Buenos días hijo querido.
Te saludo en una mañana muy fría y soleada.
Entregada al sueño, pensando podría soñarte, Morfeo me
llevó, a recorrer una ruta bordeando un lago.
El cielo se mostraba color sepia , a causa de los incendios
forestales.
El humo cambia el color de la esfera celeste, además de
afectar la visibilidad de quienes se desplazan por las rutas cercanas al lugar
donde antes había sembrados y hoy el fuego ha cambiado el paisaje.
Se cree, los mismos
son intencionales, produciendo un gran daño al país.
Los productores formulan las denuncias pertinentes pero nada pasó, pese a que los vecinos acercaron
filmaciones con sus celulares,
donde se veía a un hombre, portando un bidón de combustible.
Elemento que no sirve para el riego.
Los ciudadanos esperamos que la justicia actúe como
corresponde, para dar fin a las acciones imprudentes que dañan la riqueza de la
nación.
Tierra arrasada que tardará años en regresar a su situación
normal.
En medio de la desolación, varios árboles agripados se mantenían
erguidos al borde del curso de agua, donde se reflejaban cual si fuera un
espejo liquido de grandes dimensiones, todos tomando el tono, sepia del daño
ambiental.
Produce impotencia observar la destrucción de una fuente de
ingresos que podría solucionar el tema de las delgadas reservas del Banco
Central.
Intuyo, desde donde estás podés observar el eje de mi sueño.
Kilómetros recorridos en medio de la desolación.
El alarido de un trueno me despertó.
Un estado onírico difícil de olvidar y comprender.
Mil peces prefiero soñarte a vos.
Ello me daría la posibilidad de darte todos los besos que
quisiera, cada día son más.
Para hoy seleccioné letras de un autor que hace referencia a los espejos de agua, es
mi deseo compartirla con el ser que más amo en el mundo.
“Angelus domini
Autor: Manuel José Othón
Sobre el tranquilo lago, occiduo el día
flota impalpable y misteriosa bruma
y a lo lejos vaguísima se esfuma
profundamente azul, la serranía.
Del cielo en la cerúlea lejanía
desfallece, la luz. Tiembla la espuma
sobre las ondas de zafir, y ahúma
la chimenea gris de la alquería.
Suenan los cantos del labriego; cava
la tarda yunta el surco postrimero.
Los últimos reflejos de luz flava
en el límite brillan del potrero
y, a media voz, la golondrina acaba
su gárrulo trinar, bajo el alero.
ondulante y azul, trémulo y vago,
el ángel de la noche se avecina,
del crepúsculo envuelto en la neblina
y en los vapores gráciles del lago.
Del septentrión al murmurante halago
los pliegues de su túnica divina
se extienden sobre el valle y la colina,
para librarlos del nocturno estrago.
Su voz tristezas y consuelo vierte.
Humedecen sus ojos de zafiro
auras de vida y ráfagas de muerte.
Levanta el vuelo en silencioso giro
y, al llegar a la altura, se convierte
en oración, y lágrima, y suspiro.”
Querido hasta que no suceda te preguntaré
¿Cuándo aparecerás en mis sueños?
Necesito verte para contarte la intensidad de mi amor.
Sentimiento que supiste generar desde antes de arribar a la
vida.
Sorpresiva, dolorosa e inesperada fue tu partida.
Tenías un largo camino por recorrer.
En un segundo los proyectos se truncaron por intromisión de
la muerte que te eligió para robarte tu luz.
Dejándome en el peor
de los estados por los que puede atravesar una mujer.
Fui yo quien te buscó desesperadamente, ignorando tu vida
sería tan efímera.
¿Dime hijo, en la estrella donde se asienta tu hábitat, no
existen los desastres de suelo terrenal?
Te pido, la más cercana, la cuides para mí.
Quiero ocuparla a la brevedad.
No encuentro atisbos de paz en suelo terrenal.
Entrego mis esfuerzos para lograrlo, el éxito no los corona.
No me niegues tu ayuda.
En la tierra no estoy bien.
Enorme la incomodidad
de estar donde no se desea.
Te amo hijo querido.
Te extraño cada día un poco más.
No es mi deseo seguir dilatando el ascenso.
Prefiero llegar temprano y no tarde.
¿Me reconocerás?
Ese temor me persigue, aún cuando mi alma me dice así será,
por el amor que nos une y continuará de la misma forma en la eternidad.
Prometo mi búsqueda no cesará, hasta lograr mi objetivo.
Preciso abrazarte y besarte como antes.
Un sueño que lleva una espera de casi siete años.
Te amo, por ello en cada una de estas conexiones mágicas,
seguiré reiterando mi pedido.
Hijo mío como es habitual he de pedirte, por favor alma mía nunca
olvides
cuanto, te quiere,
Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=T-O1RNM4GkQ
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