LA MIRADA DEL CORAZÓN

Buenos días mi cielo adorado.
Hoy amaneció lluvioso.
No es casual, en dos días se cumplirá el mes número cincuenta y seis de tu.
No debió ocurrir.
Sin embargo el dolor prematuro llegóo para instalarse en mi corazón como un intruso, para no irse nunca más.
Nunca.
Palabra horrorosa.
No debería tener cabida en el corazón de una mamá que habla aún cuando el auditorio sea inexistente.
Alguien al que amaste y creo seguís haciéndolo, refiero a uno de tus hermanos del alma. Muchas veces me ha dicho no puede seguirme, pues mi caudal de producción literaria es inacabable.
¿Cómo no voy a escribirte a duario si es el momento en el que pienso desde otro plano seguís mis letras?
¿Recordás cuando escribía para uno de los diarios más importantes de nuestro país, sentiste el impacto de un cuento relacionado con el mar?
Me pediste lo votara para que saliera publicado en la edición dominical.
Te negabas a comprender que no podía hacerlo.
Era lógico.
Desconocías lps reglamentos del diario.
N tuve otra alternativa que confesar la aitra de esas letras era yo.
¿Cómo no me lo dijiste mamá?
Hasta el día de hoy no lo sé.
Navego en un océano de letras.
No es casual navegar.
Mis remos para llegar a destino son las palabras.
Mar y comunicación en nuestras esencias.
¡Que hermoso compartir con vos!
Hoy no tengo muchas alternativas para elegir.
Te miro con los ojos o la mirada del corazón.
¿Podrías responder una pregunta?
¿Por qué están solos los muertos?
Sé que todos tenemos fecha de vencimiento.
No concibo tu tránsito apurado hacia esos mundos que no me dejan descubrir.
Mi grito tiene las siete letras de tu nombre.
Mi vida es el desafío constante entre la ambigüedad de la muerte y la razón.
Detesto que nadie me conteste.
Preciso saber cual es el lugar en que te encontrás para correr a darte el beso aletargado que a diario nace y muere en mis labios.
¿Qué es la desesperación?
Mi estado habitual.
Resulta espantoso buscar entre las sombras.
Ellas me asfixian.
Si fuera el pasaporte para llegar a vos no me importaría.
Son crueles.
Me dejan pensar en la probabilidad, de un encuentro que no creo se produzca alguna vez.
Ello me lleva a un estado de enajenación.
Querer y ni poder..
¿Cómo ser clara para explicar el tener un hijo muerto?
Por más que lo abrace, converse con él, nadie logrará regrese a la vida terrenal.
¿No piensen solo en mi tortura sino en la soledad de un muchacho que no conoce que hay detrás de la puerta que separa la vida de la muerte?
Puedo afirmar con certeza, mi hijo no quería estar muerto.
Tenía sueños y proyectos para cumplir.
Amigos que lo querían.
Ni que decir de algunos integrantes de la familia.
No tiene sentido establecer la diferencia mi hijo seguirá inmóvil.
Una muerte innecesaria.
Tal las de otros jóvenes que son la promesa de renovación de una sociedad.
¿Ustedes, mis lectores pacientes, tienen hijos?
¿Por un momento han pensado la muerte se los puede llevar?
¿Cuál es mi sentir?
Deseo cruzar una avenida con demasiado tráfico sin pensar el semáforo, habilita mi paso.
En mi caso particular conozco todos los atajos para terminar con mi vida.
Ello no quiere decir que vulnere la memoria de mi hijo.
Una actitud sin raciocinio, lograría su alejamiento definitivo.
¿Lo pensé alguna vez?
Demasiadas.
Mi descendiente no se merece tener una madre tan tonta.
¿Es una crítica hacia los suicidas?
Jamás.
Siempre he sido respetuosa de las acciones de los demás?
Más allá de mis convicciones, los atajos que te brinda la realidad para seguir ¿Me pregunto para qué sigo aquí, donde no deseo estar?
Deseo mi hijo me quiera igual que ayer.
¿Ustedes creen podrá recordarme y abrazarme de existir el reencuentro?
¿Por qué nadie me dice si existe algo después del final?
¿Para qué?
Simplemente para seguir soñando que mi hijo adorado reconocerá a su mamá.
No se trata de cambar una realidad por otra sino de conocer la esencia de las cosas.
¿Lloraron alguna vez ante la posibilidad de tener un hijo muerto?
Lo hago a diario.
Nadie puede imaginar la intensidad del dolor que produce esa ausencia en especial.
Linero con espasmos el llanto.
¿Sirve de algo llorar?
No lo sé.
Para mí es un paliativo para mi alma confundida.No comprendo por qué nadie me puede contestar.
¿Me he sentido sola?
Muchas veces por no decir siempre?
¿Cómo ejemplificar la muerte de un hijo?
Noo es posible por ser antinatural
Por supuesto mi amado hijo tenía dones y a veces mostraba su carácter peculiar.
¡No se equivoquen!
No estoy tratando de santificarlo.
De ninguna manera.
Es un ser excepcional.
Convertir
tus dones y defectos que Tánatos impidió mostrara a todos.
Puedo aseverarlo mostrando la mirada del corazón.
Siempre estará hermanada con él.
Recibo críticas a granel.
No las tengo en cuenta.
Por sobre todo. Antepongo, los sentimientos.
Lo demás no es mi responsabilidad.
Nunca cargué con culpas ajenas.
La única verdad es desear con locura reencontrarme con mi hijo.
¿Qué hacer si no me reconoce?
Sería un puñal en medio del corazón.
Ello no afectará la mirada de aquel.
Sabe mi hijo cuanto lo amo.
Jamás dejaré de importarle nunca olvide cuanto lo quiere su mamá.

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