Buenos días
mi precioso hijo.
Te saludo en
una mañana desapacible, esperando entre los densos celajes aparezca el Astro
Rey.
Quiero
contarte la historia de una mujer islámica, quien pese a estar radicada hace años en nuestro país,
conserva actitudes del que dejó hace
tiempo en búsqueda de libertad.
A su atuendo
occidental, agrega la tradición de llevar cubierta su cabeza con una pashmina.
Con un
acento especial, habla perfectamente el idioma castellano.
Es bella
desde su interior, comunicativa y simpática.
La encontré
en muchas oportunidades, siempre con la cabeza cubierta.
Antes de
preguntarle ella relató es la única costumbre que su esposo le exige para
salir, sola o acompañada.
Adhiere a
todo aquello que signifique libertad.
Estando en
un vivero de la zona, ambas buscábamos
flores de pensamiento de matices originales.
La
coincidencia hizo que las dos compráramos las bonitas plantas con flores color
bordó.
Mientras
esperábamos en la caja para abonar la compra, de su bolso sacó una foto, en la
que se la observa frente al mar, liberando gaviotas con el propósito de
dejarlas en su ámbito natural.
Todas las
mujeres orientales están obligadas a utilizar shador.
En su lugar
de origen, se pena a quienes incurren en la falta de esa prenda.
También
contó que deben caminar detrás de los hombres, ella lo sigue haciendo aquí.
Abonamos la
compra, nos despedimos hasta que el destino volviera a ponernos frente a
frente.
Mientras me
dirigía a mi refugio pensaba en esas costumbres milenarias que disminuyen el
valor de una mujer, privándolas de caminar tomadas del brazo de sus esposos,
obligándolas al uso indiscutible del
pañuelo para cubrir sus cabellos.
Respeto
todas las religiones y creencias de los demás, detesto a quienes obligan a otros
a prácticas no habituales en el mundo
occidental.
¿Cuál es la
falta de respeto de transitar por la vida con la cabeza descubierta?
Ella cuenta
que desde niñas, las obligan a utilizar ese modo de vestir.
La libertad
es un derecho que por nadie debe ser vulnerado.
No pertenezco
a
ningún movimiento feminista, solo que no
se deberían marcar diferencias entre un hombre y una mujer.
Ella adora,
como vos, los pájaros volando en
absoluta libertad.
Las flores
no cortadas de sus plantas, pues cree deben estar en el sitio que nacieron
hasta el momento que marchiten y entonces sí, cortarlas para que otras de su
especie tengan más espacio.
Nadie es
dueño de ese don con el que nacemos y mantenemos hasta el momento de partir.
Particularmente
opino, es un acto violento hacia una mujer a quienes en aquellos países se las
considera seres inferiores, marcando las diferencias con un simple pañuelo.
¿Qué harían
los caballeros de esos lares si los obligaran a utilizar sombrero en cada
instante de sus vidas?
No seré yo
quien proponga abolir esas ideas tan arraigadas y poco argumentadas que se
transmiten de generación en generación.
Desearía ser
pájaro, aprender a volar y llegar hacia vos para darte el beso que tanto añoro.
Elegí letras
referidas a los pájaros que nos hacen feliz al verlos volar sin barreras
imaginarias que obstaculicen su vuelo.
“EL VUELO
Autor: Pablo
Neruda
El alto
vuelo sigo
con mis
manos:
honor del
cielo, el pájaro
atraviesa,
la
transparencia, sin manchar el día.
Cruza el
oeste palpitando y sube
por cada
grada hasta el desnudo azul
todo el
cielo es su torre
y limpia el
mundo con su movimiento.
Aunque el
ave violenta
busque,
sangre en la rosa del espacio
aquí está su
estructura:
flecha y
flor es el pájaro en su vuelo
y en la luz
se reúnen
sus alas con
el aire y la pureza.
¡Oh plumas
destinadas
no al árbol,
ni a la hierba, ni al
combate,
ni a la
atroz superficie,
ni al taller
sudoroso,
sino a la
dirección y a la conquista
de un fruto
transparente!
El baile de
la altura
con los
trajes nevados
de la
gaviota, del petrel, celebro,
como si yo
estuviera
perpetuamente, entre
los invitados:
tomo parte
en la
velocidad y en el reposo,
en la pausa
y la prisa de la nieve.
Y lo que
vuela en mí se manifiesta
en la
ecuación errante de sus alas.
¡Oh viento
junto al férreo
vuelo del
cóndor negro, por la bruma!
Silbante
viento que traspuso el héroe
y su
degolladora cimitarra:
tú guardas
el contacto
del duro
vuelo como una armadura
y en el
cielo repites su amenaza
hasta que
todo vuelve a ser azul.
Vuelo de la
saeta
que es la
misión de cada golondrina,
vuelo del
ruiseñor con su sonata
y de la
cacatúa y su atavío!
Vuelan en un
cristal los colibríes
Conmoviendo
esmeraldas encendidas
y la perdiz
sacude
el alma
verde
de la menta
volando en el rocío.
Yo que
aprendía
volar, con
cada vuelo
de
profesores puros
en el
bosque, en el mar, en las
quebradas,
de espaldas
en la arena
o en los
sueños.
me quedé aquí,
amarrado
a las
raíces,
a la madre
magnética, a la tierra,
mintiéndome,
a mí mismo
y volando
solo dentro
de mí,
solo y a
oscuras.
Muere la
planta y otra vez se entierra,
vuelven los
pies del hombre al
territorio,
sólo, las alas huyen de la muerte.
El mundo es
una esfera de cristal,
el hombre
anda perdido si no vuela
no puede
comprender la transparencia.
Por eso yo
profeso
la claridad
que nunca se detuvo
y aprendí de
las aves,
la sedienta esperanza,
la
certidumbre y la verdad del vuelo.”
Hijo querido
te amo y extraño, es muy difícil continuar sin vos.
¿Podrías
facilitarme ayuda para llegar a vos y quedarme para siempre?
Hijo querido
como es habitual en todas estas conexiones amorosas, he de pedirte por favor,
nunca olvides cuanto te quiere,
Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=p8wq95uqb40
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