Sentada a mi lado, respondí su saludo.
Tiene la voz cristalina como el agua discurriendo en un manantial.
No tardó en preguntarme si era tu mamá.
La respuesta fue si, lo soy, orgullosa de escuchar mi propia voz diciéndolo.
Creí que allí había finalizado el intercambio.
Contó que estuvo casada durante mucho tiempo, pero nunca fue madre, su marido se negaba a tener descendencia.
Un hombre de perfil oscuro que en la actualidad se encuentra cumpliendo una condena de muchas décadas por haber castigado con crueldad a su mujer.
No deseo dar más detalles pues son tenebrosos.
Hace varios años le están reconstruyendo el rostro.
Ella mandó a realizar la máscara que usa solo para salir,
Está rodeada de flores.
Rosas de color gris.
Inquirió si quería conocer detalles de su vida.
Pocas veces no sé que responder.
Aquello que deseara estaría bien.
Pasaríamos varias horas en el laboratorio debido a la práctica que curiosamente nos habían pedido a las dos.
Tenía ganas de salir corriendo.
Hay situaciones que no se pueden controlar.
Comenzó preguntando si me podía tutear.
Asentí.
“Percibo debemos tener la misma edad.
Nuestras historias son trágicas.
La tuya no tiene solución.
La mía, es dolorosa.
Cuando culminen las intervenciones quirúrgicas dejaré de usar esta máscara.
Seguramente te preguntarás ¿Por qué tiene los parpados casi cerrados?
Quiero que los demás sepan que no tengo ningún interés en ver pasar la vida sin participar.
¿Siempre eres tan callada?
Mi respuesta fue un breve sí.
Concluyó era mejor.
He tenido muchas operaciones,
Se trata de injertos de piel para reconstruir mi rostro.
Las flores son mis preferidas.
No en ese color triste que tienen ahora.
Si los terrenales no se dedicaran a la vida del otro, podría estar sin la mascara.
Ellos juzgan y hablan sin saber.
Por ello no quiero mostrar mi cara hasta que no esté bien.
¿Quieres acompañarme en el próximo viaje?
Agradecí pero esta vez apareció un contundente no.
Solo deberías acompañarme para conversar.
Las asistentes se ocupan de resto.
Volví a dar las gracias.
La dama de la máscara comprendió que aquí me retienen los recuerdos.
Es bueno te quedes en tu domicilio si allí te sientes bien, esperando la visita de tu hijo.
Espero que a mi regreso nos volvamos a ver.
Me ha gustado conocerte”
Por fin el estudio concluía con la última extracción.
Espero que en todas las cirugías tenga éxito.
Merece una vida digna.
Han pasado varios meses.
Vía celular me envía una foto de su cara.
Si bien está un poco inflamada, es una mujer hermosa.
La historia de la máscara habrá finalizado para bien.
Avisó el día que llegaba a Buenos Aires.
Cruzó hasta mi casa.
Quería invitarme a una recepción que se llevará a cabo los próximos días.
Deseo seas mi invitada especial.
Comenzaremos a forjar una amistad.
Desistí de la invitación.
Ella entendió.
El sábado se llevó a cabo la fiesta.
Pudo mostrar el rostro a sus amigos.
Pese a la música, pude entregarme al descanso.
En medio de la noche el ulular de las sirenas de los bomberos del distrito me despertó.
Lenguas de fuego se elevaban al cielo.
Con eficiencia los trabajadores que todos deberíamos imitar controlaron el incendio.
Los daños fueron totales.
Los concurrentes a la fiesta perdieron la vida.
Llevaría tiempo reconocerlos.
Estaban carbonizados.
La historia de la máscara tuvo el peor final.
Tesoro tenía que compartir estas letras con vos.
Sé podés comprenderme.
Te extraño.
No soporto estar aquí.
Como siempre te pido, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=JTSCm8VwzFk
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