Saturday, June 27, 2020

COMO EL SOL DE TU CIELO


Buenos días luz de mi oscura existencia.
Escribir te amo es demasiado poco para demostrarte la intensidad de mi amor.
Sentimiento que la visita de un ejército de muertes consecutivas no podrá diluir.
Incurre en contradicciones propias de quien nunca recibió cariño sino el más cruel de los rechazos.
A ella le digo que soy un hueso duro de roer.
Por más que llegue al interior de mi esencia nada podrá hacer para que cambie el amor más puro que tengo.
Amor que nace antes de la llegada al mundo de ese ser maravilloso que nos convierte en madres.
No puedo detener el tiempo como quisiera para anclarlo hace unos años.
Tantos que me llevarían al día que pude recibirte con la mayor alegría.
Crecimos juntos.
Aprendí a ser mamá.
Nunca imaginé que no había maestros para el horror que va gestando la soledad para luego salir triunfante gritando ha logrado su objetivo mas cruel.
Arrebatarle el hijo a una madre no tiene calificación.
No soy egoísta.
También refiero a todas aquellas mujeres que arrastran sin fuerzas su propia cruz.
No se hace necesario para establecer contacto con los hijos muertos, escribirles.
La mayoría de los enlaces que establecen las mujeres con sus hijos yacientes, no precisa de enlazados grafemas.
Se lleva a cabo de corazón a corazón. Puede que para ellas los enlaces escritos no tengan otra validez.
Está bien que así sea.
Ellas como yo, saben que compartimos el mismo torrente sanguíneo con quienes trajimos al mundo para que vivieran.
Nunca para verlos morir.
La realidad de cada una es diferente, solo nos iguala la ausencia eterna de nuestros hijos amados.
Todas sabemos que el beso de la despedida fue el del final.
¿Cómo seguimos en suelo terrenal?
Nuestros hijos nos cuidan.
Son el pilar que nos sostiene.
No quieren vernos derrumbadas.
Nunca nos dirán que nos asiste la razón cuando decimos, no existe la mínima posibilidad de un reencuentro.
El
único que se conoce es el pasaje bíblico que cuenta la historia de Raquel que pudo regresar a la vida a su hijo muerto que estaba al oeste de la Constelación de Orión.
¿Será verdad?
La Biblia, fue escrita por hombres ¿Cómo probar volcaron en cada versículo la verdad?
Cuando perdés un hijo, las estructuras que te sostienen comienzan a derrumbarse.
Tiene los mismos efectos que un terremoto en cualquier lugar de la tierra.
Hijo de mis entrañas, he buscado para este contacto gotas doradas.
Así imagino es Helios en el cielo de los muertos.
No quiero estés en esa condición.
¿Puedo revertirla?
No.
¿Podría llegar prontamente a tu lado.
Sí.
Debería usar atajos que vulnerarían tu memoria.
Debo pensar por los dos.
¿Qué pasaría si no te encuentro?
¿Tendría resignación?
Nunca.
Vivo con la ilusión de verte alguna vez para darte un beso marchito que solo tu piel lozana tornara suave como un capullo de terciopelo.
¿Podés llegar a comprender mi hartazgo por permanecen un lugar pletórico de adversidades?
¡No he sido yo quien eligió perpetuarse en este lugar!
No tengo patria.
No tengo suelo.
No es un adorno de las letras.
Cuando estás en un lugar que odiás porque te arrancó al ser que más amaste en la vida, te convertís en paria.
Sos un fantasma que va de aquí para allá.
Me falta tu cariño.
Extraño u amor de hijo.
Sentimiento que nace sin intereses desde el alma.
No estoy conforme con mi estadía aquí.
¿Tengo otros seres por quien vivir?
Sin dudas mi familia chiquita.
Ellos no quieren, un despojo.
No cambaré mi condición.
No por capricho.
Desde tu ausencia soy una mujer rota, como la que describe Simona de Bouvoir.
No existe reparación para el padecimiento más grande que puede tener un ser humano.
El hijo que parí está muerto.
¿Puedo cambiar la situación?
No.
Los muertos no tienen la probabilidad de revivir.
Soy yo quien debe partir.
Pronto.
Sun más vacilaciones.
¿No tienen en cuenta que el paso de los años cambia el rostro de las personas?
¿Podrá mi amado hijo reconocer a su madre?
¿Cómo?
¿Por qué solo se refieren al duelo?
¿Qué ha después?
¿Nada?
¿Cómo se hace para seguir?
No me interesa estar acá.
¿Es tan difícil de comprender?
¿Cómo atraviesa la soledad mi hijo?
¿Quién acompaña sus horas de dolor?
¿Por qué no puedo ser yo?
Hijito adorado, sucede lo de siempre.
No entiendo muy buen por qué,
Me lo dirás algún día.
Te amo por eso te pido nunca olvides a tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=uTlPPqPodiA

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