Friday, April 10, 2020

IMAGINACIÓN OTOÑAL


Buenos días mi cielo.
El aislamiento sanitario obligatorio pareciera se extenderá durante bastante tiempo, para proteger la salud de todos los habitantes de nuestro país.
Intento no convertirme en un medio de comunicación.
Tampoco estar alejada de la realidad.
No estoy detrás de las noticias durante toda la jornada.
Todos opinan muchos desconocen el tema pero igual se arrojan al fuego del averno con tal de tener una primicia que luego es desmentida o modificada.
Prefiero dosificar todo aquello que hace referencia al virus que tantas víctimas ha dejado a nivel mundial.
Los terapeutas se ofrecen con la intención de morigerar los efectos del encierro prolongado.
Personalmente trato de evadirme en compañía de la imaginación.
Es cierto, no puedo salir.
Mis musas lo hacen por mi.
El estado de placidez no se puede comparar con nada.
La razón es que cada terrenal o humano es único e irrepetible.
Acompañada de ellas camino hacia el borde de un espejo de agua.
Tu medio natural.
He conocido pocas personas que tuvieran fascinación por aquella y menos aún a quienes se destacaran como vos, ejerciendo tus dotes de nadador.
Con una plasticidad envidiable.
La mañana es fría.
El amanecer ahora tarda en llegar, deja que la noche sea reina por unas horas más.
Llegaré a un banco ubicado frente a un lago.
Para llegar a él, debo cruzar un espacio ocupado por añosos árboles.
Sus vestidos color ocre, van cayendo, formando una alfombra crujiente de hojas doradas como los tibios rayos de sol que comienzan a despedir el albur.
La brisa fría, trae a mi mente dolorosos recuerdos,
Como ella estaba tu piel, la última vez que te vi.
¡Qué solo estarías a partir de ese instante fatal!
La noche anterior al reconocimiento de tu cuerpo, derramé las lágrimas más amargas que jamás antes había conocido.
Cuando estabas conmigo, alguna de ellas era de emoción por cada una de las satisfacciones que me hiciste sentir.
¿Por qué todo tuvo que terminar de la peor manera?
¿Qué motivo la obligación de vivir separada de vos?
¿Acaso nunca percibieron, el amor incondicional que había y habrá entre nosotros?
¿Conocieron la empatía esos seres que te llevaron a lugares vedados para los mortales?
¿Desde dónde estás podés divisas que uno de los brazos del
árbol está inclinado, casi rozando mi cabeza.
Me lleva a recordar cuando con tus dedos intentabas despeinar mis cortos cabellos.
La última vez, fue cuando me apoyé sobre tu cama, estando internado pues no deseaba me vieras llorar.
Estremece sentir esa sensación.
En aquella ocasión me pediste no llorara.
Me incorporé al instante diciéndote que era el desinfectante que manaba del techo de la habitación el que producía irritación en mi vista?
Inmediatamente comenzamos a conversar sobre los viajes que haríamos cuando saliéramos del sanatorio.
Sonreías, debilmente
La mirada triste parecía decir: “Mi mamá cree que no me doy cuenta que inventa historias para que me sienta bien.
Ambos sabemos que voy a morir”
Es verdad mi cielo, que los dos conocíamos. La peor crueldad de la muerte próxima.
Callar fue un acuerdo tácito para que te fueras del mundo terrenal con una sonrisa.
“¿Te acordás mamá cuando me pediste diez minutos para ducharte y cambiarte de ropa?”
Si tesoro.
En realidad no me concediste ese tiempo sino que a los siete minutos me estabas llamando.
Previamente me habías pedido no usara uno de los buzos negros que había llevado, para conformarte usé unote color bordó.
Tu voz casi inaudible, susurro amado, preguntó “¿Ma, no te vas a peinar?”
Con esa sonrisa triste que ocupaba tu rostro, me regalaste la mirada más triste del mundo que viera alguna vez.
Con la intención de disipar tus miedos u mi terror a perderte en horas, comencé a peinarme con los dedos.
“Te quedó bien mami”
Con tal de tranquilizar tu pensamiento si hubiese sido necesario, me habría vestido de payaso para que rieras como antes.
Es horrible comprender que cada segundo que pasaba significaba uno menos de vida para vos.
Ese día tuviste la valentía de pedirle a un grupo pequeño de personas me cuidaran, no me dejaran sola. “Lo hice porque te quiero mamá”
Al día siguiente con una sonrisa me contaste te habían permitido tomar tu gaseosa preferida.
Mi corazón se cerró como un puño sangrante.
Los permitidos solo se dejan cuando el final está demasiado cercano.
Esa noche estabas inquieto.
En pleno invierno oscurece temprano.
Habías perdido la noción del tiempo y espacio.
En un momento dijiste “Sería feliz si te acostaras a descansar”
Aprovechando la oscuridad te dije era demasiado temprano.
A las pocas horas el horror decretó el final.
Mientras viva no voy a olvidar esos quince días de terror que nos tocó vivir.
Por ello en esta imaginación otoñal elegí ese banco en el que podríamos estar sentados los dos.
Con la presencia del árbol viejo como único testigo, frente al espejo de agua en el que seguramente, en temporada estival, festejaría tu destreza.
Detesto escribir en tiempo pasado.
Para mí siempre estarás presente.
Jamás asumiré tu muerte.
Tampoco voy a decir que emprendiste un largo viaje.
Respeto a quienes así se refieren, no es mi caso.
Vivís en mi ser.
Nunca aceptaré como propios los designios del destino.
No me consultaron absolutamente nada.
He tenido el mismo valor que una piedra.
Ignoro cuales son los dones o virtuosismos de quienes buscan la luminosidad de otros para nutrirse.
Es incalificable.
Nada ello haría cambiar el amor que te tengo.
Siempre en estos enlaces maravillosos te pediré nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.


https://www.youtube.com/watch?v=x2e91ok-AYA




No comments: