PERFILES EN LAS NUBES

Buenos días hijo querido.

Te saludo en una mañana gélida, donde la neblina se disipó dejando paso a la tibieza tímida de los destellos del sol.

Cotidianamente mis caminatas son dirigidas hacia la costa del Río de la Plata.

Antes de arribar, vi la figura de un niño mirando fijamente hacia el agua, que el viento hacía parecer al mar.

Pese a las bajas temperaturas estaba vestido con ropas livianas.

Densos celajes cubrían el cielo gris.

Pude observar tu perfil entre las nubes,  cual si estuvieras dormido.

¿Acaso quienes han perdido la vida, Tánatos los lleva a la vera de un espejo de agua para que puedan comenzar su ascenso.

Turbada regresé a mi refugio, antes que el firmamento comenzara a llorar.

Hasta que concilié el sueño, las imágenes  no dejaron, pensara en alguien más que en vos.

Al sitio que me dirija lo hago acompañada por tu presencia que solo puedo percibir yo.

El perfil recostado en las nubes estaba dormido, hubiera querido tener una escalera para llegar allí y concretar los deseos inmensos de darte un beso en la mejilla.

Dime hijo amado

¿Los seres yacientes se encuentran entre las nubes?

Muchas veces juntos le buscábamos formas a las que observábamos  desde cualquier ventanal.

Encontrábamos diferentes figuras de esas que llevan a soñar estando despiertos.

Era una especie de campeonato para constatar quien de los dos se acercaba más a la figura original.

Tengo la certeza que quien descansaba en ese almohadón de algodón eras vos.

No se trata de fanatismo o alucinaciones, ese perfil inconfundible era el tuyo,

De ello no puedo dudar.

Regresando al refugio, furtivas lágrimas rodaban por mi rostro, disimuladas por la llovizna que minutos antes había comenzado a informarle a la esfera celeste, era la hora en que Eos, la diosa griega, de la Era Dorada de Grecia comenzaba su ascenso al Reino  de los Cielos, para evocar a su hijo asesinado, Rocío.

Sus hermanos los cuatro vientos siguen buscándolo.

De las deidades atenienses es a quien más admiro, por la constancia de buscar a su hijo desde hace miles de años.

Para mí no deseo una vida tan extensa.

El ejemplo de Eos, me dice no debo cesar mi búsqueda  con la intención de hallarte para acariciarte y abrazarte como ayer.

Las madres  que han vivido tragedias similares a la mía siempre esperan el famoso reencuentro, ignoramos si ese evento es mito, o pertenece al ámbito de  la realidad.

Para este contacto seleccioné una poesía referida a los celajes que juegan en el firmamento, permitiéndonos, no perder la capacidad de soñar.

Es mi deseo compartir esos grafemas con vos.

 

 

“Divagación

Autor;

 Dulce María Loynaz

 

Si yo no hubiera sido..., ¿Qué sería

 

en mi lugar? ¿más lirios o más rosas?.

 

O chorros de agua o gris de serranía

o pedazos de niebla o mudas rocas.

 

De alguna de esas cosas-la más fría...-

 

Me viene el corazón que las añora.

 

Si yo no hubiera sido, el alma mía

 

repartida pondría en cada cosa

 

una chispa de amor...

 

Nubes habría

 

-las que por mí estuvieran-más que otras

 

nubes, lentas... (¡La nube que podría

 

haber sido!...)

 

¿En el sitio, en la hora

 

de que árbol estoy, de qué armonía

 

más asequible y útil? esta sombra

 

tan lejana parece que no es mía...

 

Me siento extraña en mi ropaje; y rota

 

en las aguas, en la monotonía

 

del viento sobre el mar, en la paz honda

 

del campo, en el sopor del mediodía!...

 

¡Quién me volviera a la raíz remota

 

sin luz, sin fin, sin termino y sin vía!...”

 

 

Tesoro de mi vida, te amo y extraño de manera incondicional por ello te pregunto

¿Cuándo aparecerás en mis sueños?

Necesito sumergirme en la profundidad de tu bella mirada una vez más.

Para poder cristalizar ese anhelo, deberás pasar por mis estados oníricos.

Siempre te pediré auxilio para llegar junto a vos.

Los intercambios con Cronos, son agobiantes.

No comprendo el sentido de sus sonrisas cuando estoy preguntando algo puntual.

He comprobado no ha perdido la capacidad de hablar.

¿Por qué no responde a mis disquisiciones?

Tiene todas las respuestas, dependiendo del interlocutor, responde o queda en silencio, tal cual lo hace conmigo.

Insistiré hasta lograr, conteste.

Tesoro quiero murmurarte al oído la intensidad de mi amor maternal.

¿Cómo comprobar si te llega?

Es difícil continuar, con tu ausencia.

No solo sos mi hijo sino mi amigo más fiel.

Ser de luz que siempre está dispuesto a ser el pilar que sostiene a su mamá.

Persigo entelequias, con la ilusión de verlas convertidas en realidad.

Como es usual en estas conexiones maravillosas que hacen sienta estás un poco más cerca, he de pedirte por favor, nunca olvides cuanto te quiere,

Mamá

 

 

 

https://www.youtube.com/watch?v=ZF_t_LVcot0