Hola amor de mi alma, el hijo ausente que perdura en ella.
Te saludo en una mañana desapacible, densos celajes cubren
el cielo, preludio de lluvias cercanas.
Para esta conexión que nos acerca un poco más, he tenido la
ocurrencia de ubicarme mentalmente, en las cercanías de un castillo griego,
perteneciente a un ser poderoso que vivió hace muchos años.
Está ubicado frente al Mar Egeo, espejo de aguas azules como
las cúpulas de la propiedad.
Imposible calcular la cantidad de habitaciones de este
hombre que decidió vivir como un ermitaño y en absoluta soledad, decidió ceder
la construcción con el propósito que a su muerte fuera convertido, en museo
para ser recordado por las pocas que en vida conocieron su trayectoria.
Desde siempre supo que el amor sincero no se compra.
Varias mujeres compartieron su lecho, más con ninguna quiso
contraer enlace para crear una familia que pudiera sucederlo.
Taciturno, no recibía más que a sus compañeras ocasionales.
Comentaba al personal que atendía desde las más pequeñas o
grandes pretensiones que no creía en el amor.
Realizó innumerables trámites para ser sepultado en el
Olimpo donde descansan los dioses y deidades de la antigüedad, a cambio ofrecía
a los custodios el dinero que quisieran y el castillo más famoso de Grecia.
Estudioso de la mitología pretendía estar con quienes lo
antecedieron en el camino.
Esos castillos fueron derruidos por el tiempo.
Poco le importaba, deseaba
sus restos descansaran allí.
Realizó cientos de trámites, todos con resultado negativo.
El lugar sagrado no podía ser vulnerado, por más que
ofreciera sus bienes materiales y dinero.
Cansado de los no, recibidos durante su existencia procedió
a la donación de los mismos.
Los últimos años de vida los pasó en una vivienda humilde, rodeado, de cuadros de las deidades griegas de siglos
pasados.
En ese entonces no existían instituciones que atendieran la
salud mental.
Según su razón estaba bien.
Su pasión era el estudio, de épocas, ubicadas siglos AC.
El dinero tampoco brinda acceso a la inmortalidad.
Como nadie creía en sus dichos, la silente soledad lo atrapó
en sus redes hasta el final.
Algunos vecinos comentaban hablaba con seres imaginarios,
motivo que los llevó a solicitar asistencia médica por humanidad.
Rechazaba con violencia, a los profesionales que pretendían
ayudarlo, para su conciencia era la reencarnación de Zeus, el dios más conocido
de la era dorada de Grecia, cuna de la cultura.
Impartía órdenes a subalternos inexistentes.
Hasta que el cansancio hacía su trabajo de echarse sobre un
catre y dormir el sueño de los injustos.
El castillo había comenzado a rendir sus frutos, producto
del cobro de las visitas, efectuadas por un falso administrador, quien decidió
alojarse en una de las lujosas habitaciones del castillo griego.
En varias oportunidades, fue visitado a quien aparentemente,
había perdido la razón.
Esas interrupciones en la vida del ermitaño, llevaron a
deshacerse del cuerpo del supuesto administrador a quien asesinó, pues el
primero intentaba cambiar la decisión de la donación para que fueran cedidas a
él.
Esperó la noche cubriera el cielo, para deshacerse del
cuerpo yerto.
Como no quería terminar sus días, roció la vivienda con
combustible y luego la incendió, para que no quedara ningún rastro de su
cuerpo.
El humo y el fuego
calcinaron al ermitaño.
Sus restos fueron sepultados en los fondos de la precaria
vivienda.
Debe ser terrible ser enfermo mental, con pequeños rasgos de
lucidez que lo llevaron a convertirse en asesino y suicida, cuando pudo haber
disfrutado de su incalculable fortuna y el castillo que hoy se encuentra, en
perfecto estado de conservación.
Es un museo, administrado por un sacerdote, quien con lo recaudado hace obras de bien con los
despojados existentes en el lugar.
Algunas escuelas y hogares de anciano llevan el nombre del
dueño original del enorme castillo.
Los reconocimientos se dan en vida.
Ese hombre tan particular necesitaba ayuda y compañía para
que lo trajera a la realidad.
De haber ocurrido, el final hubiese sido otro.
Nunca se llega a comprender la conducta de los terrenales.
La ayuda llega tarde, cuando todo ha terminado, dejando como
corolario un asesinato y un suicidio que nadie pudo o quiso evitar.
De haber recibido
ayuda en tiempo y forma la historia sería diferente.
Hijo querido, entiendo este contacto es diferente a los
otros.
Quise resaltar tu generosidad y lealtad para quien te
necesitara, sin preguntar siquiera el nombre.
Anoche mientras refrescaba conocimientos mitológicos, hallé
esta historia y quise dedicártela a vos.
Querido preciso aparezcas, en mis sueños para poder darte el
beso de cada día.
Hace casi siete años estoy privada de esa satisfacción.
Han vulnerado mis derechos a ejercer como una madre lo haría
cualquier mamá, logrando sintieras la manifestación de mi amor incondicional,
mediante abrazos y caricias, muertas en la punta de mis dedos.
Tesoro te amo.
Te extraño más.
Nadie pudo enseñarme a vivir sin vos.
Los enlaces son una manera de comunicarnos y alimentar los
lazos de amor indestructible.
Es imperioso pueda verte, ahora.
Cansa la espera sin saber cuándo se producirá el
reencuentro.
¿Dónde estaremos situados?
Mientras espero ese momento extraordinario, como es
costumbre he de pedirte por favor, nunca olvides cuanto te quiere,
Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=wHbFJfDh0Lc
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