Buenos días hijo amado.
Te saludo en una mañana, soleada y fría.
Recién llegamos con tu prima de finalizar el trámite que
tanto nos angustiaba a las dos.
La misión encomendada fue cumplida con efectividad, después
de muchos trámites, encontramos, tranquilidad.
La bendita burocracia se interpuso en el tramo final.
Sorteados todos los escollos, todo está en su lugar.
En una de mis caminatas, en el camino costero, sobre una
pasarela de madera encontré una humeante de café, esperando a su dueño.
¿Quién sería el destinatario?
Un hombre entrado en años, empleado del municipio, el que se
ocupa de barrer las ultimas hojas de
otoño, para luego juntarlas en una bolsa y depositarlas en un conteiner.
Veleidosa una hoja quedó posada cerca de la taza de café otoñal.
Sonriente el empleado la levanto para introducirla junto a
las otras y dar por finalizado el trabajo.
El paseo vial costero
está en la orilla del Río de la Plata.
Siempre está aseado, da gusto caminar por ese sector.
Pese a las temperaturas invernales casi siempre camino por
allí.
Estoy en la búsqueda de una palabra para reemplazar “gracias” hasta el momento
sin éxito.
Habrás observado la compañía cariñosa de tu prima, es una
gran mujer.
Ella realiza caminatas más extensas.
Varias veces ha ido
hasta el Hipódromo de San Isidro, no conforme con ello, da una vuelta
por el mismo, regresando fresca como una flor.
Imagino a esta hora de la mañana los trabajadores de la
municipalidad, están camino a los lugares de trabajo asignados.
Aún no he podido descubrir, quién es la mano anónima que les
acerca la infusión en coquetas tazas de cerámica.
El municipio no es dado que el cafetero utiliza vasos de
plástico.
El aromático café otoñal es un reconocimiento a quienes
trabajan sin importar el rigor de las temperaturas.
Penoso que algunos grupos a diario conviertan la Ciudad de
Buenos Aires, en un caos, pidiendo ayuda social, en lugar de solicitar trabajo
genuino que les permita obtener trabajos
dignos, sin depender de estado.
Pese al tiempo transcurrido estamos esperando que quienes
ocupan los cargos más altos, comiencen a gobernar.
No es momento de presentar campañas presidenciales para las
que falta, más de un año y tres meses.
¿En la campaña anterior, los ciudadanos serían prioridad,
eso no se ha visto, a que se referían?
Tampoco es bueno insultar con palabras groseras al que piensa diferente.
Vergonzoso el estado al que han llevado la educación.
Para este contacto seleccione un poema referido al otoño para que puedas leerlo, de tener esa
posibilidad.
Aquí lo dejo para compartir.
“LA CANCIÓN DEL OTOÑO
Autor: Manuel José Orhon
Zumba ¡oh viento! zumba y ruge
Dispersa la simiente;
que la crústula reviente
á la furia de tu empuje.
La hojarasca cruje, y cruje
el ramaje tristemente;
que tu garra prepotente
los retuerza y los estruje.
Resonando las serojas
se estremecen al chasquido
que crepita en lits panojas,
y es canción en la espesura,
en las ruinas alarido
y en los nervios crispatura.
Bajo el oro fulgurante
del espacio, la llanada
se enrojece caldeada
por el sol reverberante;
y es la milpa, centellante
por la escarcha de la helada,
blonda virgen cobijada
con un velo de diamante.
Oro y grana las campiñas
que el divino cielo cubre,
son sembrados y son viñas;
y a los soplos otoñales,
los viñedos seca Octubre
y Noviembre los maizales.
Ancho río, cauce angosto,
ya no se oye vuestro acento;
hoy seguís en curso lento,
resecados por Agosto.
Pero el zumo del remosto
cuando corre, pasa el viento,
preludiando tremulento
la anacreóntica del mosto . .
Alza la criatura
un acento soberano,
pues le ofrece tu ternura,
¡oh, invisible Pan divino!
tu substancia, que es el grano
y tu sangre, que es el vino.”
Tesoro de mi alma, los deseos de estar a tu lado aumentan a
velocidad inusitada.
Hacés falta en mi refugio.
La familia chiquita y tu hermano de la vida, te extrañan,
casi tanto como yo.
Necesito imperiosamente, me ayudes a llegar a vos.
Es un martirio la espera que se dilata en manos de Cronos
con su maldita costumbre de no responder, en el momento de preguntar.
Ha sido una deidad, ello no lo habilita a jugar con el
tiempo de terrenales y humanos, a su antojo.
Es preciso utilice el raciocinio para liberar a quienes
estamos atados a sus caprichos incomprensibles.
¿Cuándo comprenderá no deseo estar ocupando este espacio
incómodo, conociendo nuestra situación?
Anhelo verte para concretar la utopía de darte un beso.
¡No permitas marchiten, antes de tenerlos en tus mejillas!
Te amo hijo querido, te extraño desmesuradamente.
Los momentos difíciles pasados en los últimos días,
estuviste presente, conformándome.
Tu ingenio llega en las situaciones más críticas.
Has logrado, pueda sortearlas, sin que lastimen demasiado.
Solo los seres de luz pueden brindar ese acompañamiento, tan
necesario.
Como es habitual, en cada contacto, he de pedirte por favor,
nunca olvides, cuanto te quiere,
Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=g-RBlLwpbJA
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