SIMPLEMENTE, SELENE

Buenos días amor de mis entrañas.
No existe nada más bello y placentero en la vida terrenal que observar el fulgurante lucero que antecede la aparición de ella.
Selene, hermana de Helios el sol, ambos hijos de Hiparión y Tea.
Aún cuando muchos autores dicen es hija de Zeus.
La mtolgía griega no es totalmente falible.
Mitos y leyendas han trascendidos los tiempos.
Hipnotizan a quienes les gusta la genealogía de los dioses, titanes, náyades, nereida y todo aquel ser que visitó el fabuloso Olimpo contado y cantado por Homero en sus himnos. En la mitología romana simplemente es Luna.
Plateada, bella.
Testigos de amores de todo tipo desde el inicio de la humanidad.
A ella, tan hermosa como brillante no le agradan le digan es un satélite de la tierra.
¿Deberíamos mentir para complacerla?
No.
Aún cuando en su interior lo sepa comprobaría una vez más que los terrenales, no todos, son amigos de las fábulas.
No estaría del todo mal si solo se utilizara como mito para expandir entre sus iguales.
Cuando se los intenta manipular, son tan burdos que las máscaras los dejan desnudos sin piedad.
Alguna vez conocí seres de esa naturaleza.
Afortunadamente cumpliendo mi papel de neófita pasaron al terreno de la no existencia cuando advertí sus intereses, espúreos.
En la vida terrenal debemos aprender a pedir permiso para usufructuar aquello que pertenece al otro.
Tomarlo por asalto es un delito, que no deja bien parado a quien transita por los senderos del mal.
No estoy aquí para hablar de conductas intrascendentes.
Voy más allá.
Nadie puede cuantificar el sentido de estos enlaces que cada mañana nos acercan un poco más.
¿Nuestra distancia se mide en años luz?
Realizar la conversión a años terrenales, me deja sin aliento.
Quienes orbitan en el universo, tal cual supongo lo hacen los seres muertos más amados, sin quererlo y menos advertirlo se van alejando de nuestro lado.
Quiero abrigarte en el más cálido de los abrazos.
Darte el beso soñado que me mantiene en estado de alerta.
Decirte cuanto te quiero frente a frente.
Disfrutar como antes del diálogo de nuestras miradas.
¿Por qué no ha podido ser?
¿Podrías señalarme el camino de los errores que cometí?
¿Fueron tantos que terminaron con tu vida?
¿Por qué estoy condenada a la soledad?
¿Duelen más las migajas de cariño que la indiferencia total?
Puedo diferenciarlas sin necesidad de ayuda.
No exijo tiempo para mí.
Tampoco silencios que no puedo interpretar y creo no merecer.
Como pocos conocés, detesto subestimen mi intelecto.
Prefiero un insulto a que me den la razón para sacarse de encima aquello que pasó a revistar en el terreno de las molestias.
¿Qué hice para merecerlo?
¿Qué me faltó hacer para que ese sentimiento tan hosco no apareciera?
Muchas veces callo.
Prefiero mantener el silencio a gritar las verdades que van perforando el alma.
Bastante heridas dejó tu muerte como para sumar otras menos trascendentes.
¿Sabrán el daño que produce el desdén?
Para mi sola pregunto ¿Por qué?
Soy humana, con más errores que virtudes.
Prefería lisa y llanamente se expresaran con claridad a las medias palabras que duelen más.
De nadie buso piedad.
El destino eligió los colores de mi realidad.
Son oscuros, pesados, no me importa.
Solo por vos seguiré avanzando.
¿Qué más puedo perder?
Por ello caminar entre los médanos de una playa desierta iluminada por los destellos de la luna, llega a mantenerme al borde de la plenitud.
¿El desprecio?
Cargo con el.
Sería necia si expresara no me importa.
Quien lo profiere no conoce el tamaño de su equivocación.
No soy lunática.
A todos los que quiero, deseo contarles de mi angustia,
Creo presenciar el aburrimiento por el tema.
No tengo otro.
Mi constante tiene tu nombre.
Trato de olvidar caminando acompañada por mis musas a paisajes donde los colores no se ven pues es noche cerrada donde solo brilla la luna.
El aspecto de todo va cambiando de acuerdo a su influencia.
¿Espero algo para mí?
Ir corriendo hacia vos.
Es poca mi tarea en suelo terrenal.
Donde estás vos sería de más utilidad-
¿Recordás la cara de tu mamá?
¿La intensidad del amor que nos une?
¿Por qué se atrevieron a pensar por mí?
¿Por qué no me dejaron ser a guía de tu último viaje y permanecer juntos más allá de la duración de la eternidad?
Nadie posee respuestas para mis dilemas.
No tengo dudas que muchos creen he perdido la razón.
Son aquellos que prejuzgan pues no conocen el dolor de haber perdido a un hijo.
Solo pido que no piensen por mí.
Tengo plena facultad de mis condiciones, de razonabilidad.
¿Es necesario que del árbol caído hagan fuego?
No lo sé.
Si lo sé, duele asumirlo.
Es aquello que el destino eligió para mí, sin consultarme.
Te amo mi chiquito, por ello te pido, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

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