Hola precioso, te saludo en un día lluvioso.
Trajo alivio a un día sofocante como el de ayer.
Temprano miraba fotos tomadas en el Delta de Paraná.
Lugar de ensueño para quienes les gusta desplazarse a cualquier sitio en medios de embarcación.
Los pobladores de las islas dos veces por sema reciben la visita de las lanchas almacén que trae de la ciudad los productos necesarios para la alimentación.
Produce asombro
Ver a los niños u maestros trasladarse en lanchas de pasajeros para ir a la escuela.
Quien timonea la embarcación conoce a todos y si alguno falta, enseguida pregunta la causa de la ausencia para que el resto del alumnado no llegue tarde a la escuela.
Las viviendas, que no son pocas, previendo las crecientes del río están construidas sobre columnas de madera o material.
Para visitar a los familiares, utilizan votes a remo o lanchas con motor fuera de borda.
Todas ellas cuentan con amarraderos para ingresar a sus domicilios.
Cuentan con todos los servicios.
En esta época la humedad propia de estar cerca de un curso de agua favorece el crecimiento de flores multicolores.
Proliferan los distintos tonos de verde en el follaje de los árboles.
Postales de vivir en una isla.
Los navíos, permanecen amarrados en las columnas del embarcadero, algunos son atados con cadena.
Solo los de mayor porte poseen anclas.
El deporte favorito es el canotaje,
De allí han sido coronados campeones de ese deporte que son un orgullo para el país.
Recuerdo en una ocasión preguntaste si me gustaría vivir allí.
Mi respuesta fue un no rotundo.
A diferencia tuya, tengo terror al agua.
Vos mi tesoro, fuiste y serás un delfín.
Preguntaste dónde surgía ese rechazo a las alturas y los espejos de agua.
Nunca conocí la causa simplemente el vértigo apareció idéntico al temor al agua.
En la vida hay ciertos sucesos que no tienen explicación racional.
Siempre te comentaba sería tedioso a todos nos agradara lo mismo.
En algunas personas el temor está asociado a un episodio en particular,
En el mío, nada de eso pasa.
Evoco un cumpleaños que se festejó en una isla.
Viajamos en catamarán.
Estuve incómoda desde que abordé el mismo hasta que llegó a destino.
El regreso fue peor pues salimos al atardecer y parte del trayecto lo hicimos iluminados por la luna y el fulgor de las estrellas.
En nuestros viajes al sur sufría pues casi todos eran sobre lagos.
Camino a la Isla Victoria, seguidos por graciosas gaviotas no tuviste mejor idea que subir a la parte superior del catamarán, tomado de un soporte flameabas con una bandera.
Por suerte esa aventura n duró más que unos minutos, para mí un siglo.
Siempre temí perderte.
¿Instinto de madre?
¿Por qué duraste tan poco?
Jamás asumiré tu ausencia.
La desaparición de un hijo te deja excesivamente vulnerable.
No se puede evitar aparezca el llanto ante cualquier vivencia que te transporte al ayer,
Al principio, escribía no lejano, ahora no pueda la soledad es un golpe continuo.
Mi realidad acecha recordándome que el tiempo transcurre y sigo aquí donde no deseo estar más.
Produce hartazgo la demora irracional.
Quiero estar junto a vos.
Sí.
Necesito cristalizar el sueño de besar a mi hijo.
Te amo más que siempre, por ello repito mi pedido, nunca olvides cuanto te quiere mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=V7LDbnLO0r8
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