Buenos días hijito querido.
Te saludo en una mañana nublada, con la esperanza que en
algún momento asome el Astro Rey.
Las puertas del invierno están próximas a su apertura, los
expertos dicen que después de un verano caluroso, los inviernos son muy fríos.
En esta ocasión espero se equivoquen.
Cuando estabas en suelo terrenal, amábamos el frío, ahora no
es de mi agrado, como antes.
Mis preferencias han cambiado desde tu ausencia prematura.
Anoche miré un documental, relacionado a paisajes
invernales.
El cielo oscuro era
un manto añil del que pendían estrellas
otorgando un marco perfecto a la luna en su fase menguante, detrás de los
cerros podía observarse una porción de la tierra.
Ambas reflejadas en un espejo de agua.
Árboles completamente desnudos en la oscuridad parecía sus
ramas eran de color negro.
En aquellas posiblemente algún pájaro comenzará, a construir
sus nidos con el propósito de albergar a sus crías, para luego enseñarlas a
volar, recomendándoles huyan de los cazadores de aves y así tener una vida
prolongada.
Dejaron de atraer mi atención los paisajes nevados.
Perfectos para la vista, no para estar allí esquiando.
Tu prima está esperando la feria judicial del mes de julio
para volar hacia Las Leñas, paraje ubicado en la provincia cuyana de Mendoza,
próxima a la Cordillera de los Andes,
donde las cabañas son ocupadas por turistas nacionales e internacionales, que
visitan nuestro país.
Con la llegada del invierno en Ushuaia se producirá la
bajada del cerro Castor, en el clásico de censo donde cada esquiador porta
antorchas para iluminar, la noche más larga del año.
Varias veces estuvimos allí.
Hoy no tengo deseos de regresar, tu ausencia sería más
notoria, algo imposible de soportar.
Es difícil acostumbrarse a despertar, sabiendo no te encontraré
para darte uno de los tantos besos aletargados, esperando posarse en tus
mejillas.
Solo del tiempo que pasa me importa es uno menos para poder
encontrarte y no separarnos nunca más.
Respondo con negativas a las distintas invitaciones que
recibo.
Constituiría un flagelo innecesario, caminar los senderos
recorridos a tu lado.
Todo está debidamente registrado en mi memoria, no hace falta
recree personalmente, esos espacios donde fuimos tan felices.
Vivís en mi mente y alma.
Es suficiente para seguir, sostenida por vos.
Percibo tu energía cuando estoy a punto de caer en la
profundidad de los abismos ancestrales de los que me sacaste más de una vez.
Para la fecha elegí letras de autor, relacionadas con la
inminente estación.
Es mi deseo compartirlas con vos.
“CUANDO POR EL DURO INVIERNO
Autor: Julio Verne
Cuando por el duro invierno que tristemente vuelve
La nieve con sus largos copos cae, blanqueando el techo,
Permita que el gemido del tiempo la enfrente.
Por nuestros numerosos haces, ¡devuélvame la estrecha
chimenea!
Para el ocioso soñador, la dulce sobremesa
Con los pies sobre los morrillos, sueña, cree
¡La felicidad! él no
quiere delante de su chimenea más
Que una butaca bien suave, ¡donde pueda burlarse del frío!
Atiza su fuego por medio de sus tenazas;
La llama crece, como una estrella caída
La chispa que el ojo ve en la sombra se mantiene y sigue.
A él le parece entonces ver que los astros de la noche se
muestran;
La ilusión se redobla; ¡está feliz! piensa unir
¡Al calor del día el encanto de la noche!”
Este autor conoció el buen decir en sus letras, que han
trascendido todos los tiempos.
Te amo y extraño en idéntica dimensión.
¿Cuándo aparecerás en
mis estados oníricos?
Si ocurriera podría abrazarte y acariciarte nuevamente como
en el ayer, hoy tan lejano.
Mi cielo,
“Los hijos no deben morir.”
Axioma certero como revelador.
¿Podrás ayudarme a partir?
Pese a que te he preguntado muchas veces, nunca he recibido
respuesta.
Entiendo necesitás,
mi existencia sea larga, todo lo contrario a mis deseos.
¿Alguna vez podré concretar mis utopías?
¿Cuándo sucederá?
¿Estoy ansiosa?
Sí, mi querido hijo, más teniendo en cuenta este no es mi
lugar.
Una mamá necesita estar cerca de su hijo para demostrarle el
amor que las palabras no alcanzan a expresar en su totalidad.
Rechazo mi estadía en suelo terrenal.
Mi lugar en el mundo está junto a vos.
Cuando consulto a Cronos solo me devuelve la mueca de una sonrisa.
De ninguna manera quiere establecer un dialogo revelador.
Ello recibe el nombre de indiferencia.
¿Por qué es dueño de mi tiempo y destino?
Jamás lo hubiese convocado para ser regente, de cada uno de
mis días.
Como a todos los terrenales y humanos lo impusieron por ser
la deidad del tiempo.
No quiero nada especial, solo obtener la libertad para
lograr encontrarme con vos.
¿Por qué se nos oculta el misterio de la muerte?
No debería ser tal, si estamos de paso en Gea.
Hijo de mi vida entera, como es costumbre en cada una de
estas conexiones únicas entre ambos, he de reitera mi solicitud, por favor te
ruego, nunca olvides cuanto te quiere,
Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=0PNDVVUBGyM
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