Sunday, July 10, 2022

BRINDIS POR LA VIDA



Buenos días hijo querido.

Te saludo en una mañana desapacible.

Lentamente el cielo, ha comenzado a llorar.

Llovizna que trae recuerdos imposibles de olvidar.

Tres semanas antes de tu partida, luego de una consulta médica, como un verdadero caballero y de manera sorpresiva, decidiste cenáramos juntos, en un restó que no conocía.

Tu rostro, al salir de la consulta con un profesional, estaba velado por la tristeza.

Lloviznaba como hoy.

Te preocupaba no hubiese llevado la capucha de la campera.

Recordaste poco antes, había tenido un espasmo bronquial.

Siempre te preocupaste por mi salud.

Fue solo un espasmo que duró veinticuatro horas.

En el sitio expresaste el menú lo elegirías vos.

Al mozo que nos atendió, pediste todo aquello que me gustaba a mí.

En ese instante con un nudo en la garganta, comprendí estabas por partir.

Pese a la charla y la mirada perdida querías fuera una cena para brindar por la vida, que se escurría de tu ser.

Un tema que no tocamos durante toda la velada.

Ambos conocíamos el final.

Simulabas alegría por la escapada al restó.

Éramos dos amigos, contándonos nuestras vivencias donde los médicos no tenían cabida.

Solicitaste el menú que era de mi agrado.

Cuando trajeron el postre, quisiste brindar por la vida, sabiendo los días estaban  contados para que el destino decidiera separarnos para siempre.

Un brindis original ya que lo realizamos, con jugo de futas.

Ninguno de los dos bebíamos alcohol, la noche más linda que compartimos, seguidos de cerca por quien en tres semanas te arrancaría de mi lado, sin ofrecerte una oportunidad que nos permitiera, seguir juntos.

Pese al corto futuro te mostrabas alegre y  jovial.

No dejaste de preguntar:
¿Cómo te sentís mamá?

En ocasiones la tristeza no se puede disimular.

Vanos fueron los intentos para alejar el agobio.

Nunca imaginé una vida sin tu presencia adorada.

Ninguna mamá puede vivir sin su hijo y amigo más fiel.

El resto  de los días significó una tortura para los dos.

Observándote, noté el peor momento se acercaba a pasos  veloces.

Enfermo terminal, no dejaste un instante, de transmitirme tu energía.

¡Valiente mi hijo querido!

Lo primero que hiciste fue quitarle la cámara a la computada.

Cuando te pregunté por qué, dijiste se había roto.

No querías tus amigos notaran el deterioro.

Momentos terribles hasta que decidí no podías quedarte en casa, dado que necesitabas otros cuidados.

Tomé la determinación de internarnos juntos.

Siempre estuve a tu lado tomándote de la mano.

Pese a que la tragedia se desencadenaría en pocos días, hice esfuerzos para no llorar.

Recuerdos ingratos que  jamás olvidaré.

Para hoy elegí letras de un reconocido autor, relacionadas, con el tema.

Aquí las dejo para compartirlas con vos.

 

“ÚTIMO BRINDIS

Autor: Nicanor Parra

Lo queramos o no

 

solo tenemos tres alternativas:

 

el ayer, el presente y el mañana.

 

Y ni siquiera tres

 

porque como dice el filósofo

 

el ayer es ayer

 

nos pertenece solo en el recuerdo:

 

a la rosa que ya se deshojó

 

no se le puede sacar otro pétalo.

Las cartas por jugar

 

son solamente dos:

 

el presente y el día de mañana.

 

Y ni siquiera dos,

 

porque es un hecho bien establecido

 

que el presente no existe

 

sino en la medida en que se hace pasado

 

y ya pasó…,

 

como la juventud.

 

En resumidas cuentas

 

sólo nos va quedando el mañana:

 

yo levanto mi copa

 

por ese día que no llega nunca,

 

pero que es lo único

 

de lo que realmente disponemos.”

 

Querido no puedo reprimir, la necesidad imperiosa que tengo para que recibas un beso.

Utopía que o se realizará pese al deseo  de abrazarte y acariciarte como lo hace cualquier madre con su hijo.

Tesoro te amo.

Te extraño siempre un poco más.

Es mi anhelo verte corporizado, por ello constantemente, te pido aparezcas en mis sueños.

No alcanza con percibirte a mi lado.

Necesito tenerte.

Entiendo no podrá ser hasta que me dejen partir.

Para concretar esta entelequia, necesito tu ayuda.

Comprendo esa petición no te resulta agradable.

Quiero ser una habitante de las estrellas.

De ser posible una cercana a la que está enclavado tu hábitat.

La ausencia de un hijo produce un dolor, imposible de explicar.

¿Existen los reencuentros?

A veces me aferro a ese pensamientos, otras, no creo en nada que no haya visto o comprobado.

¿Nadie es capaz de comprender que ha llegado el momento de dejar suelo terrenal?

¿Cuál es la causa de un castigo atroz?

No pierdan tiempo con este cautiverio inútil?

¿A quién le produce gozo, permanezca donde no deseo estar?

Hijo        quiero estar a tu lado.

No los minutos que deja el estado onírico, sino por toda la eternidad.

En el universo podremos brindar por la vida, la dicha de estar juntos.

Como es habitual en estos enlaces, en los que puedo sentir, acompañando los latidos de mi corazón, he de pedirte por enésima vez, por favor, nunca olvides cuanto te quiere,

Mamá.

 

 

 

 

https://www.youtube.com/watch?v=l7eHO_PEWLk

 





 

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